martes, 22 de julio de 2008

Por una nueva alternativa política

Escribe: Vilma Ripoll

La masiva movilización y Marcha Federal, como antesala de la votación en el Senado, y la posterior definición que terminó golpeando con dureza a un gobierno que ya venía muy debilitado, han colocado nueva y crudamente la necesidad de abordar un problema central: ¿Hacia dónde vamos y con qué proyecto político? Es indudable que el modelo kirchnerista fracasó y que de ahora en más le será cada vez más difícil afrontar la situación política y social que vivimos. Cuanto más crecen la ruptura con el gobierno y la sensación de que así no va más, millones en todo el país se preguntan cuál es la salida.

La pregunta no es menor. La crisis agraria sacude al país y también a todas las estructuras políticas y sociales. Así como el gobierno pierde propios y aliados en ambas cámaras y se le divide la CGT, en las organizaciones de la izquierda y los sectores progresistas también hay debates y cambios políticos. En Proyecto Sur, que lidera Pino Solanas, surgieron diferencias sobre cómo actuar ante el conflicto y finalmente Claudio Lozano votó correctamente contra el proyecto del gobierno. Cruje también la estructura de la CTA. En tanto el sector de Víctor De Genaro apoya a la Federación Agraria, Yasky se alinea con el gobierno y D’Elía, y marcha junto a la burocracia de la CGT en los actos oficiales. Ante esta realidad, el sector que no apoya al gobierno impulsa desde la Constituyente Social donde propone debatir la construcción de un nuevo modelo de país. Eduardo Macaluse y el bloque de Solidaridad e Igualdad (SI) también votaron contra el gobierno, aunque lógicamente también han tenido debates y discrepancias internas.
Por otro lado, nuestro partido, el MST, junto a la CCC, el sector de Mario Cafiero y otros compañeros con quienes integramos el Foro por la Segunda Independencia, hemos coincidido en estar junto a los chacareros y pequeños productores, compartiendo actos y marchas, y mostrando -junto a otros grupos y organizaciones- que una parte sustancial de la izquierda supo ubicarse en esta lucha del lado del sector agredido y contra el gobierno, la oligarquía y los pools de siembra.
Ahora que el país atraviesa un momento donde millones discuten qué hacer, donde el debate sobre la salida para el campo, la inflación y la pobreza ocupan el centro de la escena, es más necesario que nunca que quienes enfrentamos el modelo kirchnerista y peleamos por una salida a favor de los trabajadores, pobres y sectores medios, estemos a la altura del desafío.
Es hora de proponer como salida un nuevo modelo económico, distinto, que termine con la concentración en el campo, con el saqueo de las multinacionales en el petróleo y la minería, que recupere y reestatice el sistema ferroviario, nuestra línea aérea, y que ataque el negocio del sistema financiero y de las empresas exportadoras de alimentos. Y también hace falta un nuevo modelo político, donde se termine esta forma de gobernar y a través de elecciones a una Asamblea Constituyente el pueblo debata y resuelva democráticamente las grandes decisiones políticas, económicas y sociales que el país requiere.
Desde el MST-Nueva Izquierda, creemos que no podemos llegar a ese objetivo luchando aisladamente en cada sector social. Luchar es imprescindible, pero eso debe ir acompañado con la construcción de una nueva, amplia y unitaria alternativa política que impulse ese nuevo modelo económico y político.
No podemos perder la oportunidad ni, menos aún, dejarle espacio a oportunistas del viejo PJ o de la derecha que intenten reciclarse en la escena nacional. Hace falta una nueva herramienta política, donde confluyamos la izquierda que no quiere un proyecto sectario y los sectores progresistas o que defienden la soberanía nacional y la independencia política frente a los EE.UU. y los grupos económicos. Donde tengan lugar los luchadores obreros, populares, chacareros y estudiantiles independientes.
A Solanas y Proyecto Sur; a Lozano, De Genaro y su sector de la CTA; a Macaluse y el SI; a los sectores de izquierda que compartan una perspectiva de amplitud, y a todos esos compañeros y compañeras independientes les proponemos dar pasos concretos e ir poniendo en pie esa alternativa. Partamos de los acuerdos, que existen. Sigamos debatiendo sin ocultar las diferencias, que también las hay. ¿No es posible avanzar, entre todos, hacia un nuevo movimiento político y social de unidad? Nosotros creemos que sí. Y que eso sería visto con entusiasmo por miles y miles de trabajadores, jóvenes y sectores medios que buscan una salida para el país. A la vez, a quienes ya coincidan con el MST, los invito a sumarse para impulsar juntos estas propuestas.

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