Han sido cada vez menos los gurúes económicos que, tras la reunión del G-20, intentaron minimizar los efectos de la crisis capitalista mundial en curso. Hace dos días, se certificó de manera oficial lo que era harto evidente: la recesión en los EEUU; incluso con fecha de inicio a fines del año pasado. Lo que nadie sabe es hasta dónde va a llegar. De las finanzas se trasladó a la economía real, en EEUU, Europa, Asia y golpeando con fuerza ya en los países emergentes. No la pararon los salvatajes bancarios. Ahora las millonarias inyecciones de dólares son para salvar a los empresarios. Todas las reuniones de líderes mundiales discutieron lo mismo: salvar a los de arriba y descargar la crisis en los pueblos.
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