lunes, 25 de febrero de 2008

Controversias sobre la revolución

x Claudio Katz - La Haine

Las tesis gradualistas que asemejan la revolución con fiebres o tormentas desconocen el carácter social de este acontecimiento. Estiman que el capitalismo constituye la forma normal y eterna de funcionamiento de la sociedad e ignoran el sustento histórico de los mitos que generan las revoluciones

RESUMEN. Al cabo de varios años de exclusiva atención en la democracia y el neoliberalismo, comienzan a reaparecer las discusiones sobre la revolución en América Latina. Los presagios derechistas sobre el fin de estas convulsiones han quedado opacados por la nueva oleada de rebeliones sociales, el retroceso político de los conservadores y las dificultades de intervención del imperialismo. El conformismo de los 90 choca con el ímpetu transformador que se verifica en varios países.

Las viejas presentaciones de la revolución cómo un acto conspirativo han sido reflotadas por la derecha, junto a las interpretaciones psicológicas de la insubordinación popular. Ambos enfoques omiten las motivaciones políticas de estos levantamientos. La simplificada identificación con el vandalismo o la frustración personal no explica el protagonismo de los sectores oprimidos más organizados, ni la vinculación de las grandes convulsiones con las crisis.

Las tesis gradualistas que asemejan la revolución con fiebres o tormentas desconocen el carácter social de este acontecimiento. Estiman que el capitalismo constituye la forma normal y eterna de funcionamiento de la sociedad e ignoran el sustento histórico de los mitos que generan las revoluciones.

La concepción marxista resalta el origen de las revoluciones contemporáneas en contradicciones objetivas del capitalismo y realza el papel de los sujetos sociales en su desarrollo. En cambio el estructuralismo presta escasa atención a ambos determinantes y focaliza su indagación en las rivalidades entre las elites nacionales. El primer enfoque distingue las revoluciones burguesas -que alumbraron el capitalismo- de las gestas socialistas, que buscan superar este sistema. Estudia los niveles de conciencia y radios geográficos diferenciados que caracterizan a ambos procesos. Al rechazar esta tipología, la segunda visión no logra esclarecer el sentido específico de cada levantamiento y levanta una barrera artificial entre las revoluciones clásicas y contemporáneas.

La aplicación del concepto revolución burguesa a América Latina permite comprender las razones de una dinámica histórica inconclusa. Esclarece las causas de un proceso fallido, luego de un éxito anticolonial temprano que fue sucedido por triunfos de las oligarquías y procesos de recolonización imperialista. La consolidación del capitalismo y el giro conservador de las clases dominantes agotaron la vigencia a la revolución burguesa desde principio del siglo XX.

Todas las revoluciones contemporáneas han sido nacionales, políticas, democráticas, agrarias o sociales. El cumplimiento pleno de estas metas induce a un curso anticapitalista, que las clases dominantes tienden a sofocar para desenvolver distintos modelos de acumulación. De esta frustración popular emergen diversas variantes de renovación de la opresión capitalista.

Un curso opuesto de radicalización socialista permitiría saldar las cuentas pendientes del pasado junto a una nueva construcción pos-capitalista. Es mucho más importante discutir estos senderos de emancipación que dirimir las eventuales opciones de desenvolvimiento burgués.

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Amigos son los amigos

El pase de Borocotó del PRO al kirchnerismo, (inmediatamente después de obtener una banca en la legislatura), fue una estafa hacia sus votantes que ahora repite Lavagna.
Apenas cuatro meses después que 3.200.000 personas lo votaron para oponerse a Kirchner, el ex ministro acordó con el ex presidente su vuelta al PJ, supuestamente con el cargo de vicepresidente. Fue acercado de la mano de Pampuro con el guiño de Duhalde.
Son dos estafadores. Lavagna por cambiar de disfraz y Kirchner por facilitarle la vestimenta. Se burlan de los ciudadanos que ven como devalúan e inutilizan su voto. A partir del momento en que la boleta entra en la urna, comienza a sufrir una extraña metamorfosis: en el escrutinio se cuenta para un partido, pasado un tiempo, se cuenta para otro.

“Se aman, se pelean, se vuelven a amar…”

Lavagna fue ministro de Duhalde. Se fue con K en el 2003. Pasados dos años en Economía se negó a hacer campaña por los candidatos del oficialismo, enfrentados con su amigo Duhalde. Después se hizo anti-K. Finalmente, se alió con la UCR anti-K de Alfonsín, Moreau y otros. Justo en la vereda de enfrente del kirchnerismo y el PJ.
La expectativa es que el pase incentive a los que acompañaron a Lavagna en las elecciones a seguir sus pasos y que los radicales sin partido fijo, como el vicepresidente Cobos, se vean tentados a entrar al PJ. Scioli aplaudió la llegada del ex ministro, pero aspiraba al cargo que aquel ocuparía.
El caradurismo de los involucrados no tiene límite. Pampuro dijo: “Nunca hubo un alejamiento…”. Lavagna afirmó: “No hay reconciliación porque nunca hubo pelea…” Obvian el detalle que K y Lavagna se presentaron en listas contrapuestas.
En el camino de intentar reconstruir el PJ, la incorporación tiene como fines: restar posibilidades a cualquier acercamiento a Lavagna de otros dirigentes en la disputa interna, dar la imagen de un PJ con estructura integradora, sin principios férreos y guiado por el pragmatismo y acercar a un sector de clase media que en las grandes ciudades no votó a Cristina.

Una oposición limitada

Hay radicales para todos los gustos: los que siguen en su partido, los que
se fueron, los pro y los anti-K, los pro y anti-Carrió,etc. Una bolsa de gatos. Por su lado, Carrió dijo: “…quiero hablar con lo mejor del radicalismo…” Para ella lo mejor es el gorila Olivera, hijo predilecto de De la Rúa, que la acompaña. Y mejor aún para ella hubiera sido ligarse a otro gorila radical, que la rechazó: López Murphy. También se ofreció a ayudar “…a los gobernantes que tienen una posición mínimamente distante del gobierno…” En esta categoría entra Macri. ¿Lo querrá ayudar a despedir trabajadores? ¿Será por eso que la Coalición Cívica apoyó la intervención de la Obra Social en la ciudad de Buenos Aires?

Son lo mismo

Las estafas, pases y acuerdos espurios, muestran cuan podrida está la política patronal argentina y le dan la razón a aquellos que repugnados le dan la espalda.
Son todos iguales, hoy están acá y mañana están allá. Y vuelven acá, cambiando cínicamente de disfraz. Todos son defensores del régimen institucional de los patrones y los ricos, al que pretenden revivir y además son fieles servidores del capitalismo y su política de hambre, entrega y miseria. Amigos, son los amigos.

Rubén Tzanoff

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Reconstruir el PJ Empujados a intentarlo

Construyamos una nueva alternativa de izquierda

No está bueno Buenos Aires

Al nuevo gobierno porteño bien podríamos resumirlo con una fórmula algebraica: mayores negocios para los empresarios y banqueros, más ajuste contra los vecinos y los trabajadores, más represión social. Al revés de lo que prometieron durante su campaña electoral, día a día va quedando más claro que con Mauricio Macri, su vicejefa y su gabinete PRO… no está bueno Buenos Aires.

Negocios privados

Cada semana que pasa, las nuevas medidas del gobierno macrista confirman su concepción de poner al Estado en función de favorecer los negocios del capital privado. No es que los gobiernos anteriores hubieran
hecho algo sustancialmente distinto, sino que Macri actúa con más descaro.

Apenas asumió, desmembró áreas públicas enteras y las transformó en “agencias” o “entes” autárquicos. Así hizo con Rentas, que recauda los impuestos; Control Comunal, responsable de todas las inspecciones; Turismo, un sector en alza, y Medio Ambiente, otra área clave. Ahora son organismos “independientes”, todos con menor control estatal y algunos con ingerencia directa de las empresas privadas.

Por supuesto , desde su banca en la Legislatura, nuestra compañera Patricia Walsh fue una de las principales opositoras a estas leyes privatistas. Otro ejemplo es el tema financiero. Esta semana sale la convocatoria oficial para emitir y colocar el nuevo bono porteño. Es un endeudamiento público por 1.604 millones de pesos, con el argumento de “hacer obras”. Según una nota de La Política Online, “la resolución, a partir de un pliego con un régimen de requerimientos técnicos muy exigentes, permite que sólo califiquen 10 bancos, todos internacionales” (2/2). O sea: además de contraer una deuda innecesaria, que le hará pagar a los vecinos con sus impuestos, Macri dibuja la licitación al servicio de la banca extranjera, que ganará jugosas comisiones. ¡Ni siquiera pone al banco oficial de Buenos Aires, el Ciudad!

Ajuste a vecinos y trabajadores

El otro pilar de la gestión del PRO es el de avanzar en medidas de ajuste, tanto hacia los vecinos como hacia los empleados municipales. Tal como Telerman antes de irse estableció el aumento del ABL pactado con Macri, éste ahora pretendió subir el impuesto a las patentes. El aumento de ABL fue indiscriminado. Y con las patentes, Macri quiso cambiar reglas establecidas de antemano.
Son dos verdaderas estafas económicas y políticas al pueblo de la Ciudad. En cuanto al personal de la Ciudad, Macri debutó con un ataque frontal.

Al mismo tiempo que le otorgaba 25.000 pesos mensuales a cada uno de sus ministros para nombrar asesores políticos, acusó a los trabajadores de “ñoquis” y despidió a 2.300 contratados.


Miente y oculta que sin esos trabajadores precarizados con contratos-basura, muchos de ellos desde hace años, hayservicios y sectores enteros de la administración pública que no funcionarían.
La respuesta fue un fortísimo paro y movilización de los municipales, encabezados por Sutecba y luego en menor medida por ATE, que lo hizo retroceder. Sin embargo, varias reparticiones siguen en conflicto por la no renovación de contratos. Además, el acta que firmó Sutecba acepta un Registro de Agentes en Disponibilidad que abre la puerta a futuras injusticias.
Días atrás, un fallo del juez Andrés Gallardo obligó al gobierno a informar las listas de despedidos, que hasta ahora son un secreto. Otro punto de la
ofensiva de Macri contra los trabajadores fue la intervención a la Obra Social municipal, la ObSBA.
Y antes había repuesto como Director de Reconocimientos Médicos al doctor Daniel Ferranti, a quien en el 2003 habíamos logrado separar de su cargo por sus constantes atropellos a los docentes enfermos.
En la Legislatura, nuestra diputada Patricia Walsh denunció con firmeza los despidos y votó en contra de la intervención macrista a la ObSBA.

Autoritarismo y represión

El tercer ingrediente político del gobierno del PRO es su autoritarismo. Como siempre, gobernar para las ganancias privadas e imponer ajustes antipopulares implica apelar a normas represivas. Eso busca Macri con sus acuerdos con los fiscales contravencionales.
Él, su vicejefa Gabriela Michetti y su jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta despotrican a diario contra las marchas “sin autorización”, apuntando en especial a los desocupados y los cartoneros. Pero aun según el propio Código Contravencional vigente, ya represivo de por sí, las movilizaciones y protestas sólo requieren un aviso previo. ¡Bueno sería que para ejercer el derecho a reclamar tuviéramos que pedirle permiso al propio gobernante que nos ajusta! Los juicios a la UOCRA por sus piquetes, el asedio a las travestis de Palermo, el flamante veto de Macri a la ley de permiso a los artesanos de Plaza Cortázar y las recientes amenazas de legisladores macristas a los cuidacoches van en el mismo sentido de exclusión y represión social.
Nada de esto que hace Mauricio Macri como jefe de gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires nos sorprende.

Como lo decía Patricia durante su campaña, él es y será de derecha. Si ganó la elección es porque muchos porteños lo vieron como un cambio ante una centroizquierda que gobernó años y no resolvió nada, y también
como un voto castigo a la prepotencia de los Kirchner.


Pero ya se acabó el tiempo electoral en que el macrismo hablaba de “inclusión social”: ahora muestra su verdadera cara. Y la Coalición Cívica de Carrió y el kirchnerismo, en esencia, le son funcionales. La tarea, entonces, es seguir respaldando los reclamos sociales y construyendo una alternativa política de verdadera oposición, de izquierda. Desde el MST-Nueva Izquierda te ofrecemos un espacio abierto para que lo hagamos juntos.

Pablo Vasco

¡Fuera Botnia y Ence! Apoyemos las protestas de los asambleístas

En todas partes

La Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), confirmó que se produjo una rotura en un sector de la planta de Botnia y que aparentemente provocó un derrame de pasta de celulosa, que podría haber llegado al agua. Como es su costumbre, la empresa pastera desmintió lo afirmado por el intendente y la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú.
Se sumó un accidente laboral del que fue víctima un operario finlandés que sufrió quemaduras en los dos brazos y parte del cuello.
En poco tiempo de funcionamiento a menos de su máxima capacidad, la planta lleva varios accidentes afectando el medio ambiente y a los que trabajan. Son apenas un indicador de la peligrosidad de su instalación.

Adelante con las “tarjetas vecinales”

Los compañeros de la Asamblea tomaron una medida: el control fronterizo. Consiste en emitir “tarjetas vecinales” cuya tenencia autoriza a sortear el corte de la ruta 136 que lleva al Puente Internacional General San Martín. El otrora progresista Tabaré Vásquez está horrorizado y acompaña en todo a Botnia. Del lado argentino, el diputado Pinedo, del PRO macrista dijo que se trata de “delito de sedición”. Sería bueno que los de Macri se dediquen a cumplir con los fallos judiciales que los obligan a volver a tomar a los contratados que despidieron para no ser ellos sediciosos. Sánchez de la Coalición Cívica de Carrió, opinó que “Estas medidas no favorecen el diálogo”.
¿Con quién quiere dialogar? ¿Con los que contaminan o con los que se lo permiten? Las tarjetas “no son más que simples identificaciones para que puedan pasar personas por cuestiones humanitarias”.
Como explican los compañeros.

Protestas: en la tierra como en el agua

Los asambleístas no se quedan ni un minuto de brazos cruzados, por eso volvieron a protestar frente a la terminal portuaria de Buquebús en Capital, a pesar del fuerte operativo de la Prefectura, El Bloqueo en Colón
fue seguido por un “festival hídrico”, que consistió en la marcha de 30 embarcaciones por el río Uruguay yun recital sobre una de ellas, instalada frente a Botnia. Por su parte, la Asamblea de Gualeguaychú realizó un “hidrofestival.
Es tan fuerte y justo el reclamo que hasta la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Picolotti,admitió que “es legítimo” y que “ellos reclaman a su modo”.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuestionó ayer la continuidad de las medidas diciendo que los vecinos no son “un pequeño grupo de piqueteros”, como si serlo no diera derecho a reclamar.
El 14 de Enero, Cristina va a recibir a los asambleístas por primera vez en la Casa Rosada. Se van a realizar nuevas protestas. La concientización
para el apoyo a los asambleístas y acompañarlos en cada una de las acciones y movilizaciones que realicen, es una de las importantes tareas que siguen planteadas.

J.C.

22 a 26% de inflación

Técnicos y trabajadores del INDEC en lucha dieron a conocer las estadísticas verdaderas del 2007:

El 29 de enero del año pasado Graciela Bevacqua, del IPC (Indice de Precios al Consumidor), fue reemplazada por Beatriz Paglieri, que responde al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Así comenzaba la intervención del INDEC.
Al cumplirse un año, los técnicos que fueron desplazados por el gobierno
por denunciar la manipulación de los índices, presentaron en un acto en
la puerta del instituto, una evaluación distinta a la realizada por las autoridades actuales, estimando que la inflación estuvo entre el 22,3 y 26,2%, el triple de lo que dice el gobierno, cuya cifra es del 8.6% Los técnicos afirman que los rubros más afectados fueron los de alimentos y bebidas y que el alza de precios real estuvo casi en el 40% Claro, como al gobierno no le gustan los números reales, ni los que los dan a conocer, mandó a la patota de Moreno para impedir que los trabajadores participaran del acto en la puerta de su propio trabajo.
Las autoridades dicen que los datos oficiales “Son absolutamente confiables y se ajustan a los estándares de calidad internacionales”, contando con el apoyo de UPCN, antes menemistas y ahora cercanos a Kirchner Pero es imposible creerles. Intervinieron el INDEC para dibujar las estadísticas y dar la sensación pública de una economía sin problemas y con baja inflación.
La manipulación tiene otra meta presente, desautorizar los pedidos de salarios superiores al 18% que pretende colocar el Gobierno como techo.
Para las paritarias no es lo mismo partir de reconocer una inflación del 8 que del 26%, lo cual en el segundo caso llevaría a fundamentar aumentos superiores al 30%, cosa que el gobierno acordó con la CGT evitar a toda costa. Más allá de los números, cualquiera que va a comprar sabe la verdad. Antes con $ 300 se podía llenar un carrito de alimentos en cualquier supermercado, con las compras para una quincena o más. Ahora, con la misma cantidad de dinero, apenas si se puede llegar a la mitad de productos.
Ni hablar de la carne, que sigue su carrera loca para arriba, sin que la pare ninguna de las medidas parciales adoptadas por el gobierno .
La carestía de vida y las espirales inflacionarias, son viejos conocidos de
toda la población, que recuerda el tremendo golpe al bolsillo que significó la hiperinflación alfonsinista. Aún no estamos igual. Pero, nos acercamos en vez de alejarnos. Para combatir la inflación en serio, no hay que esconder las cifras reales, sino combatir el flagelo con medidas efectivas, tales como: controles y topes de precios, aplicando la Ley de Abastecimiento y castigando con multas y cárcel a las grandes empresas que encarecen. Desde estas páginas, repudiamos la intervención del INDEC, nos solidarizamos con la lucha de los trabajadores estatales y exigimos junto a ellos su inmediata normalización.

Oscura riqueza


La declaración jurada de bienes presentada por Kirchner a la Oficina Anticorrupción, arrojó una conclusión: es el gobernante más rico de la historia argentina. Con una fortuna de 17.824.941 supera por amplio márgen las de: Menem 2.500.000, De la Rúa 1.145.736, Rodríguez Saá 3.103.091
y Duhalde. Un récord difícil de igualar.
Recibe 105 mil dólares por mes, solamente en concepto de alquiler de un lujoso hotel. Tiene depósitos bancarios por 13.0515.021 de dólares, 19 casas, 14 departamentos, 6 terrenos y 2 locales. Declarado… Los documentos presentados también dejaron dudas: ¿Cómo hizo para multiplicar por 94 sus ingresos por alquileres desde el 2002 al 2007? ¿Cómo hizo para comprar tierras en El Calafate a $ 1.50 el m2, cuando en el mercado se venden a $ 50? ¿Cómo tiene ingresos por intereses por un 9% anual para depósitos en dólares ya que significan más del doble de lo que paga el mercado? ¿Como tiene un socio acusado por un juez de lavado de dinero que pagó 10 millones de dólares de embargo? Hay compañeros que trabajan toda la vida y no pueden tener una casa. Otros, con un esfuerzo familiar enorme, la van haciendo de a poco, siempre trabajando. Fíjese que realidad distinta a la de Kirchner que tendría que ser un ejemplo de austeridad. Alguien podría decir: “Lo hizo trabajando…”
Lo hizo trabajando de gobernador y de presidente, es decir, se enriqueció cumpliendo una función que supuestamente tendría que estar al servicio del pueblo y no de hacer dinero.
Sin duda, el relacionamiento con grandes empresarios y financistas y los favores mutuos que se hacen son la base fundamental de tanta riqueza. ¿Cómo será el negocio con Cristóbal López del casino? Kirchner fue uno de los “vivos” del poder que esquivó el corralito, con un plazo fijo en el Deutsche Bank por el cual pasó de 2.2 a 6.8 millones en un año.
¡Qué distinto a los ahorristas a quiénes robaron en los bancos y no tuvieron más defensa que golpear las cacerolas con una cuchara.! ¿Usted está pensando en las paritarias, en cómo hacer para lograr un aumento sin tope, que le permita completar la canasta familiar, sin quedar por atrás de la suba de precios y la inflación? Usted que es docente y tiene que mantener a su familia con 1500 o 2000 pesos por mes. Usted que está en una empresa de empleo precario y gana 500. Usted que cobra un plan de 150 pesos, ¿No siente bronca cuando ve los números del ex -presidente? La mayoría de las familias de trabajadores ya empiezan a pensar cómo van a hacer para comprar los útiles de los pibes para el colegio. ¿No se indigna al saber que lo que necesita para los lápices y cuadernos Cristina se lo gasta en una compra de ropa “baratita”? Nadie puede creer que las declaraciones juradas que presentan los funcionarios son reales, por más abultadas que sean porque truchan todo. Si son capaces de intervenir el INDEC para dibujar estadísticas, son capaces de cualquier cosa. Al mismo tiempo, lo que para cualquier familia obrera es una vergüenza, para los organismos de “control” es perfectamente legal.
A la declaración de bienes hay que sumar una investigación puntillosa de su veracidad, que no puede ser llevada a cabo por los mismos funcionarios gubernamentales sino por comisiones de empleados y organismos de probada independencia y transparencia, poniendo límites concretos a la posibilidad de aumento del patrimonio y castigo ejemplar para el tráfico de influencias, que también es una forma de corrupción.
¿Cuánto tendría que ganar un funcionario y en cuánto podría incrementar su patrimonio? Un cargo, cualquiera que sea, incluyendo al propio presidente, debería tener una remuneración similar a la de una directora de escuela con 20 años de antigüedad. Ni un peso más, ni gastos reservados, ni nada. Que se dediquen a gobernar para el pueblo y no a enriquecerse con plata de oscura procedencia.

Rubén Tzanoff

Hay que cambiar la mano

Durante tres días, localidades y barrios de las provincias, de Buenos Aires y de Capital disfrutaron del carnaval, una fiesta auténticamente popular.

El que parece que no se enteró del final de los festejos, es Lavagna, que sigue cambiando de disfraz y de máscara. Ahora, vuleve al PJ, de la mano del mismo Kirchner con un guiño de Duhalde. Una verdadera estafa, similar a la que antes había protagonizado Borocotó.

La Argentina, sin embargo, está lejos de considerarse un país donde se pueda decir que “todo el año es Carnaval.”

La recesión de EE.UU. y la amenaza que sea un lastre para la economía mundial, abrió un interrogante sobre las consecuencias que va a sufrir la Argentina, a pesar de los intentos gubernamentales de hacer creer que las finanzas están “blindadas”.

Más allá de las dudas sobre el futuro, hay certezas sobre el presente: la inflación sigue subiendo y el gobierno sigue ocultando esta realidad. El
índice oficial del INDEC da un 8.6 %, mientras que el realizado por los técnicos desplazados por Moreno, da un 26%, demostrando que los
rubros que más se dispararon son los alimentos.
Más allá de los números, cualquiera sabe que los precios se fueron por las nubes. Y en pocos días se va a complicar cuando haya que comprar los útiles del colegio para los pibes.

La crisis energética sigue afectando la producción y mucho más a los sectores populares que sufren cortes de luz, agua y limitaciones para consumir combustible. Las empresas privadas brindan un pésimo servicio a pesar que reciben subsidios gubernamentales por 14.626 millones.
Hasta en la oscuridad se percibe cada vez con más claridad que cambiar bombitas, adelantar el reloj y perseguir a los que usan aire condicionado,
no se sirve de mucho.

A nivel de las nuevas autoridades nacionales y provinciales, también está claro lo que vienen a hacer: ajustar. Por eso, se autorizan tarifazos y
quieren despedir. Con la excusa de echar ñoquis (los mismos que ellos vienen poniendo en las sucesivas administraciones), en el revoleo intentan echar verdaderos trabajadores contratados y de planta. Macri es el más conocido y brutal, pero no el único, ya que la misma actitud están tomando varios gobernadores provinciales e intendentes y Scioli se prepara para imitarlos.

Mientras monitorean cómo se empiezan a apretar las clavijas, los Kirchner, Cristina y Néstor, se dedican a: Reconciliarse con Estados Unidos, sentar las bases del Pacto Social y reconstruir el PJ con Lavagna. Hay un común denominador entre estas gestiones que realizan: ninguna
es positiva para los trabajadores y el pueblo. El acercamiento con Washington, en varias reuniones secretas y una pública con el embajador Weyne, fue para que no se hable del destino de los fondos de la valija con 800 mil dólares que vino en un avión oficial y colocarse con mayor fuerza bajo la impronta de la política yanky, comandada por Bush; el Pacto es para limitar el aumento de salarios, reprimir a los que luchan y evitar el surgimiento de nuevos dirigentes; y la pretendida reconstrucción del justicialismo, es para contar con un partido que apoye fielmente todas las medidas antipopulares del gobierno.


La corrupción, como en anteriores gobiernos, sigue siendo moneda corriente en la actual administración. Kirchner hizo una enorme y oscura
fortuna personal, valiéndose de sus cargos de gobernador y presidente. El contrabando oficial está de moda: se trae dinero en valijas transpor-
tadas en aviones alquilados por el propio gobierno y se introducen lujosos vehículos a bajo precio aprovechando las franquicias diplomáticas, que luego se venden muchísimo más caros en el mercado local.

En este verano caliente, son los trabajadores y vecinos los que siguen subiendo temperatura y no por las vacaciones. Los cortes de luz y agua
fueron repudiados con cacerolazos y otras acciones en la calle. Los municipales de capital le pusieron un primer freno a los despidos de Macri.
Los obreros de Dana enfrentan la militarización de la fábrica. Los empleados del INDEC resisten la intervención. Los asambleístas de Gualeguaychú siguen su reclamo por el cierre de Botnia y Ence. Los compañeros y compañeras del Casino llevan más de 80 días de conflicto contra los despidos. Mientras tanto, en Neuquén se enfrenta el salvaje ataque al local y militantes del MST.
Se movilizan, hacen paro y enfrentan tanto la represión de las fuerzas de seguridad como los ataques de las patotas armadas por el gobierno
y la burocracia. Es una gran tarea apoyar todas las luchas y a los nuevos dirigentes que surgen en ellas, rodearlas de solidaridad, repudiando y
enfrentando los ataques y la represión.

Al mismo tiempo, se viene una pulseada fuerte por el salario en el marco de las paritarias que mayoritariamente empiezan en marzo. Cristina acordó con la CGT que no reclamen aumentos superiores al 18%. Las patronales pretenden que no superen el 15%. La inflación obliga a que no sean menores del 30%, como piden panaderos y docentes. Por eso, ya empezaron a reclamar los docentes y se discute el no inicio, también se prepara el Subte y otros trabajadores para pedir un aumento acorde a la suba inflacionaria. Tenemos que impulsar asambleas para discutir y votar qué porcentaje de aumento hay que reclamar y quiénes serán los representantes para hacerlo, haciendo movilizaciones y otras acciones para lograrlo.

El ex presidente quiere reconstruir el PJ con los viejos capo-mafia de siempre, amigos de la UCR y Lavagna. Macri toma el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como vidriera del PRO para vender un producto presidenciable.
Carrió, desde el deshilachado ARI, se aleja cada vez más de posiciones progresistas. Lo que queda pendiente es construir un proyecto distinto
a lo conocido, un proyecto de cambio desde un partido de izquierda. Con la suficiente amplitud para encarar una construcción que no caiga en el
sectarismo y la suficiente firmeza para esquivar el oportunismo de las líneas que van a ser furgón de cola de proyectos que ya fracasaron.

En definitiva, hay que apoyar las luchas, el surgimiento de nuevos dirigentes sindicales y la construcción de una Nueva Izquierda.

Pasó el carnaval. Están terminando las vacaciones. La vuelta a las fábricas, oficinas, escuelas y universidades, nos vuelve a colocar de cara a los desafíos a encarar, para cambiar la mano.

domingo, 24 de febrero de 2008

Para el bolsillo del pueblo

Precios y salarios son una pareja que se lleva muy mal por la injusta distribución de la riqueza. Empeoran su relación cuando hay inflación. La disputa tiene en un rincón del ring a los patrones y a los dueños de las cadenas de hipermercados, en el otro a los trabajadores y el pueblo. Con acciones eficaces y con la movilización, se puede ganar la pelea.


Bajar los
precios


Cuando uno va a hacer las compras, lo que más se escucha es: ¡Qué caro! ¡Subió todo! De la carne, ni hablar. Hacer unas milanesas o comer un asado se complica cada vez más. Y en pocos días empiezan las clases. Vamos a tener que hacer malabares para comprar los útiles de los pibes.
El gobierno intervino el INDEC para truchar el índice inflacionario y toma algunas medidas efectistas con el objetivo político de demostrar a la población que por lo menos hace algo. ¿Te acordás de las reuniones de Kirchner con los empresarios anunciando acuerdos de precios? ¿Y de la lista de precios oficiales de la carne? Todo verso.
Lo concreto es que el país fue ubicado entre los 20 más inflacio-narios. Esta situación ya afecta severamente la economía familiar y la cosa puede empeorar. Para darle un corte definitivo a la inflación y no caer en la “hiper” de otras épocas, hay que poner en vigencia y aplicar la Ley de Abastecimiento, tomando las siguientes medidas:
Bajar los precios. Fijar precios máximos para los alimentos que componen la canasta familiar y los bienes de primera necesidad.
Controlar estrictamente el cumplimiento de las medidas en las plantas productoras de alimentos y en los grandes supermercados, con la intervención de organismos del Estado, bajo la fiscalización de organizaciones de amas de casa, de consumidores y sindicatos.
Aplicar sanciones con cierres, multas y cárcel a los que aumenten los precios, expropiando los bienes productivos y los alimentos a quienes reincidan en el ataque al bolsillo de la población, para entregarlos a los más necesitados.
Eliminar el IVA de los productos de primera necesidad.

Subir los salarios a $3.000 de mínimo

Los bolsillos de los trabajadores están cada vez más vacíos. El regreso de las vacaciones y el inicio del año con las obligaciones que se vienen encima, aumenta la preocupación y la duda. Muchas amas de casa se preguntan: ¿Cómo vamos a hacer?
Los anteriores aumentos salariales, logrados a partir de luchar, quedaron minimizados. Es una carrera desigual: la velocidad con que se remarcan las listas de precios es muy superior a la velocidad con que se cambian los importes de los recibos de sueldo.
Aumentos de sueldo se van a conseguir, la cuestión es en cuánto van a incre-mentarse.
Cristina no quiere que las paritarias superen el 18% de promedio. Los empresarios pretenden el 13%. Ninguno de los dos porcentajes alcanza.
Los desocupados siguen cobrando subsidios de $ 150. Es inadmisible que el gobierno pretenda que una familia sin trabajo pueda vivir con uno o dos planes sociales.
La mayoría de los contratados y los trabajadores en negro tienen salarios muy bajos y encima están por fuera del convenio.
Los profesionales desplazados del INDEC evaluaron que la inflación real del 2007 estuvo entre el 22 y el 26%. La canasta familiar ronda los $ 3.200. Los aumentos deben ser generalizados. Nosotros proponemos las siguientes medidas:
Aumentar los salarios a $ 3.000 como mínimo, (ya que es el costo estimativo de la canasta familiar) para todos los trabajadores efectivos, contratados y en negro, peleando por más incremento proporcional para los que ya ganan esa cifra.
Incluir en las paritarias una cláusula de aumento automático ante cada suba de precios detectada por los profesionales y técnicos desplazados del INDEC, hasta que el organismo sea normalizado bajo control de sus trabajadores.
Llevar los planes sociales a $ 500 como mínimo, garantizando la entrega de la comida necesaria para los desocupados organizados en los movimientos piqueteros.

Masacre de Trelew

22 de agosto de 1972

En la masacre fueron ametrallados 19 militantes de las organizaciones guerrilleras: Fuerzas Armadas Revolucionarias, Ejército Revolucionario del Pueblo y Montoneros. Tres de ellos sobrevivieron y denunciaron el crimen político. Fue un ensayo de terrorismo de estado. Esta represión salvaje continuó dos años después con las bandas fascistas de la Triple A protegidas por parte del aparato estatal y se profundiza luego con el genocidio de la última dictadura militar que exacerba sin límites ese terrorismo de estado.
Durante décadas los asesinos y los responsables políticos e intelectuales vivieron impunes. La lucha de las Madres de Plaza de Mayo y los organismos de DD.HH., junto al pueblo exigiendo justicia, fueron decisivos para que se reabriera la causa. La anulación de las leyes de Punto final y Obediencia Debida, (en la que Patricia Walsh cumplió un papel clave), la reapertura de la causa por los familiares de las víctimas, la declaración de varios ex conscriptos y del médico que extendió el certificado de defunción de los militantes, fueron determinantes para este triunfo democrático.
El juez Sastre, del juzgado Federal de Rawson, decidió el pedido de captura de cinco ex marinos por su presunta responsabilidad en esta masacre, encuadrando los crímenes como un delito de lesa humanidad, impidiendo así que proscribiera la causa. En la Unidad 6 de Rawson detuvieron al ex capitán Luis Sosa, señalado por los sobrevivientes como el principal responsable de los asesinatos, y a los ex oficiales Del Real y Pacagnini. Morandino, que vivía en EE.UU. acaba de ser detenido, y el ex capitán Bravo no está en el país.
El juicio y la detención de los ex marinos es un gran avance en la lucha por justicia y cárcel para todos los genocidas que aún andan sueltos.

El penal de Rawson alojaba unos
200 presos políticos. aunque la
mayoría eran de organizaciones político militares populares, también estaban dirigentes como Agustín Tosco, dirigente de Luz y Fuerza cordobés. El 15 de agosto del 1972 los grupos armados de FAR, ERP y Montoneros tomaron el penal e iniciaron la fuga. Confusiones y desencuentros hicieron creer a los grupos de apoyo que la operación finalmente no se haría. Sin embargo, la cárcel fue tomada. la unidad 6 del penal de Rawson y dos grupos se dirigieron al aeropuerto de Trelew.
El primero, donde estaban los dirigentes guerrilleros, llegó a tiempo. Allí los esperaba un avión de Austral, copado por otro comando. El otro grupo se retrasó. Finalmente, Mario Santucho, Domingo Mena y Enrique Gorriarán Merlo del ERP; Roberto Quieto y Marcos Osatinsky de las FAR y Fernando Vaca Narvaja de Montoneros huyeron rumbo a Chile, gobernado por el presidente socialista Salvador Allende y luego continuaron hacia Cuba.
Al rato llegó el segundo grupo que tomó el aeropuerto de Trelew intentando fugar en un avión que estaba por aterrizar, pero que alertado no lo hizo. Fueron rodeados por fuerzas de seguridad. Los guerrilleros realizaron entonces una conferencia de prensa. Hablaron Rubén Bonet, del ERP, y Mario Pujadas, de Montoneros, exigiendo garantías por su seguridad para deponer sus armas y rendirse. El juez Luis Godoy y el capitán de la marina Luis Emilio Sosa, con el coronel retirado del ejército Luis Perlinger como testigo, aseguraron que sería respetada la integridad física del grupo, que serían llevados al penal de Rawson y no a la base naval.
Por orden del presidente Lanusse los detenidos fueron conducidos a la base Almirante Zar y no al penal de Rawson, como se había acordado.
A poco de llegar a la base los detenidos fueron sometidos a torturas físicas y psicológicas.
A las 3.30 de la madrugada del 22, según relatos de los sobrevivientes María Antonia Berger, Alberto Camps y René Haidar, desaparecidos después con la última dictadura, Sosa y otros integrantes de la armada ordenaron a los presos pararse frente a sus celdas y comenzó el ametrallamiento.
La respuesta oficial que dio el gobierno de Lanusse fue que esta matanza se realizó después de un intento de fuga. Es la misma versión que hoy da el detenido Capitán Sosa, que asegura que él no tuvo nada que ver.

Las víctimas

En la masacre de Trelew murieron los militantes Carlos A. Astudillo, Alfredo E. Kohon y María A.Sabelli, de las FAR; Rubén P. Bonet, Eduardo A. Capello, Mario E. Delfino, Alberto C. del Rey, Clarisa R. Lea Place, José R. Mena, Miguel A. Polti, Ana M. Villarreal de Santucho, Humberto S. Suarez, Humberto A. Toschi y Jorge A. Ulla, del ERP y Susana G. Lesgart de Yofre y Mario Pujadas, de Montoneros.
Sobrevivieron a la masacre, como decimos más arriba, Alberto M.Camps, María A. Berger y Ricardo R. Haidar, desaparecidos años después. Estos crímenes no hubiesen sido posibles sin el consentimiento político expreso del general Lanusse y su gobierno.

El impacto sobre la vanguardia obrera, estudiantil y revolucionaria de la época


El 22 de agosto del 1972 me encontraba viviendo en Tucumán, militando en el Partido Socialista de los Trabajadores. Teníamos un local en el centro de la ciudad y nos enteramos por la radio. No podíamos creer esta terrible noticia. Fuimos a tomar un café con Nora Ciapponi y un grupo de militantes y, como diría el poeta César Vallejo, la noticia nos labró surcos oscuros, en los rostros, en el cuerpo, en el alma. Es que más allá de las diferencias teóricas y políticas que manteníamos con los grupos guerrilleros y sus simpatizantes, compartíamos la lucha de todos los días. Estos asesinatos fueron una tragedia para nosotros.
Antes y después de Trelew, debatíamos políticamente con las corrientes guerrilleras, apoyados en Lecciones sobre España de León Trotsky y en los trabajos de Nahuel Moreno. Nuestra política esencial era estar siempre pegados al movimiento de masas, con el convencimiento de que son los pueblos los que hacen los cambios y las revoluciones. Y la vanguardia, cualquiera que sea, debe respetar estos procesos y decisiones.
Más allá de las peleas políticas y las chicanas, nos queríamos y respetábamos porque éramos parte de un mismo y gran ascenso obrero, estudiantil y popular en el país y el continente.
En esa época, en el mar de diferencias había algo en común: todos esos jóvenes hombres y mujeres de una vanguardia revolucionaria como pocas veces se ha visto en nuestro país, queríamos cambiar la Argentina, Latinoamérica y el mundo, algunos levantando la Patria Socialista de Perón y Evita, y otros el socialismo internacional. Todos dábamos fe de nuestras convicciones poniendo el cuerpo, jugándonos enteros por nuestros ideales. Era un contexto histórico nacional y mundial distinto.
Y si bien ahora el contexto ha cambiado, son muchas las cosas que podemos rescatar de ese pasado. Entre ellas, que pueden existir grandes diferencias políticas pero se puede lograr la unidad de acción. Que los proyectos por los que luchábamos no se han realizado y hay que concretarlos. Que es necesaria y posible una segunda independencia y un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

Chino Moya

Un represor a cargo de la seguridad

El gobierno de Celso Jaque (PJ), que le ganó la gobernación al candidato de la Concertación de Cobos, debutó con una seria crisis institucional a raíz de la asignación de Carlos Rico como viceministro de Seguridad.
Rico fue instructor contrasubversivo de la Policía Federal en Mendoza durante la dictadura militar. La ex detenida Alicia Morales ya lo reconoció como uno de los policías que frecuentaba los calabozos del centro clandestino de detención D2, donde estuvo encarcelada.
El eje central de la campaña de Jaque fue la inseguridad. En largas publicidades televisivas se jactó de haberse asesorado con los gobiernos de EEUU, Inglaterra y el País Vasco (donde actúan algunas de las fuerzas represivas más brutales del mundo). Aseguró tener un “mapa del delito” y prometió efectuar un plan que en seis meses reduciría el crimen en un 30%.
Al asumir, le dio la cartera de Seguridad a Carlos Aguinaga, del Partido Demócrata (partido que gobernó junto a los militares en la última dictadura). Este, ya en el cargo, confirmó que aplicaría la política derechista y reaccionaria del PD, reconociendo no saber nada del “mapa del delito”.
Lo que quedó de las promesas de Jaque es la aplicación de una política afín a la de los países que visitó: la del PD. Después de esta burla y desprecio a los votos de la gente, lo que hizo estallar la indignación popular fue la asignación de varios ex comisarios, sospechados de haber actuado durante el «proceso», como funcionarios dentro del Ministerio de Seguridad. Y en especial, la asignación de Rico como viceministro. Estos tuvieron su primera aparición mediática a mediados de enero, cuando un comunicado interno entre la policía, los servicios de inteligencia y de Seguridad, que informaba sobre un seguimiento (escuchas telefónicas incluidas) de las actividades del Polo Obrero, llegó a manos de un periodista que lo publicó.
Mientras delegó Seguridad al PD, Jaque dejó la coordinación de DD.HH. a cargo de Pablo Salinas, dirigente del Polo Social y abogado de larga trayectoria en el mismo terreno.
El sábado 9 de febrero se anunció que el gobierno de Jaque sería querellante en todos los juicios contra los responsables de la dictadura en Mendoza. El mismo gobierno del cual Rico forma parte. El mismo día organismos de DDHH presentaron la denuncia contra Rico en los tribunales federales.
Esta contradicción derivó en crisis unos días después cuando un diputado demócrata y luego Aguinaga acusaron a la testigo Morales de ser un “estafadora” y a Salinas de estar detrás del accionar de los organismos de DDHH.
En medio de la anunciada crisis institucional, Jaque ratificó su apoyo tanto a Salinas como a las decisiones de Aguinaga y la permanencia de Rico, “para darle lugar a la justicia”. Es una situación insostenible en la que o Rico o Salinas tendrá que renunciar, lo cual sería un golpe importante para el gobierno, que lleva apenas dos meses.
Una multisectorial, formada al calor de estos hechos, que reúne a la izquierda, los organismos de DD.HH. y algunos sindicatos de la provincia, presentó un documento común en un acto frente a la Legislatura, exigiendo la destitución de Rico y la renuncia de Aguinaga. Es el primer paso de un plan de lucha que apunta a una gran movilización el 24 de marzo.

Federico Moreno

Construyamos juntos una nueva alternativa política

La normalización del PJ que ha encarado Kirchner junto a lo peor de la burocracia sindical y los viejos políticos de la era menemista, la crisis terminal del radicalismo, las aspiraciones presidenciales de Macri y el giro cada vez más a la derecha de Carrió vuelven a poner sobre el tapete la necesidad de construir una alternativa política que represente fielmente a los trabajadores y el pueblo.


Escribe Alejandro Bodart, dirigente nacional del MST Nueva Izquierda.

Para poner en pie la alternativa política que hace falta, uno de los prin cipales debates a encarar es sobre las causas que vienen impidiendo la unidad entre los sectores más representativos de la izquierda y el campo popular. Al igual que la gran mayoría de los luchadores estamos convencidos que la unidad en base a un proyecto común implicaría un avance extraordinario, ya que despertaría la simpatía de amplias franjas de la sociedad. Las diferencias en torno a qué proyecto hace falta construir es lo que explica que dicha unidad esté lejos de concretarse.
La falta de unidad y la debilidad de los distintos proyectos de izquierda y el campo popular existentes han provocado que gran parte de los luchadores sociales que serían fundamentales para poner en pie una herramienta poderosa se mantengan al margen o se limiten al trabajo social o sindical y sean reacios a comprometerse políticamente. Lamentablemente, esta actitud perfectamente entendible no termina de resolver ningún problema. Sin su aporte se hace casi imposible avanzar en el terreno político. Al mismo tiempo se hace muy difícil dar nuevos pasos sindicalmente e incluso mantener el terreno conquistado, por la inexistencia de una alternativa política con peso de masas que le de sustento al proceso de nueva dirección que recorre el movimiento obrero y popular.
Concretamente, así como la historia de los sindicatos y los organismos de masas durante los últimos 60 años han estado íntimamente ligados al PJ y la burocracia sindical, su recuperación por parte de la nueva camada de luchadores antiburocraticos que ha surgido dependerá del desarrollo de una nueva alternativa política que supere al peronismo y los carcamanes que lo representan y se reciclan.

Oportunismo y sectarismo: dos caras de una misma moneda

En el conjunto de la izquierda y el campo popular existen actualmente tres proyectos distintos. Las diferencias no solo se manifiestan en la falta de unidad electoral, sino de manera cotidiana en las luchas y demás procesos sindicales y políticos que se desarrollan en el país. De allí la importancia de que todos los luchadores se involucren y participen activamente en estos debates, ayudando a fortalecer el proyecto que consideren más acertado política y sindicalmente.
Uno de los proyectos que consideramos equivocado tiende al oportunismo. Se manifiesta por ejemplo en el giro dado por el Partido Comunista, que de impulsar junto a nosotros durante varios años Izquierda Unida terminó apoyando a Ibarra y al kirchnerismo en las últimas elecciones a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Aunque con una política distinta, enfrentada al kirchne-rismo y levantando puntos programáticos muy progresivos, también consideramos equivocado el Proyecto Sur encabezado por el compañero Pino Solanas y Claudio Lozano de la CTA, ya que para intentar recrear un espacio de centroizquierda frustraron la posibilidad de confluencia con la izquierda por la que trabajamos a fondo nosotros y los distintos sectores que integramos el proyecto de Nueva Izquierda. Estos sectores y otras organizaciones con orientaciones similares, por lo general tienden a boicotear el proceso de nueva dirección sindical en curso, aliándose o siendo parte de corrientes burocráticas.
Otro proyecto equivocado es el que consideramos sectario. La organización más conocida de este sector es el Partido Obrero, aunque tienen orientaciones similares otros partidos como el PTS y grupos menores. Estos compañeros tienden a perder de vista las necesidades de los luchadores y el conjunto de los trabajadores y el pueblo, privilegiando siempre su autoconstrucción. En el terreno político rechazan la necesaria unidad de la izquierda y los sectores populares. En las luchas y procesos sindicales por lo general intentan destruir lo que no pueden controlar, dirigir y organizar en su propio partido. Como se pudo apreciar en las últimas elecciones docentes, donde dividieron a la oposición, o en luchas muy importantes como la de Santa Cruz, donde trabajaron activamente contra los nuevos dirigentes de ADOSAC.
Aunque aparentemente antagónicos, estos dos proyectos tienen mucho en común ya que por una u otra vía terminan debilitando el desarrollo de una nueva alternativa política y el proceso de nueva dirección sindical, favoreciendo de hecho a los viejos partidos y dirigentes sindicales que supuestamente se plantean combatir.

Hace falta un nuevo proyecto, socialista y de izquierda

Nuestro partido no ha estado exento en el pasado de muchos de los errores que actualmente le criticamos al resto de la izquierda, principalmente en lo que respecta al sectarismo. La realidad, los fracasos, un análisis muy crítico de nuestra propia actuación y la del resto de la izquierda, y sobre todo nuestra convicción revolucionaria, nos han llevado a sacar la conclusión de que para avanzar se hace imperioso cambiar de manera radical la forma de hacer política.
Seguimos creyendo que hace falta construir una organización revolucionaria, antiimperialista y anticapitalista, que dé batalla en todos los terrenos en pos de una sociedad socialista, donde los que gobiernen sean los trabajadores y el pueblo. Al mismo tiempo estamos convencidos de que para construirla hace falta desterrar el dogmatismo y aquellas viejas recetas que la historia se encargó de demostrar que estaban equivocadas.
Lo que está planteado es construir un nuevo proyecto de izquierda. Que tenga como centro responder a las necesidades más imperiosas de los luchadores y del conjunto de los trabajadores y el pueblo. Donde no solo sea posible convivir con diferencias, sino que se aliente la libre circulación de ideas y la elaboración colectiva. Para que la necesaria e indispensable unidad en la acción sea fruto del convencimiento político y no de imposiciones burocráticas de aparatos.
Nuestro proyecto no sólo no descarta confluir con otros sectores de la izquierda y el campo popular, sino que es un proyecto al servicio de dicha confluencia. Sin sectarismo ni oportunismo de ningún tipo. Para lo cual está planteado dar una batalla política contra las concepciones equivocadas de muchas de las organizaciones existentes.
Creemos en la necesidad de dar pelea en el terreno electoral y seguiremos llamando a la unidad no solo a la izquierda, sino también a Pino Solanas y Proyecto Sur, a los disidentes y la base del ARI, a los sectores de la CTA que se alejan críticamente del kircherismo y sobre todo a los miles de compañeros independientes que proviniendo de distintas identidades están buscando una nueva alternativa política.
Pero el proyecto por el cual luchamos va mucho más allá de lo electoral. Está al servicio de lograr una nueva dirección en el movimiento obrero, en el estudiantado y los sectores populares. De que triunfen todas las luchas. Y de lograr cambios de fondo en nuestro país.

Te invitamos a que te sumes

Recién estamos dando los primeros pasos en este nuevo proyecto que hemos denominado Nueva Izquierda. Junto a nuestro partido, el MST, vienen trabajando distintos grupos y compañeros independientes como Patricia Walsh, Cacho Bidonde, Marcelo Parrilli y muchos otros luchadores sindicales y políticos.
Te invitamos a sumarte a nuestro espacio y a la construcción del MST. Necesitamos tu aporte. Porque si nuestro partido y el proyecto de Nueva Izquierda se fortalecen, estaremos mucho más cerca de poner en pie la poderosa alternativa socialista y de izquierda que los trabajadores y el pueblo necesitan. El proceso de nueva dirección recibirá un nuevo impulso y será mucho más fácil encarar los enormes desafíos que la realidad nos obliga a responder cotidianamente.


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