viernes, 30 de mayo de 2008

El papel de Argentina en la crisis alimentaria mundial actual



Desde hace aproximadamente un año se estima que por lo menos en 37 países se han registrado trastornos sociales por la enorme carestía de los alimentos. Fundamentalmente la duplicación repentina y a veces la triplicación de los precios al consumidor de los dos alimentos más básicos de la humanidad, el arroz y el trigo, han desatado manifestaciones callejeras de indignación y protesta que en algunos casos, como Haití, ha significado el asesinato de gente hambrienta, significativamente a manos de fuerzas de ocupación extranjera. [1]

Los porqués del hambre mundial

Se mencionan varios factores como desencadenantes de tales incrementos en el mercado mundial: alguna sequía gigante, el aumento de consumo indio y chino, la presencia en concurrencia de los bio-agro-necrocombustibles que disputan, ahora para los autos, las tierras para cultivo de alimentos para humanos, la economía-casino, que se ha ido desarrollando cada vez más, dedicada a compras-a-futuro, método que indudablemente es muy proclive a la especulación y que por lo tanto empuja a los alimentos (y a todos los productos) a un alza constante, enloquecida, ajena a la vieja estructura de costos.

Hablando de las secuelas del hambre en el mundo, Martín Caparrós en un artículo motivado por una visita suya al África, “Gracias al hambre (Etiopía, 21/5/2008)”, aparecido en el boletín-e Comcosur (Montevideo, 25/5/2008) aporta una valiosa mirada al problema mostrando el no del todo elegante papel que le cabe a la Argentina en la coyuntura del hambre generalizada y provocada no por la ausencia de alimentos sino por su carestía.

Caparrós señala crudamente que “nosotros, los argentinos, vivimos del hambre”. Y reseña el grado brutal de hambre que existe en varios países, una enorme cantidad ubicados en lo que se llama el África negra, que proveen el mayor caudal de una estadística que habla de 25 mil seres humanos muertos al día; “son más de mil por hora, 17 por minuto”. Caparrós insiste con datos que procuran hacer conciencia sobre algo que resulta bastante alejado de la cotidianidad argentina (aunque en el invierno anterior pasamos mediáticamente por la muerte por hambre y desnutrición de varios miembros de etnias originarias en el norte argentino).

Va de nuevo”, nos dice Caparrós: “son, en los diez segundos que usted tarda en leer esta frase, mi estimado, tres hambrientos menos. En un país como Etiopía, con 75 millones de habitantes, hay 15 millones que están todo el tiempo al borde de la hambruna. A veces caen: entonces vemos 42 segundos terribles en la tele, chicos raquíticos con panzas como globos, madres ramitas secas estirando la mano como quien ya no espera […].”

Caparrós va más allá y describe implacable el proceso de ensimismamiento que, pese a internet y a la globalización comunicacional, parece afectar a la Argentina: “el mundo es una máquina hipercompleja e integrada, por más que los argentinos actuales hayan decidido hacerse tanto más provincianos ciegos que sus padres y olvidarlo: hacer como si no existiera. O, por lo menos, como si no importara.”

El hambre no es joda. Las cifras transcriptas lo testimonian. En Haití se han hecho “populares” una galletas de tierra arcillosa cocida que por ser salobre engaña el estómago de los haitianos más empobrecidos. Alguien pescó “el negocio” con unas tierras del centro del país, zona de Hincha. [2]

En Somalía, la crisis golpea por muy distintos lados: hay un gobierno establecido mediante ocupación, igual que en Haití, desconocido por muchos, una crisis monetaria en parte incentivada por la falsificación de la moneda nacional y una suba de precios tal que en un año se duplicaron los que menos aumentaron y se cuadruplicaron los que más. A fines de 2007 se estimaba en un 20% a la población (diez millones de habitantes) en situación de hambruna, en marzo, con el encarecimiento, un millón más de pobladores cayó en la indigencia y se teme la caída de otro millón de sufrientes en lo que resta del año. Mientras tanto, EE.UU. bombardea regularmente el país so pretexto de luchar contra algo, pero con la precaución de no poner pie en tierra después del “tropezón” sufrido en su último desembarco. [3] Ningún país puede funcionar si entre un tercio y la mitad de su gente pasa hambre de modo estructural, sostenido…

En Haití o en Somalia vemos claramente los daños, la destrucción brutal, que la occidentalización, la modernización, provoca en sociedades ajenas, subalternizadas.

El papel de Argentina

Caparrós desnuda el mecanismo de esa ganancia argentina sobre la base del hambre mundial. Por su importancia lo citaremos in extenso:

Y nosotros ganamos con esos aumentos. Nos hacemos los boludos, no queremos verlo: nuestra prosperidad le está costando carísima a millones y millones de personas. La Argentina salió de la crisis gracias al aumento del precio de los granos: por estos precios, millones se mueren de hambre. O sea: las ganancias tan legítimas por las que discuten encarnizados los presidentes K y el campo producen sufrimientos espantosos. No digo que sea a propósito. No, por favor. Nosotros pasábamos por ahí cuando los chinos decidieron empezar a comer y las leyes del mercado hicieron que los precios subieran y las leyes del mercado hicieron que millones no pudieran comprar más comida y se murieran pero a mí por qué me miran, yo hago mi trabajo, yo defiendo lo mío y trato de venderlo lo más caro posible porque así son las leyes del mercado y yo justo estaba ahí, qué culpa tengo.”

Y bien: la situación real es todavía más espantosa, mucho más espantosa que lo ya descrito por Caparrós. No es exactamente que “nosotros pasábamos por ahí” como aquel que ve luz y entra. Queda en pie el deslinde radical con toda teoría conspiracionista según la cual los sojeros hambrean, cuando en realidad lo único que quieren es hacer negocio.

Una corrección, empero, basada en dos precisiones: primero, que los sojeros no sólo quieren hacer negocios sino además hacer como que hacen obra, patria o como usted quiera llamar a sus proyectos de ogros filantrópicos, bastante opuestos a los soñados por Octavio Paz, y segundo porque el origen de este escabroso rol que juega hoy Argentina no es tan argentino como parece.

Argentina made in USA

Dennis Avery ha sido por años un alto funcionario del USDA, Ministerio de Agricultura de EE.UU., y se presenta como “analista agrícola Senior del Departamento de Estado”. Con la candidez característica de tanto estadounidense explica en la introducción a su libro Salvando el planeta con plásticos y plaguicidas, [4] que estaba “escribiendo otro [libro] que trataba sobre la importancia del libre comercio para la agricultura estadounidense.” Su última frase es reveladora de toda una política: preservar el suministro de víveres por parte de EE.UU. a países que vayan perdiendo así su soberanía alimentaria.

Claro que siempre con las mejores intenciones: frente a una sequía por ejemplo, ir en auxilio con la ley 480, regalar cereales un año, dos, y cuando los agricultores locales no puedan ya no recuperarse de la sequía sino de la competencia con los granos introducidos “solidariamente” por EE.UU. con precios de dumping, es decir, cuando se ha logrado debilitar la soberanía alimentaria y se ha “desarrollado” la dependencia ídem, entonces sí, iniciar el negocio con precios en alza.

EE.UU. se ha especializado, usando los alimentos como arma geopolítica en ir estableciendo en tantos países como sea posible el régimen que Devinder Sharma con lucidez ha caracterizado como “del-barco-a-la-boca”: la población tiene que aguardar lo que va llegando al puerto para poder comer. Mayor esclavitud alimentaria es difícil de imaginar. Sobre todo porque, durante milenios, todos los pueblos aprendieron a alimentarse a sí mismos. Razón elemental: si no lo hacían, no sobrevivían.

Observemos, al pasar, que el libro cuya introducción hemos estado glosando, Salvando el planeta con plásticos y plaguicidas, tiene un título que es de por sí toda una plataforma ideológica y estratégica.

La teoría económica del eurocentrismo encontró una superación científica a aquella vieja, tradicional, soberanía alimentaria: la ley de las ventajas comparativas por la cual cada comarca, cada estado, debe dedicarse exclusivamente a lo que mejor produce; esa optimización económica permitirá agrandar la torta mundial de productos y por lo tanto permitirá que todos reciban más. Oh, maravillas de la ciencia económica.

Como sabemos, para los ideólogos, cuando la realidad choca con la teoría peor para la realidad. Y así hoy tenemos un mercado más globalizado que nunca, adaptado a la “ley” de las ventajas comparativas como nunca antes estuvo el planeta, y sin embargo, cosa curiosa, hay casi mil millones de seres humanos que se acuestan con hambre cada día o que ni duermen por el hambre o que literalmente mueren de hambre. La dependencia alimentaria tensiona y hace sufrir cada vez a más gente.

En la introducción ya citada dice Avery que su tarea desde el Hudson Institute es “comunicarles a los productores agrícolas [estadounidenses] que ellos podían ayudar a alimentar al Asia.” Tal vez porque los indios y los chinos jamás aprendieron a alimentarse… paradójico para tratarse del continente por lejos más poblado del orbe; bastante más de la mitad de la población humana mundial vive, se alimenta, se ha alimentado por milenios, en Asia…

Obviamente, la pretensión de que EE.UU. alimente al mundo es un poco excesiva. Pese a sus excelentes praderas y extensión, no alcanza.

Argentina y EE.UU.: gran tándem con piloto automático ¿o yanqui?

Pero el señor Avery tiene sus soluciones. Que en rigor, debemos entender como políticas públicas de EE.UU. puesto que Avery es todo menos un líbero, un marginal o un intelectual autónomo. Por Avery nos enteramos de los planes que tiene el USDA para la India. ¿El Ministerio de Agricultura de EE.UU. confeccionando la política de la India en su zona rural? Es indudable que ese Ministerio piensa por todos nosotros, dios no nos libra ni nos guarda. Avery nos informa de los planes que a mediados de los ’90 tenía el USDA para el campo indio, compuesto entonces por unos 500 millones de campesinos: reducir esa población, rural, a 50 millones en diez años. Esto, para modernizar el país, consigna sagrada si las hay.

Es curioso el afán bienhechor de ciertas presencias. En el siglo XVIII, por ejemplo, Inglaterra desmanteló prácticamente toda la actividad textil india (para favorecer la propia) y logró así postrar al país en un estatuto de vasallaje. Cuando el subcontinente indio sufre todavía la secuela de aquella “ayuda”, a fines del s. XX, es EE.UU. el que quiere “ayudar” ahora a la India desmantelando toda su estructura agraria… Hasta donde sabemos, el plan del USDA no se ha concretado, al menos con la radicalidad presentada por Avery: en el 2002, la población rural india todavía superaba a su población urbana (totalizando la población del estado más de mil millones de seres humanos).

¿Qué papel desempeña Argentina en la teoría de las ventajas comparativas, a la que son tan afectos los voceros del clan sojero argentino?

Avery nos lo señala bastante claramente. Nos lo señalaba así en 1995, en el momento del despegue de la soja transgénica en Argentina y las consiguientes cosechas que van a ir estableciendo un récord cada año sobre el anterior. Cuando el conocidísimo jurisconsulto y hombre de derecha Carlos Menem desmantela todos los organismos públicos del país y entrega la política agraria a Monsanto, que es como decir, relaciones carnales mediante, a EE.UU. Nos comenta Avery: “Solamente en EE.UU. y Argentina hay suficiente superficie fuera de producción (debido a políticas oficiales) como para alimentar a otros 1500 millones de personas.” (ibíd., p. 123)

Avery nos muestra así como se unen las praderas norteamericanas y las pampas argentinas en una política mundial.

El horror que escudriña Avery a lo largo de su libro es a la “política de autoabastecimiento de alimentos”. Es decir, que haya más y más sociedades venciendo la pesadilla del-barco-a-la-boca. Porque eso perjudicaría… a EE.UU… y a Argentina. Con semejante política “quedarían torpemente ociosas más de 40 millones de hectáreas de las mejores tierras agrícolas del mundo ubicadas en países como EE.UU. y Argentina, y se obligaría al mismo tiempo a los productores agrícolas de Asia a roturar hasta el último rincón de tierra disponible.” (ibíd., p. 286).

Las explicitaciones de Avery nos permiten visualizar mejor el papel de Argentina en la política mundial de alimentos llevada adelante por EE.UU.

En EE.UU., cuando en 1999 un grupo de objetores a los trámites de aprobación de las técnicas transgénicas lleva a los tribunales a la FDA y transitivamente a Monsanto y otras corporaciones por el ejercicio de métodos considerados viciados (o viciosos) para tales aprobaciones, [5] el presidente de EE.UU., a la sazón Bill Clinton, establece el fast track, para dar el visto bueno a los alimentos transgénicos sin tantos miramientos legislativos ni judiciales. El argumento fue lapidario: tales alimentos constituyen parte de “la seguridad nacional de EE.UU.” De más está aclarar que Clinton no hace referencia alguna a la seguridad nacional… argentina. El golpe de mano de la Casa Blanca constituye una excelente demostración de cómo se conciben los alimentos como arma.

Alimentos como armas de destrucción masiva

Un arma de destrucción masiva, como bien los definiera Paul Nicholson, de Vía Campesina. [6] “Los alimentos son mucho más que una mercancía. […] La política de ayudas en EE.UU. y Europa, orientada a la exportación, es destructora de la capacidad productiva […] la revolución de la biotecnología ahonda los procesos de exclusión […] la producción agraria se está concentrando en unas pocas regiones del planeta. Se destruyen las economías locales y el mundo rural se empobrece […].”

¿Suena conocido? Es exactamente la situación argentina. Aquí se concentra la producción, se acentúa la exclusión, porque los monocultivos “industriales” constituyen una agricultura sin agricultores (un tractorista por cada 500 ha. de soja alcanza). Y allí detrás, ¡pica el USDA planeando el mundo entero y a sus pies!

Con lo cual, aquel sano rechazo a las interpretaciones conspiracionistas que ilustrara Caparrós necesita un ajuste: hay conciliábulos, hay resoluciones que pasan por encima y afuera de la gente y que marca profundamente sus destinos. Que las hay, las hay.

Por eso, hay que darle una vuelta de tuerca a lo explicitado por Caparrós. Es todavía peor. Somos “los elegidos” para hambrear al mundo (y de paso hambrear un poco adentro, pero poco, porque en Argentina corre guita, mucha guita).

Y el gobierno, los gobiernos, hasta ahora, contentos. Porque administraban una masa excedente, producto de la exportación, como pocas veces antes.

Sojización: por fin mala palabra

No sabemos porqué, en un momento, en marzo de este año, este gobierno K, descubrió la sojización. Que lleva por lo menos diez años. Pero sí sabemos que gracias a esa focalización, empezamos a socializar unas cuantas verdades.

Ya no se puede tapar el cielo con un harnero. Algo que por una década, gracias a una oportunista ceguera, funcionó.

Tal vez podamos empezar a pensar nuevamente. Eppur si muove.



* Docente de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad de Buenos Aires, periodista y editor de la revista semestral futuros del planeta, la sociedad y cada uno.

[1] Recordemos que en Haití, luego de deponer por las armas a su presidente electo, Jean Aristide, las fuerzas militares de EE.UU. delegaron la custodia del proceso a los ejércitos del Cono Sur americano, a través, por supuesto, de una disposición aprobada por la ONU, que crea el MINUSTAH compuesto por fuerzas militares y policiales de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Fue precisamente en el área bajo la custodia del ejército uruguayo que se asesinó en marzo a por lo menos cinco o seis haitianos.

[2] Véase el conmovedor relato de Hecmilio Galván, “El espejo haitiano”, alainet.org.

[3] En la lucha proclamada contra el terrorismo islámico, EE.UU. hizo un desembarco muy publicitado en los ‘90 sobre la base de que Somalia carecía de estado y de fuerzas militares regulares. Confiados en una superioridad militar aplastante contra “bandas islámicas”, el ejército estadounidense procuró hacer una operación de RR.PP., para poner orden y brindar alimentos a la desmembrada Somalia. Sin embargo, alguna de las tales bandas les tendieron una celada en la cual 18 marines fueron muertos para sorpresa de los invasores que desandaron prestamente el camino.

[4] Editado en Argentina por la Cámara de Sanidad [sic] Agropecuaria y Fertilizantes, Buenos Aires, 1998, aunque el trabajo de Avery fue hecho y financiado en EE.UU. por el Hudson Institute, Indiana. El nombre de la Cámara, ligeramente defectuoso en castellano, en que debería llevar una segunda preposición “de” antes de “fertilizantes”, tal vez pague el precio a una traducción apurada, no ya sólo de frases sino hasta de instituciones...

[5] Nos referimos a la coalición de organizaciones ambientalistas, religiosas y políticas Alliance for Bio-Integrity (Biodeception: How the Food and Drug Administration is Misrepresenting the Facts About Risks of Genetically Engineered Foods and Violating the Laws Meant to Regulate Them [Biodecepción: cómo la FDA falsifica los riesgos de alimentos transgénicos y viola las leyes que se suponen deben regularlos].

[6] Entrevista publicada en castellano en futuros, no 6, invierno 2004.

sábado, 24 de mayo de 2008

La deuda con los usureros internacionales se paga La deuda con el pueblo no

Según el informe anual del Observatorio de la Deuda Social Argentina, en el último año se produjo un aumento en la brecha de desigualdad social: el mayor progreso se registró en las clases medias y medias bajas (lo que empieza a desvanecerse con la creciente inflación), pero no llegó a los estratos más bajos.
Mientras tanto, la fraudulenta deuda con los organismos financieros internacionales es la prioridad de los Kirchner. Ya le pagaron al FMI y anunciaron que harán lo propio con el Club de París con dinero del superávit. Para el matrimonio presidencial, la deuda social con el pueblo es lo único que puede esperar.
El estudio revela que el 30% de la población más pobre tuvo mejoras, pero que su situación no es mejor que la que tenía antes de la crisis de 2001. Se detuvo la relación entre el crecimiento económico y las mejoras para el desarrollo social. Así, aunque el país “crezca”, no se perciben mejoras en el acceso a la salud y a la educación.
El 34,5% de los entrevistados no cuenta con un correcto acceso a la salud. En el estrato socioeconómico más bajo, el déficit involucra al 58% de la población.
El acceso a oportunidades de trabajo de calidad tampoco avanzó. Las mejoras en las condiciones en materia sociolaboral tuvieron un fuerte impulso en 2005-2006, pero luego frenaron su ritmo de crecimiento
Hoy el Estado destina $305 por argentino para el pago de la deuda y sólo $53 para asistencia social. Se gasta 23 veces más en la deuda que en los planes de empleo. El Estado pagará en intereses extra de deuda externa seis presupuestos de la UBA.
Con estas prioridades, el mapa social que se conforma es desolador. En la Argentina, más de la mitad de los menores son pobres y casi la mitad de los pobres tiene menos de 18 años. Los niños de los sectores más desfavorecidos cuentan con un promedio de escolarización cuatro años por debajo del de los niños en mejor situación económica; en primaria, repiten de grado cuatro veces más y el abandono en la secundaria se quintuplica. Así, un tercio de los jóvenes no finaliza el ciclo educativo.
Cada vez se evidencia con más claridad la existencia de dos Argentinas. La de unos pocos, que cada vez son menos, y que tiene más dinero y poder. Y otra que día a día vemos crecer: la de los excluidos que cada vez son más, la de los sin trabajo que aumenta, la de los sin techo que no para de crecer, las de los sin salud que no para de enfermar, la de “los sin”.
Para revertir esta situación, es necesario empezar a pensar en una sociedad que incluya a todos. En la que no haya pibes que se mueren de hambre cuando se exportan alimentos para trescientos millones de personas. El primer paso es terminar con el modelo económico K e imponer un nuevo modelo, al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.

Federico Milman

"Por una nueva alternativa política"

“La clase obrera y los pueblos pelean en todo el mundo, como el heroico pueblo pales-tino. El pueblo haitíano y otros se movilizan para contra el hambre que es uno de los grandes males del capitalismo.
En América Latina soplan vientos de cambio. En Bolivia miles de campesinos e indígenas enfrentan el separatismo y Evo Morales estatizó petroleras y telefónicas. En Paraguay se terminó con 61 años del Partido Colorado en el poder. Y tenemos el ejemplo del pueblo venezolano y los obreros de SIDOR, que lograron reestatizar su empresa, darle un golpe a la transnacional de Techint y a la burocracia. Así abrieron las puertas a la profundización de la revolución bolivariana.
¡Estamos orgullosos de la presencia de uno de sus dirigentes, al compañero Elio Sayago, también integrante de Marea Socialista!
En nuestro país también hay enormes ejemplos de lucha. Así los reflejaron las palabras de los docentes del sur, de nuestro compañero Segovia del Subte, de los obreros de DANA y ferroviarios.
Surgen nuevos dirigentes que quieren poner de pie nuevos sindicatos democráticos, para que las bases participen y decidan como avanzar en cada lucha. Lo opuesto al accionar de la burocracia sindical.
Saludamos a los pequeños productores que luchan contra Cristina en el campo. Han dado un gran ejemplo, organizando asambleas autoconvocadas en cada ruta del país. Cristina nos quiso hacer creer que lucha contra la oligarquía, pero es otra de sus mentiras. Este gobierno favorece la concentración y subsidia a las grandes empresas como Cargill, Mastellone o Sancor, mientras cierran los pequeños tambos y los productores más chicos no pueden trabajar sus tierras.
A los grandes pooles y la oligarquía hay que aplicarles la reforma agraria, más retenciones e impuestos progresivos a las ganancias, hay que nacionalizar el comercio exterior ¡Son las medidas que tomaría un gobierno verdaderamente popular!
Los Kirchner están fracasando. Ni su cortina de humo, puede ocultar que son incapaces de dar una solución de fondo a los problemas del campo. No paran la inflación, los salarios no alcanzan, y las familias no pueden comprar carne en el país de las vacas.
Eso sí: a los que luchan les mandan las patotas. ¡Esa es la verdadera cara del gobierno de Cristina!
El doble discurso presenta una sola realidad: gobiernan para los de arriba y no distribuyen nada para abajo. Recaudan para pagar la deuda, mientras crece la pobreza. Por eso, todo el plan económico está cuestionado y cayó el ministro de economía. Hay cada vez más pobreza y se llenan los bolsillos los mismos de siempre. ¡Por todo eso pierden apoyo popular que hasta sus propias encuestas reconocen!
Estamos ante el desafío de luchar por otro modelo económico y político, que rompa con la dependencia, recupere el petróleo y los trenes, que deje arrodillarse ante el Club de París y el FMI, que pare la inflación, poniendo precios máximos, eliminando el IVA de los productos de primera necesidad y otorgando un inmediato aumento de salarios. Y hacen falta cambios políticos: basta de un país donde Cristina, Néstor y cuatro o cinco más deciden todo sin consultar a las grandes mayorías. Necesitamos un nuevo modelo político y una Asamblea Constituyente, como hacen otros países del continente, que debata y decida junto al pueblo qué hacer con todos los aspectos políticos, económicos y sociales, para construir otro país sin dependencia en el camino de un proyecto socialista.
La oposición no puede ser la derecha de Macri y ni Carrió con sus propuestas limitadas.
Las diferencias con otras organizaciones de izquierda, que rechazan la conformación de una nueva alternativa política unitaria, amplia y masiva y mantienen un rumbo sectario se vienen manifestando cotidianamente y, lamentablemente, nos distancian cada vez más. Una expresión de ello fue la realización de distintos actos.
Como primera fuerza política de la izquierda en las últimas elecciones, el MST y la Nueva Izquierda tenemos una gran responsabilidad. Y la asumimos. Por eso hacemos una propuesta al servicio de los trabajadores y el pueblo, los jóvenes y los sectores golpeados de la clase media: construir una herramienta política nueva, amplia. Un movimiento que luche por conquistar un modelo de país sin ataduras a los EE.UU. y a los poderosos. Se lo proponemos al compañero Solanas, a Lozano y a todo el Proyecto Sur, a Macalusse y a los disidentes del ARI. A todos los dirigentes obreros y populares del país, a los que simpatizan y votan por la izquierda, a los dirigentes que no quieran seguir con el sectarismo. Vamos a debatir, vamos a poner por delante los acuerdos Tenemos muchos desafíos y peleas por delante. Una de las fundamentales es seguir exigiendo justicia por el asesinato de nuestro compañero Lázaro. Por eso, queremos invitar a todos los presentes a que las demos en común y a sumarse a construir con nosotros el MST y la Nueva Izquierda que hace falta”

Los cambios en el campo

La política neoliberal de Menem destruyó los organismos estatales e impuso la privatización en manos de grandes empresas multinacionales. El rol del Estado se redujo a su mínima expresión y se impuso la desregulación de la economía.
Así, el sector se transformó en uno de los más abiertos del mundo a los capitales y la inversión para obtener grandes ganancias, se suprimieron las políticas regulatorias de fijación de cuotas de producción y de garantía de precios mínimos para los productores. Se liquidaron la Junta Nacional de Carnes y la de Granos.
Hacia 1995, el sector inició un nuevo ciclo de crecimiento. Desde 1994 a 2001 la superficie cultivada pasó de 21.2 a 27.1 millones de hectáreas, de la cual el 95.5% se cultivó con soja. Con ella, se incorporó un paquete tecnológico compuesto por: semillas transgénicas, herbicidas a base de glifosato y siembra directa, que permitió reducir costos por la menor necesidad de desmalezamiento y la facilidad de siembra. Se renovó la maquinaria con un fuerte avance tecnológico y con menos utilización de mano de obra. Así, se incrementó rentabilidad de las explotaciones a gran escala productiva.

Ruina de los pequeños y auge de los pooles

Esto produjo la ruina de los productores más pequeños. Desde 1988 a 2002 hubo 81 mil explotaciones menos. Muchos habitantes migraron hacia las zonas marginales de grandes ciudades, expulsados por el empobrecimiento.
Es en ese momento cuando se generalizó el contratismo y aparecieron los fondos de inversión agrícola y los pools de siembra, que alquilan la tierra de miles de pequeños productores arruinados sembrando en enormes extensiones de campo y permitiendo la incorporación de capitales extrasecto-riales, fundamentalmente excedentes de la especulación financiera por encima de la inversión productiva.
La soja desplazó superficies de otros cultivos y fundamentalmente de hectáreas que anteriormente se destinaron a la ganadería vacuna.
Es un proceso económico contradictorio, se dio durante la peor crisis económico social del país, ya que los trabajadores y el pueblo se estaban hundiendo. Por ejemplo, desde 1998 a 2001 el PBI cayó un 8.4% mientras que la producción de cereales y oleaginosas pasó de 53 a 61 millones.
Post 2001 hubo un colapso económico, luego del cual fijaron un cambio alto que siguió incrementando la rentabilidad del sector, aun con retenciones que no afectaron ni la inversión ni el crecimiento agrario.
Nuevamente, fue un proceso desigual para los productores del campo. Los que se dedicaron a la soja siguieron ganando, los que se dedicaban a los cultivos regionales no. Y peor los dedicados al ganado ya que el stock no creció y fue desplazado hacia zonas marginales, por fuera de la región pampeana. Mientras que en Argentina la cantidad de cabezas vacunas se mantiene en 55 millones, en Brasil, en los últimos 20 años, pasó de 65 a 190 millones de cabezas.

Más Koncentración económica sin distribución de la riqueza

Así se fue llegando a la actual situación de brutal concentración económica en manos de unos pocos. El sector rural se puede clasificar de la siguiente forma: el sector del agro y el pecuario. El agro viene acrecentando su rentabilidad, con siderales ganancias por el aumento de precios de los cereales y derivados. El sector pecuario, dedicado a la leche y las carnes bovinas, viene teniendo pésimos resultados económicos.
A su vez, dentro de uno y otro sector, a los grandes productores les fue mejor que a los pequeños. También hay que tener en cuenta las zonas: a los que producen en zonas centrales les va bien, a los que lo hacen en zonas marginales les va cada vez peor, siendo ahogados por los costos de los fletes y el menor rendimiento por hectárea al no poder contar con la incorporación de tecnología avanzada, entre otros factores.
Luego de estas primeras diferenciaciones, hay que hacer otra – tal vez la fundamental– la de los distintos productores. Los hay, entonces, agrarios, pecuarios, industrializadores (frigoríficos, usinas lecheras, productores de aceite y biocombustibles) y comercializa-dores (propietarios de silos y exportadores).
La política de Kirchner hizo que los industrializadores y los comercializadores se quedaran con los grandes beneficios en detrimento de los agrarios y pecuarios.

Los ejemplos son contundentes

El gobierno fijó el precio de venta de los productores y esto generó enormes diferencias. “Para la carne y el trigo el precio fijado al productor fue menor que los precios de exportación, menos retenciones. En el caso de la carne, en el mercado internacional el precio de la “cuota Hilton” trepó en los últimos años de 8 mil a 18 mil dólares la tonelada...Pero debido al mecanismo de precios, el productor pecuario no disfrutó de esos aumentos, de los que se apropiaron los frigoríficos. Tanto, que varios de ellos se cotizaron y vendieron a buen precio a capitales brasileños.” Le Monde Diplomatique, mayo 2008.
Un proceso similar sucedió con el trigo que el productor agrario le vende a los molinos y acopiadores, en donde alrededor de 250 millones de dólares por año quedaron en manos de los pocos exportadores autorizados y no en el bolsillo de los productores, menos que menos los pequeños. Otro tanto sucedió con la soja, girasol y maíz, dónde la transferencia de fondos orilló los 200 millones.
Otro ejemplo del hundimiento al que lleva el modelo económico kirchnerista es la situación de los productores de leche, que en el caso de los pequeños tamberos es dramática, ya que directamente, con el precio actual del producto, producen a pérdida.
El gobierno sabía perfectamente que había un proceso de deterioro y hundimiento de los productores. Por eso, otorgó compensaciones por 500 millones. Pero se las dio a los grandes: La Serenisima, Sancor, Aceitera General Dehesa, etc. A los pequeños no les llegó casi nada.
Las retenciones móviles llegaron en un momento de cambios en los precios y la situación más global. Aunque subió el precio mundial de la soja, la situación genera imprevisibilidad hacia el futuro, cuestión que el gobierno no consideró al hacer primar la urgencia recaudatoria para pagar la deuda externa (ya anunciaron que van a usar fondos del superávit para pagarle al Club de París).
Al mismo tiempo, están cambiando los costos de la producción: subió el gasoil, los fertilizantes duplicaron el precio y el del glifosato se triplicó. El flete es carísimo ya que transportar 8 toneladas al puerto cuesta casi lo mismo que producirlas, con lo cual los productores de las zonas marginales quedan hundidos. Esto es porque la inflación también llegó al campo.

Rubén Tzanoff

Investigación por el contrato del tren bala

Se ha iniciado una campaña nacional contra la construcción del Tren Bala, exigiendo la construcción de un ferrocarril para todos. Conversamos con el Ing. Mario Cafiero que recientemente ha presentado una denuncia contra los funcionarios involucrados en la contratación del proyecto faraónico.


Ing. Mario Cafiero Ex diputado nacional

¿En qué consiste la denuncia presentada?

Junto con el Dr. Ricardo Monner Sans y Javier Llorens hemos presentado una denuncia penal contra los funcionarios responsables de la contratación del tren de alta velocidad o tren bala. Queremos que la Justicia investigue la posibilidad de que haya existido violación de deberes de funcionario público y administración fraudulenta agravada.

¿Por qué presentaron la denuncia?

Porque desde un principio se engañó a la opinión pública, escondiendo el monto real de las obras, al referirlas a un hipotético Valor Actual de ellas, y no su Valor Nominal, que es el que efectivamente costará la obra y será abonado a los contratistas. Porque se ha incumplido totalmente lo normado en la Ley de Inversiones Públicas y su reglamentación. Porque la licitación pública habría sido en realidad un acto ficticio, a los fines de disimular lo que en realidad es una adjudicación directa a favor del grupo ALSTOM. Esta empresa francesa está íntimamente ligada al presidente Sarkozy, ya que cuando éste fue ministro en el 2004 la salvó de la quiebra. Esta adjudicación directa se ve confirmada por el cambio radical en la financiación de la obra por parte del banco Natixis, totalmente diferente al ofertado originalmente por ALSTOM. La estructura de finan-ciamiento aprobada a favor del Banco Natixis, es sumamente ruinosa, vamos a pagar cuatro veces el capital que nos presten, por encerrar un desmedido seguro encubierto contra el default; y por ser solo una simulación de un préstamo a 30 años, cuando en realidad su plazo de repago es sustancial-mente menor. Las actuaciones esconden una privatiza-ción de las obras, mediante una adjudicación directa de la concesión de la explotación de ellas a las empresas Ferrocentral S.A. y Trenes de Buenos Aires S.A., Nuevo Central argentino S.A y Belgrano cargas S.A.

¿Cuál es la salida?

La salida es parar las obras y el préstamo del tren bala. Redireccionar los recursos a un programa integral de refuncio-namiento de toda la red de cargas y pasajeros. Buscar otras fuentes de financiamiento: una de ellas puede ser utilizar como garantía las reservas de Banco Central, antes de que sigan devaluán-dose por la inflación internacional del dólar.


Nueva ley macrista para el subte

El pasado jueves 15, tras varias demoras, Macri pudo hacer votar su tramposa ley para ampliar la red de subtes. La Ciudad costeará todas las obras para después darle la concesión a un operador privado. Se prevé una deuda pública por 2.500 millones de dólares, que terminaremos pagando los vecinos. Macri usa otra vez al Estado para favorecer a empresas como Metrovías, cuyo servicio es un desastre. Para peor, ahora la Ciudad podrá darle subsidios. La ley macrista la aprobaron todos los bloques, excepto Patricia Walsh y Gerardo Romagnoli. Resumimos algunas de las frases de Patricia en la sesión:

* Tendría que haber mucha atención, porque desgraciadamente -y ojalá no suceda así- en vez de refundar algo hasta podríamos estar hablando de la posibilidad de ‘refundirlo’. Y espero que no sean las cuentas de la Ciudad, porque una cosa es refundar y otra muy distinta es refundir…
Quien habla de un endeudamiento en dólares, parece que no hace las compras, no vive en esta Ciudad, esta semana no leyó los diarios o realmente habita en una galaxia extraplanetaria. Una simple ama de casa nos podría decir: ‘Guarda, miren que es en dólares; a ver cómo está la cuestión para pedir un crédito de esa naturaleza’. Todos los préstamos de la banca internacional son condicionados, tienen condi-cionamientos políticos.

* ¿Recuerdan aquel juego que jugábamos cuando éramos chicos, que decía ‘éste puso un huevito, este lo peló, este le puso sal…’? El Estado puede poner un huevo, lo puede cocinar, lo puede pelar, le puede poner sal y, después, aparece un ‘pícaro gordito’ que se lo come. Y ese ‘pícaro gordito’ es el concesionario…
Nosotros pagamos el 100% de la obra, nos endeudaríamos y luego privatizaríamos. O sea: se concesionaría el servicio y la enorme ganancia la tendría Benito Roggio, a quien entre los subsidios de la Nación y la Ciudad lo estamos volviendo rico y también a sus hijos, nietos y bisnietos. ¡Lo único que falta es que lo aplaudamos cuando se coma este delicioso huevito!

* Es un eufemismo decir que sólo se subsidiaría la tarifa. El propio texto reconoce que la tarifa sirve para cubrir los costos. Lo que el usuario no pague de tarifa, igual lo pagará a través de los susidios, porque salen de los impuestos. Y también todos los vecinos, aunque no viajen en subte. Se trate de tarifa o de subsidio, saldrán del mismo bolsillo: el del pueblo…
La propia empresa Metrovías destaca la importancia de los cuantiosos subsidios estatales que recibe. Leo textualmente de la Memoria de su último balance del ejercicio 2007: ‘Debe destacarse que los aumentos en los costos operativos fueron compensados por el incremento de las sumas percibidas del Estado Nacional en concepto de mayores costos de explotación’.
Metrovías transporta 290 millones de pasajeros pagos al año, lo que representa 260 millones de pesos en pasajes que cobra cash. Por lo tanto, 260 millones en boletos más 270 millones en subsidios suman 530 millones al año. Con esa cifra de ingresos, ¿no les resulta llamativo que, en los últimos años, sus balances en general den pérdida? ¿Por qué sigue operando el subte e incluso toma la Línea H? ¿Por qué no se va? Realmente, se trata de un gran negocio…

* En materia de subterráneos, su cuerpo de delegados es un grupo de personas que tiene una historia encomiable. No estamos hablando de burocracia sindical, sino de delegados de base. Tienen una página web, en donde de hecho podemos enterarnos mejor de por qué no habría que terminar concesionando a Metrovías. Quienes mejor denuncian a esta empresa como peligrosa son precisamente los trabajadores, que además padecen en carne propia las metodologías tan poco democráticas de la empresa de Benito Roggio…
Mi bloque piensa que quienes saben hacer las cosas, quienes realmente pueden conducir, hacerse cargo y planear el funcionamiento del subte son los trabajadores y las trabajadoras.

Pablo Vasco

Por una nueva alternativa política

El martes 20 de mayo, en un Anfiteatro colmado de ATE-Capital, se realizó la Mesa Redonda organizada por el Foro de Debate por la Segunda independencia: “El Conflicto agrario y la situación nacional”. Los panelistas fueron: Vilma Ripoll en nombre del MST, Mario Cafiero (Soberanía Popular) quien denunció el rol de las transnacionales y grandes grupos en el campo. Ana Riviero, Del Movimiento Mujeres en Lucha, que explicó la profundidad de los debates en las asambleas y los nuevos sectores que quieren ir por todo y superar el debate de las retenciones. Roberto Molini, Senador de la Provincia de Bs.As. y dirigente de la Federación Agraria, que desarrolló la denuncia de los miles de productores quebrados y como hoy se expropia su producción. Y Otto Vargas (PCR), quien además de manifestar su apoyo a la lucha agraria convocó a confluir todas las luchas y a reagrupar fuerzas hacia una alternativa. Se convocó también a sumarse al acto junto a los chacareros el 25 en Rosario. Vilma se refirió al proceso de luchas en el campo, a las medidas que hacen falta. A la crisis y fracaso del modelo kirchnerista y a la necesidad de construir una nueva alternativa política unitaria. También a la importancia de mantener este espacio de convocatoria. A continuación, reproducimos su intervención en el evento.

El conflicto con el campo ha cambiado la situación del país y del gobierno. Un primer resultado es el debilitamiento de Cristina, que demostró ante la sociedad su soberbia, su negativa a dar respuesta a problemas reales y su proyecto de retorno al viejo PJ y a las patotas. La población ve y sufre problemas grandes y por eso tiene hoy sólo un 25% de apoyo. Hablan de diálogo y se pegan entre ellos en los actos. Hablan de distribuir la riqueza, pero la pobreza y miseria aumentan en nuestro país. Cristina no ha pasado su primera prueba y esto genera un cambio en la situación nacional. Porque venimos del Argentinazo y ese proceso sigue vivo. Por eso les preocupa tanto que los chacareros corten las rutas y hagan asambleas para decidir.
Comienzo con este breve marco, antes de opinar específicamente sobre el conflicto del campo, porque en los próximos meses habrá más luchas, más problemas económicos y sociales y debemos responder ante esta nueva realidad.

Concentran y perjudican a los chacareros

Yendo al tema del campo, vemos dos conclusiones importantes: el gobierno no era tan fuerte como se mostraba, y se demuestra que se le puede ganar. Hay un triunfo político de los chacareros, porque dejaron en evidencia que el gobierno miente y no da soluciones. Y se instalaron como el motor principal con sus tractorazos, cortes y asambleas democráticas para decidir todo. Por eso respetamos lo que decidan los auto convocados, y los acompañaremos el domingo en el acto en Rosario.
El gobierno ha mentido en toda la línea. Dijo que ataca a la oligarquía, pero la verdad es otra: desde el 2003 la favorece. Ha permitido una concentración tremenda de la tierra. Subsidió solamente a las grandes empresas como Cargill, La Serenísima o Sancor, y llevó a la quiebra a miles de pequeños tambos. Va de viaje por el mundo con Grobocopatel y con retenciones indiscriminadas los chacareros dejan de trabajar sus tierras, que pasan a manos de los grandes pooles. Permitió y alentó la privatización a manos de capitales extranjeros de empresas de carne, y a su vez no les cobra impuestos a la exportación para que ganen más.
Se desespera por recaudar a cualquier costo para cumplir con los compromisos internacionales de deuda y solventar los aprietes a dirigentes provinciales con su chequera.
No le queda más alternativa que cambiar su medida. Pero el campo necesita otras medidas mas profundas: Aplicar retenciones diferenciadas, regionalizadas y co participables, para que el dinero vuelva al campo y a las ciudades. Atacar la concentración de la tierra avanzando en una reforma agraria. Nacionalizar el comercio exterior si de verdadera queremos terminar con las millonarias ganancias de los grandes oligarcas. Y a esos mismos aplicarles impuestos progresivos a las ganancias.

Se evidencia el fracaso del modelo económico kirchnerista

Lejos de ser un “gobierno popular” este es el gobierno de la concentración económica en el campo, pero también en la industria; subsidia a las privatizadas; entrega el petróleo y deja en manos privadas, mayoritariamente extranjeras, nuestros recursos naturales. Y, como si esto fuera poco, defiende a Roca y Techint, Cristina le hace el trabajito a ellos para que en Venezuela no se re estatice SIDOR. La crisis es profunda y desnuda el fracaso del modelo económico y político. El descontento en el país no es sólo por la crisis con el campo. La gente está enojada por la inflación que crece, aunque sigan en el INDEC queriendo tapar la verdad. Los trabajadores luchan porque los salarios no alcanzan y quieren romper el techo salarial que pactó Moyano. Los que tienen pequeños ahorros temen una corrida bancaria. Los desocupados no ven perspectiva real de trabajo genuino. Los que vamos a los hospitales públicos sabemos del deterioro global de la salud. El modelo está en crisis y no da para más. Como tampoco va más el modelo político donde el matrimonio Kirchner y dos o tres más deciden sobre todo mientras el conjunto sufrimos las consecuencias.

Es necesario luchar por otro modelo económico y político

Creemos que es necesario construir un nuevo modelo económico y político. No puede ser que mientras en el continente avanzan procesos de recuperación de recursos estratégicos y naturales como el petróleo o el gas, acá se continúe regalando el petróleo o nos quieran meter un tren bala mientras subsidian a las concesionarias del tren y nosotros viajamos peor que hace 50 años. Hasta en Paraguay se viven cambios políticos y se habla de reforma agraria. Tenemos que plantear con fuerza otro modelo, confrontar con el actual pero levantar otras propuestas alternativas. A los sectores que están luchando tenemos que apoyarlos y decirles que se puede construir otro modelo económico y político. Que se plantee la re estatización del petróleo, de los trenes, de la minería, para que todo pase a estar al servicio de las necesidades populares. Un modelo que se juegue a parar la inflación y a subir los salarios. Que se sume a la ola de cambios del continente y defienda los procesos de Venezuela, Bolivia y Ecuador ante un ataque de EEUU. Y que rompa con la dependencia a los organismos internacionales como el BID o el FMI. En resumen, hace falta un modelo donde los trabajadores y el pueblo sean los protagonistas y los beneficiados.

En la izquierda se han abierto también nuevos debates

Sepan que en la izquierda también hay debates. Algunos se han pasado a las filas del kirchnerismo, como el PC, abandonando un proyecto de izquierda. Otro sector, que refleja un proyecto sectario, se ha negado en esta crisis a pelear y apoyar a los chacareros. Dicen que ni unos ni otros, nosotros no creemos en eso, para un cambio profundo o revolucionario es necesario disputar a los sectores medios del campo y la ciudad. Tanto el gobierno que los acusa de oligarcas como los sectarios que no los apoyan en los hechos le regalan estos sectores a la derecha. Nosotros somos parte de un proyecto de Nueva Izquierda, unitario y que se construya junto a millones. Por eso estamos apoyando a estos sectores en lucha pero a la vez dispuestos a confluir en ese camino con otras corrientes políticas y sociales, para debatir, para intercambiar propuestas.

Hay que cambiar

Se avecinan grandes desafíos para todos nosotros. Son momentos de responsabilidad. Estamos convencidos que para lograr cambios importantes en el país a favor del pueblo, es necesario estar junto a todas las luchas que recorren el país. Pero también que comencemos a construir una nueva y grande alternativa política. Amplia, unitaria, un movimiento político y social alejado del oportunismo de los que siguen al gobierno. Y también del sectarismo de los que no quieren lograr cambios juntos a millones.
Este Foro puede jugar un rol para esta necesidad. Millones de trabajadores, de jóvenes, de sectores medios buscan y necesitan un nuevo proyecto en el cual creer y al cual sumarse. Y eso lo podemos construir si nos lo proponemos, si sabemos trabajar en unidad, poniendo por delante los acuerdos y debatiendo tranquilos las diferencias. Estamos a días de un nuevo 25 de mayo. El mejor homenaje que podemos hacer, es que todos nosotros, y también otros compañeros como Proyecto Sur de Solanas y Lozano, junto a sectores de la CTA como De Genaro, Macalusse, comencemos a construir entre todos un proyecto político unitario que luche por la independencia del país y por solucionar los problemas de los trabajadores y el pueblo. Estamos en un gran momento, podemos hacerlo, pero hace falta que nos vayamos encontrando y avanzando. Nosotros ponemos todas nuestras fuerzas para intentarlo y esperamos sinceramente que todos seamos parte de esta construcción necesaria y urgente.

No al tren bala, si al tren para todos

Delinear proyectos faraónicos es una costumbre de los gobiernos argentinos. Menem, en el supuesto camino hacia el Primer Mundo, fue el primero en hablar de un tren de alta velocidad para el país. En otro momento, llegó a describir la forma de viajar a Japón en minutos con un complejo dispositivo estratosférico...

Ahora, el megaproyecto está en manos de los Kirchner, por la vía del anuncio de la realización del tren bala, que nos introduciría en la modernidad, según dice Cristina.
Según los datos que se dan a luz, la obra se llevará a cabo emitiendo deuda pública por 4000 millones de dólares a 30 años, sólo al inicio. En realidad, nadie sabe cuánto costará, se habla de 10 mil millones. Lo que sí está más que claro es que será un servicio para una pequeña minoría, ya que el boleto costará entre 300 y 600 dólares. El tren bala será un gran negocio para la multinacional francesa Alstom S.A. que lo construirá y que, dicho sea de paso, es investigada por corrupción en Brasil. La única relación que las grandes mayorías de la población tendrán con ese tren será poner el dinero para los subsidios del Estado.
Esta es la verdadera cara del kirchnerismo: otorgar grandes ganancias a las patronales y las empresas multinacionales, a espaldas de las necesidades de la mayoría de la población. El de Cristina, no tiene nada que ver con un gobierno popular.
Mientras tanto, día a día millones de personas viajamos como ganado en los trenes de las empresas privadas, subsidiadas con cifras millonarias. Los accidentes que ponen en riesgo la vida de los usuarios son moneda corriente y las cancelaciones de servicios, en medio de extensos viajes, también. El daño a la población trabajadora es enorme. También sufre un enorme perjuicio el interior. Con la muerte de los ramales que cumplían una función social, quedó un tendal de pueblos fantasma, aislados, sumergidos en la pobreza. El trasporte de la producción también se vio severamente encarecido al realizarse por las rutas en camiones.
La recuperación de la red nacional ferroviaria haría descender notoriamente la cantidad de accidentes en las rutas, un drama que tiene características de grave problema social por la cantidad de muertes que ocasiona.
Invertir en el ferrocarril para viajar es algo perfectamente realizable. Como explicó Pino Solanas, con la mitad del dinero que se invertirá en el tren bala: “podríamos construir una planta de laminados de rieles como Somisa, 200 locomotoras o 15 mil kilómetros de vías (a más de 100 km/h), 6 mil vagones de carga y 10 mil coches de pasajeros”.
Es necesaria la reestatización del tren, bajo control de sus trabajadores y usuarios, para que vuelva a ser un servicio eficiente, seguro y barato para todos los usuarios, que sirva para bajar los costos de traslado de la producción, reducir el índice de accidentes en las rutas y que cumpla la función social que cumple en todo el mundo hacia los pueblos del interior.
Estos motivos hacen que junto a distintos sectores y personalidades gritemos cada vez con más fuerza: ¡No al tren bala, sí al tren para todos! Ya empezó una campaña nacional con importantes acciones en provincia de Buenos Aires y Rosario. Mario Cafiero es uno de los que denunció al gobierno ante la justicia por el tren bala. Se realizaron, además, un acto, mesas de difusión en Once y otras estaciones y rodó el Tren por la Reconstrucción con Pino Solanas, Eduardo Macaluse y Vilma Ripoll, entre otros dirigentes.
Tenemos que seguir la campaña con la realización de charlas y actos en cada localidad donde sea necesario recuperar el tren y con la firma masiva del petitorio que empezó a circular por todo el país.

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Firma el petitorio

A 39 años del Cordobazo

¿Obreros al poder?

Por estos días se cumple un nuevo aniversario del Cordobazo, ya pasaron 39 años desde aquella gesta histórica. Debo aclarar al lector, que para rememorar aquellas jornadas y reflejar lo mejor posible el papel y las posiciones de nuestra corriente he tomado como base los textos de Ernesto González y sobre todo el tomo II en su última parte y el tomo III de “El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina.” Hace casi 40 años, una señora partidaria de Onganía dijo enojada “los obreros desatados son peor que cualquier ejército”. Fueron los trabajadores y los estudiantes los que le demostraron que no estaba equivocada y pusieron fin a la dictadura de aquel tiempo.

Los años ’60 fueron tumultuosos. Alrededor del mundo, los obreros y estudiantes protagonizaban gestas históricas y parecían tomar el cielo por asalto. En la Argentina, gobernaba el general Onganía que pretendía reinar durante 20 años sin llamar a elecciones. No contaba con un movimiento obrero que comenzaría a llenar las calles y no le permitiría lograr su gran aspiración. En 1969, ya se evidenciaba el descontento de distintos sectores de la sociedad que repudiaban las decisiones políticas, sociales, educativas y económicas del gobierno.

Nuestra situación

Para nuestra corriente no corrían tiempos fáciles. Pocos años antes, en 1967, nos había golpeado la crisis de nuestro Partido Revolucionario de los Trabajadores, que había nacido fruto de un acuerdo entre el Frip y Palabra Obrera. La crisis había surgido de una polémica que abreviamos como militarización vs. proletarización que Moreno resumía de la siguiente manera “militarización, pero acompañar más que nunca al movimiento obrero en su retroceso, en sus batallas defensivas y en sus organismos sindicales” eso significaba integrarse a la resistencia obrera. Por su parte, el sector de Santucho, optó por el camino guevarista sacando a los mejores cuadros obreros de las fábricas para convertirlos en combatientes. Esta polémica atravesó la IV Internacional que apoyó al sector de Santucho y nos reconoció como sección simpatizante. El PRT se divide así en “El Combatiente”, de Santucho, y en nuestra corriente “La Verdad”.
A principios del ’69, “habíamos comenzado a evaluar que los nuevos acontecimientos mundiales y, también nacionales, estaban mostrando... las evidencias de un inminente ascenso obrero y popular.” Teniendo en cuenta la realidad que vivíamos y luego de la ruptura, el PRT-La Verdad tuvo que reconstruir su dirección para dar la pelea que se avecinaba. Junto a Moreno, González y “Fierro” nos sumamos compañeros más nuevos. Quiero mencionar especialmente a Arturo Gómez y Cesar Robles, a quienes considero maestros de cuadros y con quienes Moreno intentó conformar el nuevo eje de la dirección nacional. Ernesto dice “el cambio de la situación a escala mundial y los anuncios que comenzaron a aparecer en la Argentina favorecieron la integración de otros jóvenes, y permitió que el partido se recuperará retomando su participación en las luchas obreras.”

Abajo la dictadura... obreros al poder

En mayo comienzan a acelerarse los tiempos, son reprimidos los estudiantes correntinos y muere un estudiante. Dos días después, el 17/05, en Rosario, estudiantes se movilizan para repudiar el crimen y la policía asesina a otro estudiante, Alfredo Ramón Bello. Indignados los rosarinos se manifiestan masivamente y el 21/05, la policía vuelve a reprimir asesinando al aprendiz metalúrgico Luis Norberto Blanco, de 15 años. Las calles rosarinas fueron ocupadas por obreros y estudiantes que protagonizaban el primer Rosariazo y por el cual Onganía ordenó al Segundo Cuerpo del Ejército que tomara el control militar de la ciudad. La CGT rosarina, se une para convocar un paro en la ciudad el día 23/05 y reclamó a la central nacional un paro nacional.
Tres días antes de lo que después se conocería como el Cordobazo, el titular del periódico Nº 182 del PRT-La Verdad decía “¡respondamos al urgente llamado de la CGT unificada de Rosario! ¡Paro obrero y estudiantil contra la dictadura! ¡Las dos CGT y la FUA deben parar 24 horas en todo el país!” En su contenido, en tono ferviente, decía: “el centro de gravedad de las tensiones se desplaza rápidamente de un punto a otro, con intensidad y amplitud redoblada. De Corrientes a Córdoba, y desde Córdoba a Rosario... el enfrentamiento de todo el pueblo logra desbordar las instituciones. Salta, Tucumán y La Plata se convierten en otras explosiones.”
A la indignación por los graves hechos de Corrientes y de Rosario se sumó, en Córdoba, el descontento provocado por el decreto del gobierno que suprimía el sábado inglés (por el cuál los obreros trabajaban 4 horas y cobraban 8) y las quitas zonales, lo que significaba una rebaja salarial sobre todo en el interior del país.
Los trabajadores de las dos CGT cordobesas, en las que tenían peso los obreros de la industria automotriz pertenecientes al SMATA, liderados por Elpidio Torres y René Salamanca; los de la UTA de Atilio López; los de la UOM con Alfredo Martini y los de Luz y Fuerza, conducidos por Agustín Tosco, convocaron a un paro activo con movilización, por 37 horas el 29 de mayo. Ese era el día del Ejército.
Por la mañana del 29 una marea de obreros y estudiantes comienzan a acercarse al centro de Córdoba. Ernesto González, en el capitulo de su libro titula esta gesta como “dos días que conmovieron al país.”
La bronca se sentía en las calles y de pronto la represión policial asesina al obrero Máximo Mena. La indignación crece y los huelguistas, forman barricadas y desbordan la represión de la policía, que debe huir perseguida por los manifestantes. Ellos fueron los que controlaron la ciudad por casi un día. Por la mañana aparece una pintada que reflejaba el clamor popular “Barrio Clínicas, territorio libre de América.”
Desesperado, Onganía encarga la represión al Tercer Cuerpo de Ejército. Su gobierno estaba en jaque. El resultado de la brutal represión fueron veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos, entre los que se encontraban los líderes sindicales.
Lejos de aceptar las excusas de Onganía, Lanusse plantea “fue la población de Córdoba, en forma activa o pasiva, la que demostró que estaba en contra del gobierno nacional en general y del gobierno provincial en particular». Perón, por su parte y desde el exilio apoyó la rebelión cordobesa y pidió no dar tregua a la dictadura.
Los días de Onganía estaban contados, después del Cordobazo nada sería igual y vinieron el Mendozazo, el Rocazo, el Tucumanazo y un segundo Rosariazo en septiembre de 1969 por lo cual debió retirarse de la presidencia. Años más tarde, con el Viborazo, Levigston debería renunciar también. Y, Lanusse, sería obligado a aceptar la derrota y llamar a elecciones.

Una nueva etapa para la construcción del partido

Lo que ocurrió en Córdoba fue una colosal conquista y un triunfo del movimiento revolucionario. Era la primera vez que sucedía algo así desde la Semana Trágica en 1919 o la huelga general en apoyo a la de la construcción en 1935. La caracterización del PRT- La Verdad fue que lo ocurrido en Rosario y, principalmente en Córdoba había sido, sin embargo, una semi-insurrección porque no había habido una verdadera lucha armada. Habían existido condiciones objetivas más que suficientes para que los soldados y gran parte de la suboficialidad se pasaran al bando de la revolución. Lo que había faltado en Córdoba como en Rosario era un partido revolucionario que supiera movilizar y organizar a las masas para la insurrección
En Avanzada Socialista Nº 105, a cinco años del Cordobazo reflejamos su vigencia y las consecuencias ya que antes del regreso de Perón en el ’73 “el régimen vivió una inestabilidad permanente y los gobiernos fueron jaqueados por las masas y las huelgas y estallidos que repitieron cordobazos en todo el país. Sólo la falta de un gran partido revolucionario impidió, entonces, el triunfo de la revolución obrera, es decir la conquista del poder por las masas. El imperialismo, la oligarquía y el régimen militar con el cual gobernaban debieron retroceder y entregarle el poder al dirigente burgués que proscribieron y odiaron durante 18 años y al que muy pronto aprendieron a amar porque el peronismo pasaría a ser su tabla de salvación.”
El Cordobazo nos abrió una gran posibilidad, una nueva etapa para la construcción del partido. Quiero tomar como ejemplo a Cesar Robles que se fue en el ’70 a Córdoba, en donde no habíamos tenido ninguna incidencia en los sucesos narrados. Fue a tratar de construir el partido en el seno de un movimiento obrero fuertemente influenciado por la ultraizquierda que alentaba las tendencias espontáneas de las masas sin darles una verdadera salida. Dio una dura lucha por imponer la línea y el método de formar cuadros, confiando en la fuerza de la movilización de los trabajadores. Así, trabajando junto a Orlando Mattolini que se había instalado en Córdoba también, sumamos a nuestra corriente a un tipo común pero excepcional, al entrañable “Petiso” Páez.
Casi 40 años después creo que el Cordobazo no ha perdido vigencia, ya que cada lucha que sea cada vez más política será heredera y continuadora de las lecciones que dieron los obreros y los estudiantes del ’69.

Mario Doglio