lunes, 12 de mayo de 2008

La triple A y el gobierno de perón

La Triple A funcionó entre mediados de 1973 y el 24 de marzo de 1976 y fue autora de más de 1.500 asesinatos y 600 desapariciones. Después del golpe muchos de sus integrantes pasaron a los grupos de tareas de la dictadura como, por ejemplo, Aníbal Gordon, su hijo Marcelo Gordon y los represores Ruffo y Enciso, además de los ex comisarios Gustavo Adolfo Eklund –hoy detenido por violaciones a los derechos humanos en la causa del primer cuerpo de ejército- y Félix Alais, ex cuñado del genocida Guillermo Suárez Mason.
Para salvaguardar la figura de Perón, su mujer, del PJ y de la burocracia sindical ligada al peronismo, muchos intentan hacer creer que la Triple A fue una creación exclusiva del ex Ministro de Bienestar Social del gobierno de Perón-Perón, José López Rega.
La UCR y Alfonsín evitaron siempre la denuncia y juzgamiento de esos crímenes para preservar al PJ y ocultar su propio rol durante la represión a la que, con sus más y sus menos, avalaron. Por eso no llama la atención que el ex fiscal Strassera saliera a criticar los juicios contra Isabel Perón tratando de descalificar las investigaciones.
López Rega tuvo un rol muy importante en el armado del aparato de la Triple A pero está claro también que la Triple A salió de la cabeza de Perón y aún sin López Rega hubiera existido.
La Triple A fue funcional al gobierno de Perón. Fue una “necesidad” de ese gobierno para enfrentar a las organizaciones que encaraban la lucha armada y a todas las formas de protesta obrera y popular contra un gobierno que sostenía un plan económico en beneficio de los grandes grupos transnacionales y con deterioro permanente del salario.
La posición de Perón de reprimir a la izquierda en general y no solamente a la izquierda peronista, y a toda forma de protesta social quedó evidenciada cuando comenzó a hablar de los “anticuerpos” que debía generar, según él, el peronismo, para combatir a los “enemigos” de “adentro” y de “afuera”. Esta “ofensiva” se desencadenó abiertamente después de la muerte de José Ignacio Rucci en septiembre de 1973 y ya no paró hasta el golpe del 24 de marzo de 1976.
En esta línea de pensamiento, el 19 de enero de 1974, vistiendo su uniforme de Teniente General, y después del fallido intento de compamiento del ERP al Regimiento de Azul, Perón se dirigió a la población en general y a los militares de esa unidad en particular, con un discurso que, por su contenido reaccionario y represivo, podría haber firmado Videla.
Pocos días más tarde, el 22 de enero, presionó a los diputados de la Juventud Peronista acompañado por López Rega para que apoyaran una serie de reformas al Código Penal aumentando notablemente las penas y facilitando la represión contra toda forma de protesta social. Allí Perón dijo, concretamente: “Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la necesidad, cualquiera sean los medios Si no hay ley fuera de la ley también lo vamos a hacer, y lo vamos a hacer violentamente”.
Resulta fundamental avanzar en las investigaciones y mandar a la cárcel a todos los responsables y ejecutores.

Marcelo Parrilli

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