martes, 18 de diciembre de 2007

Patricia Walsh diputada de la Ciudad de Buenos Aires

Un juramento firme y con gran repercusión

“Por memoria, por verdad, por justicia; por los 30.000 compañeros desaparecidos y asesinados, por los torturados; por los 196 chicos masacrados en Cromañón; y por las luchas justas de los trabajadores, que hoy son ferozmente reprimidos; con la alegría y con el orgullo de ser de izquierda; ¡sí, juro!”

Este fue literalmente el emotivo juramento que Patricia Walsh rea-
lizó, con su puño izquierdo en alto, el pasado viernes 8 en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al asumir su banca de diputada.
Con su voz ronca, Patricia pronunció cada palabra con claridad y firmeza. En su mano derecha llevaba apretado un par de gastadas zapatillas de una víctima de Cromañón, que había puesto sobre su banca desde el mismo momento en que ingresó al recinto de sesiones. Y en su pecho lucía un broche alusivo, que al igual que las zapatillas le habían dado los padres de Cromañón cuando la noche anterior a la jura los visitó en la vigilia que realizaron sobre la Avenida de Mayo.
Cuando ella terminó sus palabras, adentro se escucharon fuertes aplausos. Y la cara de Aníbal Ibarra, principal responsable político de aquella masacre, acusaba el impacto. Afuera, tras los vallados, los familiares de los chicos de Cromañón se sintieron respaldados en lo más profundo de sus sentimientos y convicciones. Y la militancia del MST que acompañaba a Patricia desde la calle redobló sus bombos e hizo flamear sus banderas rojas y sus pancartas con más fuerza.
El sentido gesto político de nuestra flamante diputada tuvo una enorme repercusión pública. El juramento de Patricia fue transmitido en vivo por teles y radios, repetido durante el día entero, mencionado en todos los diarios. Enseguida recibió innumerables llamados emocionados de padres y sobrevivientes de Cromañón, así como felicitaciones de familiares, amigos y compañeros.
Con el 4% de los votos, Walsh fue elegida como legisladora de la Ciudad el 3 de junio pasado por la lista del MST-Nueva Izquierda, que así quedó ubicada como la cuarta fuerza política. En la ceremonia de asunción acompañaron a Patricia su yerno -en representación de su hija mayor, María Eva-; Vilma Ripoll, Héctor Bidonde y Tomás Devoto, todos ellos ex diputados, así como Marcelo Parrilli y Agustín Vanella.
El juramento de la compañera y diputada Patricia Walsh fue un sacudón al corazón y a la cabeza. A los militantes, simpatizantes y amigos del MST-Nueva Izquierda de todo el país, su actitud nos reafirmó una vez más la alegría y el orgullo de ser de izquierda.

Pablo Vasco

El discurso de Cristina

El 10 de diciembre, Cristina Fernández de Kirchner asumió la presidencia. Su discurso, que contrasta con los hechos, marca la continuidad con Kirchner y anticipa lo que se viene. Ante el nuevo gobierno los luchadores tienen planteadas importantes tareas.


Escribe: Vilma Ripoll, dirigente nacional del MST-Nueva Izquierda

Aunque sea presidenta, con “a”, con Cristina no habrá avance para nuestros derechos como mujeres. No lo hizo como diputada ni senadora, se opone al derecho al aborto y tiende puentes con la cúpula de la Iglesia. El sillón presidencial cambió de género, pero no de políticas.
Sus ministros son la continuidad en persona. La mayoría sigue: su cuñada Alicia, los dos Fernández, De Vido, Garré, Tomada y casi todos los secretarios. Y nada bueno traen los nuevos, como el privatista Tedesco en Educación o el joven Lousteau en Economía.
En su asunción, Cristina reivindicó la gestión y el proyecto político de su marido: “Las cosas que hemos hecho en estos cuatro años y medio que han sido tan importantes, la renegociación, el pago al Fondo, la lucha sin tregua contra la desocupación, la indigencia, la pobreza...”
Cuánto bajó el desempleo y la pobreza no lo sabemos, porque el gobierno cuenta como ocupados a quienes reciben un plan social y además el INDEC miente a lo loco. Lo que sí sabemos es que con los altos precios internacionales la economía “crece”, pero nunca “derrama”. Y el “desendeu-damiento” de pagarle 10.000 millones de dólares al FMI, por una deuda externa trucha, ahora lo seguirá Cristina con los bancos del Club de París. Así se lo recordó el titular del Fondo, uno de los primeros en ser recibido.
El discurso de CFK se centró en las instituciones, el modelo económico y la política exterior. Comparemos lo dicho y lo hecho.

“Derribamos el muro de la impunidad”

En lo institucional, reivindicó a los tres poderes del Estado -legislativo, ejecutivo y judicial- y alabó a los diputados y senadores. Pero además de votar leyes contra el pueblo, el Congreso es el levantamanos del Ejecutivo kirchnerista, al cual encima le aprobó superpoderes para que pueda modificar el Presupuesto nacional como se le antoje. Y la Emergencia Económica una herramienta que vienen usando desde el 2002 y que les permite, entre otras cosas: renegociar a discreción los contratos con las empresas de servicios públicos privatizadas, entre otras las de energía y transporte. Mantener o aumentar impuestos como el que se aplica a los cheques o las propias retenciones. En cuanto a la corrupción, Cristina ni la nombró.
Según ella, “los tres poderes hemos finalmente derribado el muro de la impunidad y decretado la anulación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final e Indultos”. ¡Miente como Kirchner! La nulidad de esas leyes la logró el movimiento de derechos humanos y Patricia Walsh. Y de los indultos a los genocidas sólo se anularon muy pocos, porque el kirchnerismo se niega a anularlos todos juntos por ley. La mención de Cristina a las Fuerzas Armadas fue de hecho un llamado a la reconciliación, mientras Julio López sigue desaparecido.

“Un modelo económico con inclusión social”

CFK defendió “este nuevo modelo económico de acumulación con inclusión social”, que según ella “permitió que millones de argentinos vuelvan a recuperar el trabajo, las esperanzas y las ilusiones...” ¿La realidad? Exclusión: hay más de diez millones de personas en la pobreza y otros tres millones en la miseria. Desigualdad social: igual o peor que con Menem. Trabajo en negro: un 45% del total. Y con una inflación que ronda el 20% anual y se come el salario, la jubilación y más aún el plan social.
Cristina prometió no ser “gendarme de la rentabilidad de los empresarios”, mientras reprimen luchas como la del Casino flotante. Y propuso “consensuar la profundi-zación de este modelo” mediante el famoso “pacto social”, mientras meten el tarifazo del transporte y pretenden poner techo salarial en las paritarias. Por eso nada podemos esperar de quien dejó chochos a los grandes patrones del país (ver recuadro).
Un punto aparte merece su larga referencia a la educación. Diciéndose “hija de la escuela pública”, propuso “agregar competitividad”, ninguneó la falta de presupuesto y llamó a “más trabajo”, “más esfuerzo” y a “encontrar formas dignas de lucha”, tirándose contra los reclamos docentes. ¡Justo en este país, donde además de enseñar los docentes hacen de psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, mozos y hasta padres sustitutos, con bajos salarios, en escuelas deterioradas y donde recaen todos los problemas sociales!

“Nuestra inserción en el mundo globalizado”

Cristina planteó una “autonomía razonable en un mundo globalizado”. En boca de ella, que la mayor parte de su campaña la hizo en el extranjero y para empresarios, eso equivale a entrega. Acá la única “acumulación” la hacen las multinacionales, que vía las privatizadas reciben subsidios millonarios del Estado y dan servicios pésimos, o que directamente saquean nuestro petróleo, minería y demás recursos naturales. Todo eso se mantendrá y crecerá.
Luego propuso que Venezuela entre al Mercosur “para cerrar la ecuación energética de América Latina, porque alimentos y energía serán la clave de un futuro inmediato”. O sea, seguir exportando materias primas baratas. Y tras recordar que Uruguay violó el tratado al instalar las pasteras, le aseguró a Tabaré Vázquez que ella acatará lo que resuelva el Tribunal de La Haya. Luego le pegó duro al “terrorismo global”. Pero no aludía a Estados Unidos. Al revés: en línea con las órdenes de Bush, el kirchnerismo envió tropas a Haití e hizo aprobar la nueva ley “antiterrorista” para mejor reprimir la protesta social. CFK es más sumisión al imperialismo.

Se viene un 2008 de nuevos desafíos

Frente a lo que se viene con Cristina y su gobierno, creemos que para los luchadores continúan vigentes tres tareas centrales. La primera es impulsar y apoyar las luchas de los trabajadores y los sectores populares para que ganen. A la vez, fortalecer a las nuevas conducciones sindicales combativas y democráticas, y lo mismo en el movimiento estudiantil y social. Y al calor de esa participación, avanzar en la construcción del MST-Nueva Izquierda como alternativa política para pelear por cambios de fondo.
Éste ha sido un año de mucho esfuerzo. Contentos por los logros y con los mejores deseos de felices fiestas, convocamos a todos nuestros lectores a que en el 2008 encaremos juntos estos desafíos.


Elogios patronales

Gerardo Werthein (Telecom. y La Caja): “Fue un discurso excelente; mi generación tiene que sentirse orgullosa.”

Carlos Bulgheroni (Grupo Bridas): “Aprendí muchísimo de este discurso; fue de una enorme calidad política.”

Carlos Wagner (Cámara de la Construcción): “Las expectativas son muy buenas. En nuestro sector, la asociación estratégica que tenemos con los trabajadores es un ejemplo con miras al pacto social que se anuncia.”

Carlos de la Vega (Cámara de Comercio): “Generó una expectativa favorable. Ratificó la idea de convocar a un foro social marco y después acuerdos sectoriales y esa idea siempre ha sido apoyada por nuestra cámara.”

Mario Vicens (Asociación de Bancos Arg.): “Fue un discurso conceptuoso y ordenado que abarcó temas cruciales como educación, institucionalidad, e inserción internacional.”

“También dieron su aprobación Santiago Soldati, Alfredo Coto, Luis Betnaza (Techint), Eduardo Escasany (Banco Galicia) y Luciano Miguens (titular de la Sociedad Rural).” (Clarín, 11/12)

Lo que trae el 2008

El último año de gobiero de Néstor Kirchner fue muy agitado. En realidad empezó hacia septiembre del 2006 cuando le fracasó la apuesta a una nueva reelección de su aliado el misionero Rovira. Pero entre marzo y agosto de 2007 la heroica lucha de los maestros y del pueblo de Santa Cruz, su provincia, puso completamente al desnudo su doble discurso en todo el país. Y la manera de hacer política como un patrón de estancia. En el medio estallaron los casos de corrupción, Skanska, la bolsa de la ministra Micelli, el escándalo del INDEC nunca visto. Y, frente a importantes derrotas electorales en grandes distritos urbanos como la Ciudad de Buenos Aires, para asegurarse la continuidad familiar, pactó con el viejo aparato del PJ bonaerense, después de haberlo criticado duramente. Ya en retirada mostró un ejemplo de lo que traerá el 2008 con Cristina: anunció un tarifazo en el transporte y otros servicios públicos.

La transferencia del bastón y la banda presidencial a su esposa pueden hacer creer una imagen de enorme fortaleza para Néstor Kirchner que, al menos, es exagerada. Logró la continuidad, pero el nivel de desgaste con el que llega al final de su mandato hace que el gobierno de Cristina arranque sin la luna de miel con la que empiezan los nuevos gobiernos, sin los “cien días de gracia”. Los costos negativos del balance del último año de Néstor los recibe Cristina sin beneficio de inventario.
En todo caso contó con una ventaja que viene de arrastre: la crisis y dispersión de una oposición tradicional que no logró afirmarse nacionalmente. Pero el año próximo no habrá elecciones y los grandes problemas del pueblo trabajador siguen planteados y se presentaran seguramente con más fuerza.

El final del doble discurso

El fracaso rotundo de la reforma en Misiones para la reelección de Rovira en septiembre de 2006, provocó la caída de la esperanza reeleccionista de dos de los socios principales de Kirchner, el ex gobernador bonaerense Solá y el también ex gobernador jujeño Fellner. Igualmente tuvo que apostar a la carta fuerte que tenía para la Ciudad de Buenos Aires, el ex vice Scioli a la Provincia de Buenos Aires, ya que corría el riesgo de no encontrar un candidato mejor. Estas maniobras electorales iniciaron un efecto de desgaste que pegó un salto con la desaparición de Jorge Julio López, desaparecido hasta la actualidad. Y otro mayor con la lucha docente que inició en febrero-marzo de 2007. De las 17 provincias que lucharon durante gran parte del año hubo dos peleas que fueron cruciales: las de Neuquén y Santa Cruz. Pero esta última fue emblemática y destapó una rebelión que todavía sigue, mostrando a los ojos de todo el país al verdadero Kirchner, un señor feudal que recurre a la represión, a la apretada y al desconocimiento de las necesidades de sus “queridos santacruceños”.
El asesinato del maestro Fuentealba en Neuquén del que todavía sigue impune el ex gobernador Sobisch, fue también un hecho de magnitud que impactó en su ministro de Educación y en el gobierno.
Simultáneamente se destaparon los mecanismos de corrupción que, siendo conocidos en su provincia y que están detallados en El Amo del Feudo, un libro del periodista Daniel Gatti, se instalaron a nivel nacional. El caso Skanska pero sobre todo la bolsa de la ministra mostraron un nivel de accionar mafioso para realizar negocios, comparables sólo al descaro del menemismo. Pero hubo otra revelación del nivel de desprecio por las necesidades y la opinión de la población, la intervención del INDEC, para Kirchner todo vale para que los diarios traigan buenas noticias.

El mal humor social y Cristina candidata

Midiendo el mal humor social, la precariedad de sus acuerdos políticos con los viejos caciques del PJ, y siendo conciente de que no había logrado estructurar una fuerza política que le responda y le garantice una base social leal, jugó a las escondidas con su reelección o la candidatura de su esposa. La derrota en la Ciudad de Buenos Aires y en Tierra del Fuego, el escrache a Alicia Kirchner y a su casa en Río Gallegos, todos hechos casi simultáneos, hablando en tiempos políticos, lo convencieron de la precariedad de un segundo mandato propio, ya sin la posibilidad de una nueva reelección. Eso y la debilidad nacional de una oposición, y un toma y daca de privilegios para armar una estructura electoral lo llevaron a apostar por la candidatura de su Cristina. El triunfo de ésta es más que eso, la incapacidad de la Coalición Cívica, Reacrear, el mismo PRO y hasta los restos del viejo PJ y radicalismo que acompañaron a Lavagna de poner en pie una alternativa atractiva y confiable para el movimiento de masas. La crisis del régimen abierta con el Argentinazo se cobraba una nueva cuenta.

El 2008 traerá enfrentamientos cada vez más duros


El chiste del “Café Literario” o de que se iba a convertir en “primer caballero”, es apenas la manifestación cínica de la necesidad de Kirchner de construir una fuerza política real, con inserción territorial, con control de los sindicatos y de otras organizaciones sociales, frente a caciques locales que hoy juran y mañana lo traicionan sin siquiera ponerse colorados. La necesidad de buscar una normalidad burguesa en el país. Convierte esa tarea en urgente para el gobierno compartido entre Néstor y Cristina, pero no le será fácil. La necesidad de aumentar tarifas, de mantener como sea las grandes ganancias de las multinacionales y los grandes grupos económicos; de lograr que los salarios no crezcan al nivel de la inflación y bajarlos por esa vía, hace que el matrimonio ya esté mostrando la pata de la sota. Intentarán responder como lo hicieron al principio frente a la heroica huelga docente de ADOSAC, o como lo hizo el propio Varizat, atropellando a los que luchan. Una prueba de esto es la pelea que están llevando adelante los trabajadores del Casino de Buenos Aires. Un mes sin que el ministro de Trabajo los atienda, los reprimen brutalmente primero una patota sindical y después la propia prefectura. Y cuando por fin dictan una conciliación obligatoria no hacen que la empresa la cumpla. Por eso todos los enfrentamientos que se vienen en el 2008 serán cada vez más duros.

Apoyar las luchas, a los nuevos dirigentes y
construir una nueva izquierda

Si las tareas de apoyar las luchas y el desarrollo de una nueva dirección obrera son prioritarias siempre, en el año próximo, y empezando por lo que queda de este, son fundamentales. Hoy son los compañeros del Subte, del Casino, y los vecinos de Gualeguaychú, entre muchos otros. Es prepararse para apoyar en el terreno de las luchas y de las elecciones de delegados o de los sindicatos a los luchadores antiburocráticos que están surgiendo.
Pero hay simultáneamente una tarea que es imprescindible, para responderle a la política central de Kirchner y Cristina. Y es la de la lucha cotidiana por la construcción de una herramienta política de los luchadores. Desde el MST estamos planteando la construcción de una Nueva Izquierda y hemos dado pasos en ese camino, aunque todavía modestos, pero importantes. Lo hicimos en las elecciones, en las luchas y en la pelea por la dirección de las organizaciones de masas. Lo hicimos junto a centenares de compañeros, muchos de ellos que hacen sus primeras armas, otros veteranos militantes de izquierda. Con muchos estamos andando el camino de conocernos, un camino paciente donde ganemos confianza, a ellos les decimos que nos comprometemos a seguir juntos el 2008 en las peleas sociales y políticas y debatiendo puntos de vista mientras actuamos unitariamente. Pero también hay centenares de compañeros con los cuales hemos avanzado algunos pasos más, a ellos les planteamos que para hacer más fuerte la pelea por una Nueva Izquierda, ingresen al MST. A todos, nos vemos en las luchas que vienen.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Se empieza a desarmar la Coalición Cívica

El 19 de noviembre 8 diputados del ARI anunciaron pública-mente, en una conferencia de prensa, que no integrarían el bloque de la Coalición Cívica.
Señalaban para explicar esta ruptura el “giro a la derecha” de la ex candidata presidencial. El sábado siguiente, en un Congreso de ese partido, se ratificó el apoyo irrestricto a Carrió y se les prohibió a los disidentes usar la sigla ARI para su futuro bloque. ¿Los diputados disidentes perfilan el nacimiento de una nueva fuerza progresista? O por el contrario, ¿insistirán en mantenerse como un ala más de centroizquierda repitiendo frustraciones del pasado? ¿Qué alternativa política necesitan los sectores populares?

El 19 de noviembre 8 diputados del ARI, muchos de los cuales asumirán recién el 10 de diciembre, anunciaron que no integrarían el bloque de la Coalición Cívica y que conformarían un nuevo espacio parlamentario al que pretendían denominar ARI autónomo. Ellos son: Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, Delia Bisuti, María América González, Leonardo Gorbacz y Verónica Benas, quienes integrarán desde diciembre el bloque ARI autónomo, junto a Emilio García Méndez y Lidia Naim. También estuvo Martha Maffei, que dejará su banca porque Carrió no le permitió ir por la reelección.
Los argumentos que esgrimieron fueron fundamentalmente dos. El primero, lo que ellos llaman el giro a la derecha de Carrió al incorporar a la Coalición Cívica a sectores como el de Patricia Bullrich, Olivera, y a los coqueteos de la ex candidata presidencial hacia López Murphy. El segundo es el totalitarismo de Carrió. La importancia del hecho es que es el primer desprendimiento de la fuerza electoral que salió segunda en las elecciones presidenciales de octubre pasado y que no había pasado un mes de esas elecciones antes de que estos dirigentes tomaron la decisión, sin siquiera esperar a asumir.

¿Coalición Cívica: una nueva fuerza?


Los diputados disidentes asientan sus críticas a Carrió y la Coalición Cívica, en datos de la realidad.
La construcción de la Coalición por parte de Carrió obedeció a una lógica de tipo electoralista. Eso es lo que explica las marchas y contramarchas de la ex candidata a presidente en las principales decisiones que tomó ese espació en el año electoral que transcurrió.
Vamos a dar algunos ejemplos. Durante la campaña electoral de la Ciudad de Buenos Aires, Carrió arrancó acusando de corrupto al Jefe de Gobierno, Jorge Telerman y prometiendo un candidato sorpresa que nunca llegó. Para después terminar apoyando al mismo Telerman al que había acusado.
Luego intentó convencer a López Murphy, el aliado de Macri, para que abandonara su candidatura presidencial y se uniera a la Coalición como candidato a Senador por la Capital Federal. Finalmente se alió con un sector del socialismo pero las principales figuras de su coalición fueron Patricia Bullrich, a la que hace años había acusado también de corrupta y a María Eugenia Estenssoro, en otros tiempos candidata y legisladora por la lista de Domingo Cavallo, el que fuera enemigo público número uno de Carrió. Ahora mismo Carrió acaba de dar marcha atrás con su declaración de que no volvería a ser candidata a presidente, el martes 27 a su vuelta de descanso desde Punta del Este, confirmó que cambió de opinión y volverá a ser presidenciable.

¿Este grupo de los 8 es una propuesta progresista?

No cuestionamos las intenciones de estos dirigentes. Y compartimos las denuncias que hacen sobre la Coalición Cívica. Pero es evidente que el proceso en que se encuentran es un cruce de caminos. El primer problema que enfrentan es que a pesar de que cuestionaron el armado político de la Coalición, efectivamente corrido hacia la derecha, los diputados que hoy cuestionan y se alejan de Carrió, participaron de las elecciones integrando sus listas y de esa manera obtuvieron esas bancas. Así ocurrió por ejemplo con Delia Bisuti, que integró la lista con Patricia Bullrich en la Ciudad de Buenos Aires y con el resto de los dirigentes que asumen en diciembre. Es al menos discutible que, conociendo como conocían el rumbo de su antigua jefa política, podían haber optado por poner en pie una propuesta distinta que sostuviera sus puntos de vista, aunque eso le redituara en menos cargos parlamentarios. Al no haberlo hecho, avalaron lo que hoy cuestionan, y fortalecieron el proyecto de la Coalición que hoy critican. Hoy mismo se disciplinan al Congreso del ARI, permaneciendo en el partido que no sólo ratifica el rumbo marcado por su jefa histórica, sino que les impide usar el nombre ARI que ellos reivindican. Si no avanzan hacia lo que declararon y son consecuentes con las posturas que los llevaron a hacer un bloque independiente, se entenderá que su único interés fueron los cargos. Si avanzan, y de verdad buscan un rumbo progresista, tendrán que romper definitivamente con la Coalición y el ARI y buscar un camino alternativo. Lamentablemente sus primeros pasos van en el sentido equivocado, contrario al progresismo que declaman.

Cómo construir una verdadera alternativa

El PJ y la UCR los viejos partidos, pilares del bipartidismo del FMI, están en crisis terminal desde la rebelión popular del 2001. El sistema intenta construir nuevas variantes para aplicar una política de dominación lo suficientemente fuerte. Mientras tanto desde el lado de los sectores populares está planteado poner en pie una nueva alternativa.
La historia nos enseña cuáles son los caminos que no conducen a formar una alternativa del pueblo trabajador. En el caso de la centroizquierda y del falso progresismo todos los experimentos hechos hasta el momento terminaron en expresiones políticas de centroderecha. Así ocurrió con el primer grupo de los 8 el que encabezaba Chacho Álvarez y que dio origen al Frepaso. Terminó aliado al sector más recalcitrante del radicalismo y sólo sirvió para llevar al gobierno a De La Rúa y la Alianza que condujeron al país a su crisis más profunda. Por su parte, la experiencia de gobierno de los falsos progresistas en la Ciudad de Buenos Aires, como Ibarra y Telerman, le abrió la puerta del gobierno de la capital a Macri. Mientras que la lucha contra la corrupción que hizo popular a Carrió y a su proyecto el ARI, terminó con esta dirigente aliada a lo más rancio de la vieja política con candidatos y un programa de centroderecha. Para nosotros ese es el futuro de este nuevo grupo de los 8 si no reflexionan y cambian el rumbo que han empezado a tomar. De seguir por el camino que iniciaron terminarán repitiendo las experiencias que mencionamos anteriormente. La centroizquierda ha demostrado, suficientemente, ser un camino de ida a nuevas frustraciones.
Por eso nuestra propuesta es construir en primer lugar una Nueva Izquierda, democrática, amplia y sin sectarismos, como la que estamos impulsando desde el MST. Al tiempo que propusimos y proponemos acuerdos electorales con sectores que verdaderamente intenten una variante progresista con bases programáticas que sirvan para una independencia real del sistema, así podrá crecer una alternativa. En la confluencia entre los sectores que rompen con el falso progresismo y las fracasadas variantes de centroizquierda y los sectores de izquierda dispuestos a buscar una alternativa amplia y unitaria.

Carlos Miranda

El escenario que enfrentará Cristina

Cristina Kirchner está preparando su gabinete, discute el presupuesto y prepara su «pacto social». Dos posturas contrastan vivamente. Una, la de los 20 países más desarrollados que se «encuentran muy preocupados por un posible crisis aguda mundial para el 2008» y otra la de Martín Redrado, actual presidente del BCRA quien dijo que «a esta crisis los países de Latinoamérica la miramos desde la tribuna» queriendo significar que no nos afectará. ¿Quién tiene la razón? ¿Cuál es el futuro económico mundial al que se enfrentará el próximo gobierno? Y más importante que esto, ¿cuáles son las medidas que tomará ante esta posible crisis aguda? ¿Cómo afectará a los trabajadores y el pueblo argentino?

Después de un ciclo de más de cuatro años de expansión (2003-2006), en este 2007 empezaron a aparecer negros nubarrones en el cielo de la economía mundial. Primero fue la crisis de la bolsa de Shangai el martes negro del 28 de febrero, pasaron unos meses y una nueva crisis azotó la bolsa del Wall Street motorizada por un crack en la “burbuja inmobiliaria”. Hace menos de 20 días se reunieron en Sudáfrica los economistas y presidentes de los bancos centrales del G-20 (las 20 primeras economías mundiales). En esta reunión manifestaron estar muy preocupados por el rumbo de la economía mundial, pero ahora no sólo por problemas en el sector especulativo bursátil, sino por razones más de fondo como son el alto precio de la energía (principalmente el petróleo que ya perfora el techo de los U$S 100 el barril), el alto costo de los alimentos y por el calentamiento global.

Que están preocupados no cabe la menor duda, que el problema es complicado de resolver en los marcos de la economía imperialista mundial, tampoco. Pero lo más llamativo es que todos estos economistas no aciertan a dar respuestas o medidas más o menos satisfactorias de cómo enfrentar la crisis que avizoran. A principios de año anunciaron que bajarían las tasas en EEUU, el principal país imperialista del planeta. Inmediatamente se produjo la crisis de la bolsa de Shangai, dado que si enfrían la economía yanqui, donde ellos venden la mayoría de su producción, sus empresas quebrarían. Entonces deciden no bajar las tasas, sino subirlas y el dólar se deprecia, generando presiones inflacionarias en toda la economía mundial. Aterrorizados por el gran crecimiento de la burbuja inmobiliaria, los bancos decidieron “hacer efectivas” las hipotecas, entonces aumentó la incobrabilidad de los créditos, entraron en crisis los bancos más importantes de Norteamérica y peligra el hogar y el empleo de cientos de miles de norteamericanos metiendo una crisis ya no bursátil sino económica en su propio país.
Es que hasta hoy, el capitalismo imperialista no logra descifrar las causas últimas de sus crisis cíclicas, inmersas en una crisis crónica de la que tampoco salen, por ello cada remezón los pone al borde un ataque de nervios.

Redrado opina que a la Argentina no le afectará la crisis


Mientras esto sucede en la economía mundial, el actual presidente del Banco Central Argentino, y uno de los que se menciona como probable candidato a ocupar la cartera de Economía en el caso que se le compliquen las cosas a Cristina, salió a decir que las futuras crisis no afectarán a nuestro país y tampoco a la mayoría de los países de Latinoamérica porque estamos “mejor preparados que otras veces, con superávit fiscales, y reservas en los bancos”. Aún desde el punto de vista burgués es por lo menos aventurado (por no decir que es una absoluta estupidez) decir esto. La economía Argentina es absolutamente dependiente, marginal a la economía mundial dominada por el imperialismo yanqui y europeo. Cualquier remezón importante en las finanzas o la estructura económica mundial haría estremecer la nuestra, licuando en cuestión de semanas o meses el superávit fiscal y esfumando las reservas como pasó con las de México en el 94 o en nuestro propio país en el 2001. Si así está preparado uno de los referentes de la economía del próximo gobierno, ya podemos presuponer cómo le irá ante un cambio brusco y negativo en las finanzas mundiales.

¿Hacia dónde va la economía mundial?


Tratando de no caer en una simplificación de los problemas que aquejan a la economía mundial en la actual etapa decadente imperialista, los marxistas tenemos una visión de sus problemas mucho más atinada y científica que los propios burgueses.

Es evidente que los problemas son múltiples y complicadísimos. Existe el problema del calentamiento global y el cambio climático (al que nos llevó el criminal manejo que hace de los recursos naturales y la contaminación el propio sistema). También tiene su lógica y contradicciones el problema del precio del petróleo (con la guerra de Irak, la inestabilidad en medio oriente y los roces entre el imperialismo y Chávez, por sólo mencionar algunas causas).

Pero si debiéramos bajar a tierra el problema de la crisis crónica de la economía capitalista podríamos decir que se trata principalmente de una caída en la tasa de ganancia, sobre la que se articulan una sobre acumulación de productos y la feroz competencia imperialista.

Esta afirmación que hemos hecho en un simple párrafo, ha generado discusiones desde hace décadas, no sólo con los economistas burgueses sino también con otros que se dicen de centroizquierda y aún algunos que se reclaman del marxismo. Que tienden a interpretar, algunos honestamente otros no tanto, que el problema es la sobre acumulación de mercancías y una mala distribución del ingreso. Esto es lo que opina en nuestro país Claudio Lozano de la CTA por ejemplo, para el cual el problema se arreglaría con un “shok distributivo” como le gusta decir. Esto es, que los capitalistas rescindan un porcentaje de sus fabulosas ganancias y las vuelquen en el pueblo lo que mejoraría los salarios, la educación y el poder de compra y se solucionarían todos los problemas. ¿Esto es así? ¿Hay posibilidades de que esto se dé en los marcos de la economía actual?

En la opinión de la OCDE (organismo que reúne a más de 30 de las principales potencias económicas mundiales) no, y la respuesta que dan a la cuestión de la economía y el desempleo es opuesta a la que sueña Lozano. Veamos algunos puntos de su resolución de mediados de este año “Aumentar la flexibilidad del tiempo de trabajo... Aumentar la flexibilidad de los sueldos... Considerar de nuevo el papel de los sueldos mínimos legales... modulando (éstos) en función de la edad y de las regiones...
Introducir ‘cláusulas de renegociación’ que permitan negociar de nuevo a niveles inferiores convenios colectivos firmados a niveles superiores” Es decir ante la crisis los capitalistas piensan hacer lo contrario de lo que propone la CTA. ¿Por qué?

Nosotros sostenemos que es por lo que explicamos en el párrafo en cuestión y que desarrollaremos brevemente por razones de espacio. En la actual etapa imperialista de concentración económica en cada vez menos manos (las multinacionales), en conjunto con una feroz competencia interimperialista de precios y avances tecnológicos, se producen dos fenómenos más o menos simultáneos. Uno es el aumento de la producción de mercancías que en muchas ocasiones lleva a sobre stocks y depreciación de su valor de cambio. Otra es una aumento del capital. Ahora por qué si aumenta el capital (es decir hay más plata) y se acumulan bienes, no hacer lo que dice Lozano, aumentar los salarios para que los trabajadores de todo el mundo compren más y se acabe el problema. Lo que en realidad sucede es que el capitalismo tiene una sola forma de sacar ganancia: a través de la explotación del trabajo del hombre. De esa explotación obtiene una plusvalía (es decir, un excedente de ganancia) y sólo obtiene ganancia de ese modo. De manera que si producto de la explotación a la que hemos llegado (muchas veces insoportable para los trabajadores) obtiene fabulosas ganancias y éstas aumentan su capital, para poder invertir ahora más capital y que éste a su vez le genere más ganancias (insistimos en el marco de una feroz competencia de precios) no tendría otra alternativa que aumentar la plusvalía (es decir la explotación) a niveles casi infinitos, de otro modo indefectiblemente la tasa de ganancia (esto es la relación entre el capital invertido y la ganancia obtenida) decae. Es por esto que la plata no vuelve a la inversión, la vuelcan a la especulación, a la bolsa o cualquier otro circuito especulativo (arte, deporte, joyas) pero no a la inversión productiva, porque saben que les bajará la tasa de ganancia y que sus empresas se fundirán. Es por esto que lo que plantea Lozano y la CTA no será nunca una alternativa para los capitalistas, ya que si aumentaran masivamente los salarios caería abruptamente la plus-valía que les sacan a los trabajadores, dicho de otro modo aceleraría la caída de la tasa de ganancia. Esta propuesta es irrealizable y prepara frustraciones a los trabajadores que crean en ella.

Esta caída de la tasa de ganancia es la responsable de la crisis crónica de la economía imperialista, sobre la que se insertan diversas crisis agudas como las que se empezaron a dar este 2007. Más allá de que puedan salir con alguna maniobra bursátil o financiera de ellas, la única salida que tienen es aumentar la explotación sobre los trabajadores. Es para eso que se preparan todos los días, es para enfrentar esta contrarrevolución económica permanente que tenemos que prepararnos los trabajadores. Que en nuestro país se llama luchar por recuperar el salario que nos roba la inflación (una forma que tienen los burgueses de aumentar la plusvalía relativa), luchar por un aumento de salarios y contra el pacto social que nos quiere imponer Cristina y los grandes industriales con la complicidad de la burocracia sindical.

Gerardo Vera


A la medida del "Pacto Social"

Como viene sucediendo en los últimos 3 años, la “oposición” tradicional volvió a quejarse de las pautas impuestas por el kirchnerismo para este presupuesto 2008. Arremeten con el hecho cierto de que en el 2007 el gobierno gastó en realidad 26 mil millones de pesos menos de lo que dijo que iba a recaudar, que nuevamente se prevé un crecimiento menor al que todos consideran real (4,4% vs. un real de cerca del 7 %) y una inflación del 7,7%. Según los legisladores de la oposición (y muchos de los analistas económicos del sistema) con estas pautas se pierde el rol del Congreso de la Nación ya que al recaudar mucho más de lo que presupuesta K y ahora Cristina, queda un remanente de más del 20% para que el Poder Ejecutivo lo maneje a discreción (es decir para favoritismos políticos, gastos reservados, ayuda a provincias “amigas”, etc.). Todas estas cosas pueden ser parcialmente ciertas, el problema es lo que esconde este presupuesto para la inmensa mayoría del pueblo trabajador.
Con el Presupuesto 2008 nuevamente los trabajadores y el pueblo llevamos las de perder y no participamos en nada del crecimiento del que tanto se ufana Kirchner y que ahora hereda Cristina. Porque si vemos lo que sucede al sector expor-tador, más allá de sus eternas quejas por las retenciones, la realidad es que al asegurarles un dólar a $ 3,21 el gobierno les está garantizando una rentabilidad enorme, fuente de sus fabulosas ganancias. Si por otro lado miramos lo que sucede con los industriales y comerciantes que venden en el mercado interno, a ellos la pauta inflacionaria del 7,7% no los afecta, todos ya sabemos que éstos aumentan los precios muy por encima e independientemente de lo que diga el gobierno, el INDEC y sus inflaciones truchas.
Pero para los trabajadores y jubilados la cosa es distinta. El presupuesto 2008 no prevé ningún aumento de sueldos, que no sea el del “arrastre” del 2007 (es decir lo que ya se hubiera pactado o el impacto que tendrá en el 2008 los aumentos dados en el 2007). Esto afectará a todos los empleados del estado, incluyendo a los docentes, universidades, etc. Para los jubilados la cosa es peor ya que la Suprema Corte de Justicia dictaminó que las jubilaciones deben tener una movilidad acorde a la inflación, pero el presupuesto no contempla aumentos en las jubilaciones. Y con una inflación presupuestada en el 7.7% (lo cual todos sabemos que es ridícula) el gobierno está mandando una clara señal a los sindicalistas y empresarios, que sobre esta base se podrán negociar los aumentos salariales, es decir le pone un techo a los reclamos que tanto le preocupan porque según ellos son los generadores de la inflación!
El por qué de que el gobierno haga estas cosas hay que buscarlas en la famosa estrategia de Cristina de concretar el Pacto Social, al no prever aumentos de salarios en estatales, docentes, jubilaciones y poner un techo del 7% a los privados, lo que intenta es que todos los reclamos caigan o se canalicen vía los gremios, cuyas direcciones burocráticas en su inmensa mayoría están “casadas” con este pacto, de manera que todas las luchas vayan a parar al Pacto y así tener un mayor control de las luchas y asegurar en el peor de los casos que una vez obtenido los aumentos, se comprometan a no seguir peleando por lo menos por un año. Tales son las pretensiones de la futura presidenta.
Pero la realidad muestra otra cara, gran parte de los reclamos, sobre todo de docentes, salud y estatales, pero también en ferroviarios, subte y otros gremios privados, las huelgas y reclamos, salieron y lo seguirán haciendo por fuera de la burocracia. Por eso los trabajadores debemos prepararnos para enfrentar en las calles este presupuesto 2008, ya que si pasara, sería un nuevo golpe a los ya alicaídos sueldos de los trabajadores y ni qué decir de los jubilados.

G. V.

Pacto Social: deseos y realidades

La convocatoria a una concertación entre gobierno, patrones y dirigentes sindicales sigue siendo el anuncio más concreto que articularía la política del gobierno de Cristina. A dos semanas de asumir, pocos son los detalles y muchos los debates e interrogantes. El objetivo parece claro: avanzar en la “normalización” de un país donde la cuerda se tensa entre reclamos salariales, inflación, tarifas reprimidas y otros “deberes pendientes” que Kirchner debió postergar para calmar los ánimos de la Argentina post 2001. Pero los signos de crisis en las alturas y reclamos por abajo preanuncian que la faena no será fácil.

El Pacto de Cristina es una política al servicio de hacer los deberes pendientes.
La gestión de Kirchner careció de márgenes políticos para aplicar medidas abiertamente antipopulares. La energía desplegada por el argentinazo del 2001, se tradujo en luchas obreras y populares que recuperaron algunas conquistas salariales y laborales que habían sido arrebatadas. El compromiso de las finanzas estatales con los organismos internacionales y la sed de ganancia de los empresarios, exigen ir terminando con esta situación. Para ello, Kirchner ya se dio una política preventiva tratando de fortalecer a la burocracia, desviar los reclamos hacia paritarias con techo salarial y tratando de debilitar el proceso de nueva dirección que germina en el movimiento obrero. Por otro lado, trató de suavizar los aumentos en los precios pactando con las empresas y adulterando los indicadores del INDEC. Todo ello fracasó. Evitó el caos por cierto y lograron ganar las elecciones. Pero fracasó en acomodar los tantos y calmar los reclamos obreros y populares que amenazan ir por más. Los tiempos se terminan y Cristina asume para intentar una normalización. El Pacto intenta como mínimo colocar reglas de juego para pautar la inflación y evitar echar más leña al fuego del humor social, actualizar las tarifas, contener el gasto social y colocar un cepo a los salarios. Necesitan crear un clima de paz social para que los inversores sigan haciendo sus negocios. Nada bueno para los trabajadores.

Un rompecabezas complicado

Cristina dijo que el acuerdo debe servir para “institucionalizar los cambios”. Pero a la hora de reunir los actores empiezan los problemas. La división de la CGT y el desprestigio de sus dirigentes es el principal problema. Con un horizonte de reclamos y direcciones combativas ganando terreno, es perentorio que el gobierno trabaje para costurar la crisis de los viejos dirigentes.
En una festichola regada con vino de primer nivel, Moyano festejó la confirmación del Ministro De Vido, su amigo y virtual socio de buenos negocios. Estaba toda la cúpula del moyanismo y cantaron loas al pacto social. Moyano fue claro en su discurso: “Tenemos la responsabilidad de contener las tensiones…” “preparar al movimiento obrero para dialogar en la concertación”, música para los oídos de empresarios y gobierno. Pero el gobierno sabe que sólo Moyano no puede ser garante de esa pretendida “paz social”, ya que al otro día sale a decir que tiene que haber un piso salarial y que hay que actualizarlo al costo de vida y más de una vez tiene a sus gremios en la calle. Un serio escollo para los empresarios que ante ello destilan desconfianzas sobre las posibilidades de un pacto en el que van a pedir que los salarios se liguen a la productividad, se aumenten las tarifas y se aseguren subsidios y negocios.
Moyano sabe que se calienta la caldera social y que tiene que reposicionarse ante la pelea con los otros dos sectores –Gordos y barrionuevistas- con los que disputa la hegemonía de la CGT que debe elegir secretario general en junio. Por las dudas ya se reservó para encabezar la poderosa Confederación de los gremios del transporte, por si la jugada le sale mal.
Por otro lado Yasky de la CTA, que hizo esfuerzos para posicionarse con el gobierno y mendigar un lugar en la mesa de diálogo, parece resignado a no obtener la personería que le prometiera Kirchner, ya que el gobierno no quiere agravar la situación con los dirigente cegetistas.
Todos coinciden en los objetivos, pero los reclamos y el humor social, complican las grietas entre los actores que Cristina necesita unidos.

Preparando el terreno

Mientras tratan de avanzar con las trenzas y componendas por arriba, quieren desmalezar el terreno en el seno del movimiento obrero. Por eso han lanzado ataques desde el gobierno, las patronales y la propia burocracia, contra los sectores en lucha y los nuevos delegados, internas y direcciones combativas. Criminalizando las protestas, intimidando y, cuando pueden, recurriendo a los palos de patotas y gendarmes. Ya lo intentaron en Santa Cruz con ADOSAC para acallar la rebelión docente y popular. Luego con los dirigentes del Subte y ahora con los trabajadores del Casino y sus combativos delegados. Porque necesitan desarticular el proceso de nueva dirección en curso que amenaza con recuperar porciones importantes de los organizamos sindicales, necesitan desterrar los procesos asamblearios y todo germen de democracia sindical.
Un poco de garrote, para que pase la zanahoria del pacto social. Por eso, los trabajadores tenemos que rechazar los cantos de sirena del pacto y seguir peleando por el salario actualizado al costo de vida real y recuperando las conquistas laborales que nos merecemos. A la vez, solidarizarnos con los sectores sindicales combativos y otros trabajadores en lucha, ya que su triunfo va a fortalecer la pelea de todos. Por nuevas conquistas laborales y por ganarle más terreno a la burocracia.

Guillermo Pacagnini

Nacionalizar el petróleo y el gas

Comodoro Rivadavia se fundó en 1901. En 1907 todavía era un pequeño pueblo, de pocas casas, y sin agua potable. Desde tiempo atrás perforaban en su busca. El 13 de diciembre, casi a punto de abandonar, del pozo surge un líquido viscoso con olor a... ¡querosén! En secreto, los ingenieros telegrafían a Buenos Aires a la Dirección de Minas. Al otro día, el gobierno de Figueroa Alcorta dicta un decreto tomando posesión del yacimiento.
En 1911, el presidente Roque Sáenz Peña crea la Dirección General de la Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia y se inician los trabajos. En 1922, el presidente Alvear crea la Dirección Nacional Yacimientos Petrolíferos Fiscales. El 17 de octubre de ese año asume como primer director el coronel e ingeniero Enrique Mosconi, organizador e impulsor de YPF...

Escribe Vilma Ripoll, dirigente del MST Nueva Izquierda

Desde 1922, y por más de 70 años, YPF llevó adelante toda la exploración, instalación de pozos, extracción, destilación, refinación, transporte y comercialización de los derivados del petróleo. Con avances y retrocesos, y pese a las limitaciones y corruptelas, YPF desarrolló la industria petrolera nacional; fundó pueblos enteros, caminos, escuelas, hospitales, represas, ferrocarriles y oleoductos; dio empleo a miles de trabajadores -los ypefianos- y generó riqueza y soberanía para el país. YPF fue pionera en Latinoamérica y llegó a ser la octava petrolera estatal del mundo. Hasta tenía una flota propia, que al momento de su privatización contaba con 16 buques tanque. Un rol similar a menor escala cumplió Gas del Estado, creada por Perón en 1946 tras haber nacionalizado el gas el año anterior.
En 1992, después de otros intentos previos y con la complicidad de los partidos patronales y la burocracia sindical, Menem privatizó Gas del Estado. Incluso tuvo el voto de un diputrucho. Y en 1993 mediante varias leyes y decretos privatizó también YPF, que daba una ganancia neta superior a los 400 millones de dólares. La regaló por monedas a la multinacional española Repsol, que además provocó miles de despidos y en vez de explorar nuevos pozos -como hacía YPF- se dedicó a saquear los existentes.
Los Kirchner no sólo no se opusieron a esa vergonzosa entrega del patrimonio nacional, sino que fueron parte activa y beneficiarios de ella. Como gobernador de Santa Cruz y socio político de Menem, Néstor apoyó todo el proceso. Y desde la Legislatura santa-cruceña, Cristina hizo votar una declaración apurando la provincialización de los yacimientos necesaria para privatizar YPF. En pago, Santa Cruz recibió los famosos 500 millones de dólares que Kirchner sacó poco después del país y a hoy todavía no reintegró. Desde aquel momento, los argentinos ostentamos el triste récord de ser... ¡el único país del mundo cuyos hidrocarburos están íntegramente en manos extranjeras!

La renta petrolera es millonaria

Hablar de petróleo y gas es hablar de riqueza. Son recursos naturales estratégicos y no renovables, por cuyo dominio hay conflictos y hasta guerras. A un precio actual de casi 100 dólares el barril, el valor de la renta petrolera anual argentina ronda los 20.000 millones de dólares, o sea más de 60.000 millones de pesos. ¡Es más de un tercio del Presupuesto nacional 2008, o más 10 veces el presupuesto total de salud (6.000 millones de pesos), o más de 6 veces el presupuesto educativo del país (10.000 millones de pesos)!
Entre el Impuesto a las Ganancias y las retenciones a las exportaciones que recauda la Nación, más las regalías del 12% que cobran las provincias, de esa renta el Estado argentino retiene apenas un 32%: el porcentaje más bajo de toda América Latina (ver cuadro). Las regalías al 12% también son escandalosamente bajas, ya que el promedio en el mundo es 50%. Además, se calculan en base a la simple declaración jurada que presentan las empresas informando cuánto petróleo extrajeron y sin ningún control estatal en boca de pozo: una evasión lisa y llana.
Si el Estado retiene el 32%, queda un 68% de renta. De ella, los consumidores de combustibles reciben una pequeña parte porque aquí -al revés de lo que pasa en otros países productores- los precios de venta están por debajo de los valores internacionales pero son muy superiores al costo de producción. El grueso de la renta petrolera, unos 14.000 millones de dólares por año, se lo embolsan las multinacionales.
Esto no cambia con la medida que tomó días atrás Kirchner. Ante la suba del precio local de naftas y gasoil, aumentó las retenciones a las exportaciones de petróleo y derivados. A un costo de producción de 8 a 10 dólares el barril, el gobierno igual les asegura a las empresas un piso de 42 dólares de ganancia. Kirchner no pretende disputar parte de la renta petrolera, sino evitar la bronca de los consumidores. Así lo reconoce un ejecutivo petrolero: “No es una medida orientada a modificar el destino de la renta petrolera sino a lograr precios internos bajos.” (La Nación, 16/11)

El drama del gas

El 39% de la población del país no tiene gas natural y depende de las garrafas. Son más de 15 millones de personas, 600.000 en la región metropolitana. En Corrientes, Chaco y Misiones directamente no hay red de gas domiciliario. Las empresas privadas que debían invertir para ampliar la red, como Transportadora de Gas del NEA en Formosa, no lo hicieron. Desde 1993 a hoy sólo incorporaron a la red troncal a un millón de personas, unos 70.000 por año, cuando en 1983-88 incluían a 500.000 por año. Según el plan energético que Kirchner lanzó en mayo de 2004, las ampliaciones de gasoductos se deberían terminar en 2008 o inicios de 2009, pero hasta ahora sólo hicieron un 15% de las obras...
A su vez, desde que se privatizó Gas del Estado el precio de la garrafa es libre. La de 10 kilos hoy cuesta de 23 a 25 pesos, y en algunos lugares 30. La famosa “tarifa social” es de 18 a 20 pesos, pero casi no se consigue. Con la escasez de los últimos días, en muchas zonas se llegó a pagar el doble. El ente estatal de control es el Enargas, pero es cómplice de las privadas y encima nido de coimas como se vio con el caso Skanska.
El fraccionamiento del gas licuado y la distribución están desregulados, y el mercado lo dominan unas pocas compañías extranjeras que ganan fortunas. Según especialistas, producir una garrafa de 10 kilos de gas licuado de petróleo (GLP) cuesta 2 ó 3 pesos. Aun con ganancias, el precio no debería superar los 6 pesos. Esto podría ser realidad ya mismo si lográramos anular la privatización del gas.

Kirchner profundizó la entrega

Así como antes apoyó las privatizaciones de Menem, ya como presidente Kirchner avanzó más en la entrega de los hidrocarburos y también de la minería, otro gran rubro de saqueo. Por ejemplo, en octubre de 2004 y con el verso de crear una petrolera “estatal”, Kirchner hizo aprobar en el Congreso la creación de Enarsa. En ese punto disentimos con los compañeros Pino Solanas, que apoyó la medida, y Claudio Lozano, que la votó a favor. En cambio nuestra diputada Patricia Walsh votó correctamente en contra. A poco de andar, Enarsa confirmó no ser otra cosa que el taparrabos oficial de la continuidad de los negociados de las multinacionales petroleras. Como bien la calificó un compañero ex ypefiano de Ensenada, “Enarsa es un chupetín de piedra pómez...”
Asimismo, en octubre de 2006, Kirchner hizo votar la Ley de Regímenes Promocio-nales (26.154) ampliando los beneficios impositivos que ya tenían las petroleras para explorar y explotar petróleo y gas. Y en diciembre del mismo año, con la Ley 26.197 llamada “Ley Corta”, reformó la Ley Nacional de Hidrocarburos para otorgarle definitivamente a las provincias la propiedad sobre las riquezas del subsuelo.
En la Constitución nacional de 1949, el artículo 40º establecía: “Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedad imprescriptibles e inalienables de la Nación...” Imprescriptible es que no vence. Inalienable es que no se vende ni entrega. Por el nefasto Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín, la reforma constitucional de 1994 estableció en su artículo 124º que “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. Para favorecer el saqueo imperialista, la Ley Corta de Kirchner vino a consolidar ese desguace de un patrimonio que siempre perteneció al conjunto de la Nación y del pueblo, desde porteños a mendocinos y desde jujeños a fueguinos.
Un párrafo aparte merece el tema de Malvinas. Ya desde 2005 junto a Mario Cafiero denuncié públicamente que el gobierno kelper estaba licitando áreas petroleras en el mar de nuestras islas, ante el silencio más absoluto del gobierno nacional. La riqueza potencial de dichas áreas se calcula equivalente al total de la deuda externa argentina, unos 150.000 millones de dólares. Hoy, cuando Brasil acaba de descubrir un enorme yacimiento de petróleo en su plataforma submarina (y de paso se retira del “Gran Gasoducto del Sur”), el mutismo cómplice de Kirchner cobra su verdadero valor.

Recuperemos el petróleo y el gas

No es posible imaginar un proyecto de país distinto si entre las medidas de fondo no se incluye la recuperación efectiva del petróleo y el gas. Máxime cuando no se logra salir de la crisis energética a la que nos llevaron las privatizaciones. Esto implica nacionalizar esos recursos tan valiosos, echar a Repsol y demás pulpos y reestatizar esas empresas sin indemnización, bajo el control democrático de sus trabajadores y usuarios para evitar la corrupción.
El marco latinoamericano, con los avances en Venezuela, Bolivia y Ecuador, es favorable. Y aquí mismo, dando un gran ejemplo, el pueblo de Santa Cruz logró frenar la prórroga por 40 años de la concesión de áreas petroleras a la Pan American Energy que pretendía el kirchnerismo. Allí nuestros compañeros vienen jugando un rol destacado (ver nota).
A cien años del descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia, desde el MST-Nueva Izquierda estamos impulsando varias iniciativas y el 13 de diciembre participaremos de los actos unitarios por la nacionalización del petróleo y el gas. El “oro negro” es del pueblo argentino y a él debe volver, más temprano que tarde.

La renta petrolera
¿Con cuánto se queda el Estado?

México ...........................100% PEMEX (estatal)

Brasil .............................100% Petrobras (60% estatal)

Venezuela ......................100% PDVSA (estatal)
......................................87% Empresas mixtas

Bolivia ............................82% (estatal y privadas)

Ecuador ..........................68% (estatal y privadas)

Argentina ........................32% (todas privadas)