lunes, 25 de febrero de 2008

22 a 26% de inflación

Técnicos y trabajadores del INDEC en lucha dieron a conocer las estadísticas verdaderas del 2007:

El 29 de enero del año pasado Graciela Bevacqua, del IPC (Indice de Precios al Consumidor), fue reemplazada por Beatriz Paglieri, que responde al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Así comenzaba la intervención del INDEC.
Al cumplirse un año, los técnicos que fueron desplazados por el gobierno
por denunciar la manipulación de los índices, presentaron en un acto en
la puerta del instituto, una evaluación distinta a la realizada por las autoridades actuales, estimando que la inflación estuvo entre el 22,3 y 26,2%, el triple de lo que dice el gobierno, cuya cifra es del 8.6% Los técnicos afirman que los rubros más afectados fueron los de alimentos y bebidas y que el alza de precios real estuvo casi en el 40% Claro, como al gobierno no le gustan los números reales, ni los que los dan a conocer, mandó a la patota de Moreno para impedir que los trabajadores participaran del acto en la puerta de su propio trabajo.
Las autoridades dicen que los datos oficiales “Son absolutamente confiables y se ajustan a los estándares de calidad internacionales”, contando con el apoyo de UPCN, antes menemistas y ahora cercanos a Kirchner Pero es imposible creerles. Intervinieron el INDEC para dibujar las estadísticas y dar la sensación pública de una economía sin problemas y con baja inflación.
La manipulación tiene otra meta presente, desautorizar los pedidos de salarios superiores al 18% que pretende colocar el Gobierno como techo.
Para las paritarias no es lo mismo partir de reconocer una inflación del 8 que del 26%, lo cual en el segundo caso llevaría a fundamentar aumentos superiores al 30%, cosa que el gobierno acordó con la CGT evitar a toda costa. Más allá de los números, cualquiera que va a comprar sabe la verdad. Antes con $ 300 se podía llenar un carrito de alimentos en cualquier supermercado, con las compras para una quincena o más. Ahora, con la misma cantidad de dinero, apenas si se puede llegar a la mitad de productos.
Ni hablar de la carne, que sigue su carrera loca para arriba, sin que la pare ninguna de las medidas parciales adoptadas por el gobierno .
La carestía de vida y las espirales inflacionarias, son viejos conocidos de
toda la población, que recuerda el tremendo golpe al bolsillo que significó la hiperinflación alfonsinista. Aún no estamos igual. Pero, nos acercamos en vez de alejarnos. Para combatir la inflación en serio, no hay que esconder las cifras reales, sino combatir el flagelo con medidas efectivas, tales como: controles y topes de precios, aplicando la Ley de Abastecimiento y castigando con multas y cárcel a las grandes empresas que encarecen. Desde estas páginas, repudiamos la intervención del INDEC, nos solidarizamos con la lucha de los trabajadores estatales y exigimos junto a ellos su inmediata normalización.

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