El FMI siempre está

El pasado miércoles 14 de febrero el embajador norteamericano Earl Wayne se entrevistó con el ministro de economía Lousteau. Dos temas fueron centrales: el pedido de «estímulos» para las inversiones de las empresas estaodunidenses en el área de servicios y la «ayuda» que EEUU ofrece para que la Argentina acceda a una revisión del FMI, indispensable para refinanciar la deuda con el Club de Paris, que representan 5.800 millones de dólares en default (pagos suspendidos). ¿Pero no era que con los 10.000 millones de dólares que Kirchner le había pagado ya nos podíamos olvidar del Fondo y la deuda externa? Malas noticias, la deuda lejos de desaparecer… aumentó. Por eso reapareció el FMI. Sí, después del canje sumó 12.000 millones de dólares más. Sin contar los bonos que no se canjearon (llamados holdouts), llega a la friolera de 137.114 millones de dólares. Y las potencias europeas, agrupadas en el Club de París, estipulan en sus estatutos que para acceder a una refinanciación de sus créditos hace falta la supervisión del FMI sobre el programa económico del país deudor. ¿Pero… qué puede exigir el Fondo?. Entre otras cosas, que haya un plan de pagos para los bonistas que no entraron en el canje y que representan nada menos que 28.000 millones de dólares. Que el gobierno deje de mentir sobre la inflación…No, no te ilusiones, no es que le preocupe que te estén mintiendo a vos, sino que una parte importante de los bonos de la deuda pública van indexados por el CER. Además, la falta de un índice confiable está afectando los cálculos y negocios de las grandes empresas. ¿Por qué tanto empeño en pagarle al Club de París si el gobierno dice que los números le dan bien? Porque hay que seguir pagando importantes vencimientos de la deuda pública. En este 2008 hay que abonar la friolera de 12.300 millones de dólares entre capital e intereses. Una parte (aproximadamente 6.100 millones) se obtiene con ese robo al pueblo llamado superávit fiscal. Por ahí se va gran parte de lo que le hace falta al salario miserable de los docentes y estatales, a la salud y educación públicas, a los planes de viviendas populares que nunca alcanzan para una casita digna. Los otros 6.200 millones necesitan de distintas, y caras, fuentes de financiamiento. Los intereses en dólares que le pagamos a Venezuela son del 10,43 % anual, el doble de los que deberíamos pagar (5,37 %) si no estuviéramos en cesación de pagos con el Club de París. Y esto no es otra cosa que más deuda y más deuda… Encima, como aún se adeuda a los que no entraron en el canje, las enormes reservas del país, de las que está tan orgulloso el gobierno, aunque duela en el bolsillo del pueblo, dan poca ganancia, pierden valor. Ya que como los bonistas, con la ayuda de la justicia de los países imperialistas, pueden embargar los depósitos en el exterior, Argentina se ve obligada a depositarlos en entidades e inversiones inembargables como son los títulos del tesoro norteamericano, que dan poco interés. ¡Hasta de esto se benefician los yanquis! Cada vez van a pagar más Sí a ésta altura todavía creés que el gobierno tiene las cosas controladas y no va a pagar más de lo que ya está pagando por la deuda eterna, te contamos que no es así. El año que viene tiene que pagar 15.000 millones de dólares. El crédito internacional va a estar más caro por la crisis de EE.UU. (este año se duplicó el riesgo país argentino y con ello se encareció el crédito). Y el director gerente del FMI Strauss-Khan acaba de señalar que a los países emergentes como el nuestro, la crisis les va a llegar y pegar más duro que a los que son potencias más sólidas. Todo lo contrario de lo que nos quiere hacer creer el gobierno. Para decirlo con todas las letras: los yanquis nos van a querer hacer pagar la crisis a todos los países pobres y a los trabajadores del mundo. ¿Alguna buena entre tantas pálidas? Sí. Así como la crisis de EEUU se explica porque los pueblos del mundo han resistido como «gato panza arriba» la voracidad de ganancias y explotación de los grandes capitalistas, lo más probable es que acá la gente salga a pelear fuerte ante tanto saqueo, en defensa del salario y los reclamos sociales.

Francisco Santana