domingo, 24 de febrero de 2008

Aumentar el básico docente y el presupuesto


El 2008 arrancó movidito para los
ministros de Cristina, funcionarios provinciales y la «dirigencia» docente. Luego del fracaso del 2007, cuando Filmus, Yasky y CTERA esperaban celebrar el piso de $ 1.040 y provocaron uno de los mayores años de lucha, esta vez la Celeste buscó anticiparse y salió a pedir un monto y un porcentaje: $ 1.400 de piso y 34% de suba. Baradel por su parte, con la rebelión aún fresca de la docencia bonaerense sobre su cabeza, reclamó $ 1.500 con el Frente Gremial y el blanqueo de todas las sumas fuera del básico.
Todo un cambio, consecuencia de las luchas del 2007, cuando dirigentes democráticos y combativos como los de ADOSAC con la docencia de Santa Cruz a la cabeza, junto a Neuquén, Salta o Tierra del Fuego, lograron triunfos que derrotaron la política de miseria salarial de Kirchner, los gobernadores (del PJ, la UCR, el MPN o la centroizquierda de Capital) y la burocracia docente.
Como reflejo también del 2007, gobiernos como el Sapag de Neuquén, Urtubey de Salta -que ofrece una suba del 37% del básico- o funcionarios de Scioli intentan anticiparse pidiendo a Cristina el auxilio financiero para evitar otro año de conflictos. El 2007 tuvo alto costo físico para la docencia: Fuentealba; Varizat, el ex ministro K que arrolló a docentes y a los seis meses se exige su castigo o los maestros salteños apaleados al servicio del ajuste. Pero mostró una fuerza que alarmó a los gobernantes y la cúpula gremial, arrancando más de lo que estaban dispuestos a dar y generó crisis políticas en varias provincias con renuncias de gobernadores.
Pero Cristina viene con «deberes» por hacer bajo el brazo. Por eso fracasan las paritarias aunque el pedido de CTERA implicaría apenas un paliativo ante el atraso histórico de los básicos docentes que en promedio escasamente superan la indigencia. Sileoni, el viceministro de Educación de Cristina ofreció $ 1.200 de piso. Luego agregó 20 más y otros 20 a pagar en agosto. Y dicen que podrían llegar a $ 1.300 quizá en forma escalonado para que CTERA y los gremios «celebren» el acuerdo paritario y se comprometan a no hacer paros. Todo muy lejos de los $ 1.500 que cacarea SUTEBA y de aumentar el básico ni palabra…
Sileoni dice que se intentará mejorar la propuesta, pero «nunca al porcentaje que reclaman los docentes. No puede ser el 35% porque no tiene relación con lo que está ocurriendo en la economía». Se ve que el ministro no va de compras ni ve las noticias que hablan de subas del 30% en los útiles, el trasporte escolar, subas de tarifas, de impuestos, taxis, colectivos, alquileres, alimentos, etc. Ni registra que los sueldos docentes están todavía un 30% debajo del valor del 2001. Y ni hablar de la retribución al docente hace 35 ó 40 años, cuando la presidenta iba a la escuela pública, esa en la que dice «había clases todos los días».
El problema entonces, no está en las embestidas de Cristina en su discurso de asunción o cuando recibió a la CTA y se volvió a quejar por los paros que «mantienen en vilo a la sociedad». Afirmando que «mientras más se les mejoró el salario a los maestros, un 168% desde el 2003 -dice ella- más crecieron los paros» y exige «cambiar sus métodos de protesta». Tampoco es problema la falta de recursos: sólo en enero el superávit fue de $ 3.100 millones, un 94% más que en ese mes del 2007. ¡Cuando por la suba que pide SUTEBA para los 270.000 docentes bonaerenses se precisan $ 1.500 millones por todo el año! O cuando el incentivo de los 800 mil docentes del país suma $ 1.330 millones al año.
Tampoco es problema la disposición a la lucha mostrada por la docencia. El problema está en la cúpula Celeste de CTERA y los gremios. Una dirigencia que se hizo «oficialista» y se muestra desesperada por arreglar por monedas, aún a cambio de entregar nuestras conquistas y condicionar el derecho de huelga. Por eso Tito Nenna dijo que «una propuesta del 25% que elevaría el piso a $ 1.300 podría ser considerada». Mientras Stella Maldonado plantea en una nota de CTERA avanzar en cambios en la carrera docente y la creación de nuevas funciones y cargos en la secundaria, sin consultarlo con… ¡los docentes! Y reivindica expresamente «la constitución de la Comisión de Mediación que integrará Ministerios de Trabajo y Educación y gremios como CTERA a efectos de mediar en conflictos que se compliquen…» Es decir, que surjan por fuera de la cúpula Celeste, como en el 2007.
Incluso hablan de aceptar o no la «última» oferta oficial, en un supuesto Congreso de CTERA y los gremios de base que en realidad son reuniones de Secretarios Generales con representantes sin ningún mandato de base ni asamblea previa. Por eso, sin depositar confianza en esta dirigencia, desde la Lista Lila convocamos para el 22 a una reunión nacional a fin de exigir a CTERA y los gremios una verdadera recomposición salarial, llevando el salario básico -no el piso- a $ 1.500 hasta alcanzar la canasta familiar.
Exigiendo asambleas, reuniones de delegados y verdaderos congresos provinciales con representantes con mandato que voten qué se negocia y quienes lo hacen. Y sobre todo que nada se firme sin consultar a la base en asambleas. ¡Nada de encuestas truchas de la Celeste! Votando un plan de lucha escalonado si no hay aumento al básico, en coordinación con los gremios estatales.
Reclamando además que se triplique ya el presupuesto educativo para refaccionar las aulas y escuelas, proveer de material didáctico y mobiliario, dar más becas, zapatillas, guardapolvos y asistencia a los comedores escolares a fin de garantizar las condiciones mínimas de enseñanza y sumar a la comunidad en defensa de la educación.

Francisco Torres

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