viernes, 21 de marzo de 2008

"Hoy se siguen violando los derechos humanos"

Patricia Walsh, ante el 24 de Marzo:

La última sesión de la Legislatura porteña previa al 24 fue la del jueves 13. Como el diputado kirchnerista Juan Cabandié había propuesto votar la adhesión a «la Marcha» de los organismos de derechos humanos afines al gobierno, Patricia Walsh contrapropuso adherir a «las marchas, actos y demás actividades que se realizarán», incluyendo en sus fundamentos la convocatoria del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. La Legislatura votó esto último. Al comenzar la sesión, Patricia habló sobre el 24 de marzo:
El 24 de marzo comienza la dictadura más sangrienta de la historia reciente de los argentinos. Y al cumplirse el primer aniversario de esa dictadura, mi padre, Rodolfo Walsh, escribe, firma y fecha la Carta Abierta a la Junta Militar y hace un balance sobre ese primer año de dictadura. Al día siguiente, el 25 de marzo de 1977, un grupo de tareas lo embosca en una esquina de esta Ciudad, lo asesina y lo lleva muerto a la Escuela de Mecánica de la Armada. A pesar de eso, la Carta Abierta se sigue leyendo. Se sigue leyendo y se lee mucho en estos tiempos, porque una gran cantidad de jóvenes quieren encontrar la explicación a los hechos tan graves que ocurrieron en nuestro país. Y lo que es peor, algunos de estos hechos tan graves no dejan de ocurrir, a pesar del tiempo transcurrido.
En la primera parte de la Carta Abierta, Rodolfo Walsh, mi padre, hace un pormenorizado detalle, inédito hasta ese momento, sobre las atroces violaciones a los derechos humanos que se llevaban a cabo en los campos de concentración de la dictadura. Aparecen las primeras cifras sobre los desaparecidos, los asesinados, los vuelos de la muerte y el robo de los bebés. Es el primer relato sobre lo que estaba ocurriendo.
La segunda parte de la Carta Abierta no es menos importante; por el contrario, es más lúcida y más inteligente aún, porque habla de las razones por las cuales sucede lo que sucede. Esa segunda parte de la Carta Abierta dice lo siguiente: “La peor violación a los derechos humanos en la cual ustedes incurren es la miseria planificada para millones de personas”. Repito: “miseria planificada para millones de personas”. Y a esto considera Rodolfo Walsh -al día siguiente desaparece y es asesinado- la más atroz violación de los derechos humanos que se puede poner en práctica.
La miseria planificada para millones de personas es algo que sucede hoy, en el año 2008. Esto sigue sucediendo. Pero no sólo eso: además, algunos hechos de los últimos años -incluso de este año que se inicia, el 2008- son tan graves que merecen ser considerados cuando uno piensa en el homenaje a rendirle a esa fecha.
Esta fecha es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Se trata de una ley nacional del año 2002. Antes no era feriado. Se resuelve la sanción de esta ley cuando un grupo de diputados nacionales -que la verdad éramos muy pocos: la primera firma es del diputado Eduardo Macaluse y la segunda la mía-, queríamos que se declarara por ley nacional el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, porque en muchos colegios los centros de estudiantes y los docentes querían hacer alguna actividad vinculada con la memoria y el reclamo de justicia, y en algunos casos tenían dificultades y no podían, porque algunas autoridades escolares no estaban de acuerdo. Era necesario dotarlos de un instrumento que los pudiera avalar para realizar esas actividades. En el año 2002 legislamos, y por eso existe este Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
No es feriado para nosotros. El espíritu de la ley era tan contrario en su origen a un feriado. Precisamente, lo que queríamos era actividad, denuncia, debate, charlas, discusión, recuerdo, exigencia de justicia, porque la mayoría de los genocidas está en libertad. La mayoría de los genocidas no han sido condenados; la mayoría de los genocidas siguen indultados hasta el día de hoy.
Entonces, tenemos muchas cuestiones pendientes. Pero no se pueden pensar los derechos humanos de ayer sin pensar los derechos humanos de hoy, sin decir cuántos días hace que Jorge Julio López sigue desaparecido en democracia. Fue el principal testigo del juicio que obtiene la condena a Miguel Osvaldo Etchecolatz y hoy está desaparecido, mientras nosotros estamos acá.
Nos parece que también ocurren otras cosas. En Neuquén, acuchillan a dos militantes políticos y uno de ellos muere; esto ocurre en un local político. Nos parece también que, cuando hablamos de las vidas de los trabajadores, que han sido las principales víctimas de la última dictadura militar, debemos prestar atención a algunos hechos que son graves: por ejemplo patotas sindicales que están actuando o, para ser más precisa, patotas de la burocracia sindical…
La verdad es que, honrando la memoria de lo que significa el 24 de marzo, quiero decir que en nuestro país y en nuestra ciudad hoy se siguen violando los derechos humanos, con hechos muy graves. La lista de estos hechos tan graves excede el tiempo que tengo, pero no la capacidad personal que tengo para considerarlos motivos de preocupación.
Cuando en unos minutos más votemos la declaración saludando todas las marchas, los actos y las actividades de conmemoración, sepamos que las movilizaciones del 24 de marzo son multitudinarias y que llenaremos de nuevo -eso espero- la Plaza de Mayo. Vamos a reclamarle al Gobierno Nacional y al Gobierno de la Ciudad respeto por los derechos humanos, porque creemos que la cuenta no da bien. Para nosotros no es feriado. Por supuesto, sigue siendo un día de lucha.


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