lunes, 9 de junio de 2008

1928 - 14 de junio - 2008: Ochenta años de leyenda

“He nacido en la Argentina; no es un secreto para nadie. Soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie…”

Ernesto Guevara nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, en la provincia de Santa Fe. Fue el mayor de los hijos de Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna, ambos provenientes de familias aristocráticas. Pero el matrimonio Guevara residía en Buenos Aires, sólo viajaban esporádicamente a Misiones a visitar un yerbatal de su propiedad. Fue a la vuelta de uno de esos viajes que, producto de la inminencia del parto, se detuvieron en Rosario donde nació “Ernestito”. A los dos años de edad surgió el asma en su primogénito, tras lo cual decidieron mudarse a la ciudad de Alta Gracia, Córdoba. Allí Ernesto daría sus primeros pasos y aprendería a convivir con la enfermedad que lo acompañará hasta su muerte.
Dos cosas marcaron tempranamente la personalidad del joven Ernesto. Por un lado el liberalismo de sus padres, que a pesar de provenir de familias aristocráticas, tenían marcadas ideas progresistas para la época. Y por otro lado las constantes mudanzas y traslados familiares, que le permitieron conocer diversas realidades. Desde 1928, y hasta el momento que dejó la Argentina, en 1953, la familia Guevara había tenido por lo menos doce domicilios incluyendo Buenos Aires, Córdoba y otras localidades.

Conociendo Latinoamérica

Con su título de médico bajo el brazo, se embarcó en un viaje por Latinoamérica con su amigo Alberto Granado que le cambiaría la vida. Porque él mismo admitiría muchos años más tarde que «No tuve preocupaciones sociales en mi adolescencia, ni participé en las luchas políticas o estudiantiles de Argentina». Pero conocer de primera mano la realidad latinoamericana le produjo un vuelco radical, al ver la vida que llevaban la mayoría de trabajadores y campesinos, haciendo surgir un antiimpe-rialismo furioso que lo acompañaría hasta el final. En algunos países se instalaron por varios meses, sumergiéndose en los procesos sociales existentes. Ernesto, por ejemplo, insistía en la importancia de la “medicina social” como eje para la transformación revolucionaria y para una sociedad socialista.

De médico a Comandante

El pensamiento de Ernesto Guevara comenzaba a radicalizarse. Pero ese cambio terminaría de cristalizar en México, cuando se puso en contacto con el Movimiento 26 de Julio y conoció a Fidel Castro. Inmediatamente se sumó al movimiento y aceptó ser parte del grupo que partiría en el Granma hacia Cuba. A partir de ese momento Ernesto Guevara se convirtió en el Che. En la dura prueba de la guerra de guerrillas en la Sierra Maestra, el Che probó ser un gran combatiente con aptitudes de conducción. Rápidamente fue ascendido a capitán y luego a comandante del ejército rebelde, cargo que hasta ese momento sólo tenía Fidel.
La historia que sigue a continuación es ampliamente conocida. El ejército rebelde comandado por Fidel logra liberar a Cuba del dictador Batista y, con el paso de los meses, rompe relaciones con los Estados Unidos, impulsando una profunda reforma agraria y expropiando las grandes empresas y latifundios, principalmente norteamericanos. La Revolución Cubana marca un antes y un después en la historia de los pueblos latinoamericanos. En las líneas que siguen queremos aprovechar para poner el acento en algunos de los puntos del pensamiento del Che que creemos siguen más vivos que nunca.

Estudio, Trabajo, Fusil

Gran parte del pensamiento político del Che fue elaborado al calor de las jornadas revolucionarias, tanto en la Sierra como ya luego desde el Estado revolucionario. Nuestra corriente mantuvo polémicas con su pensamiento alrededor de la teoría del foco y la guerrilla como táctica privilegiada. Planteábamos que la lucha armada era una táctica legítima, pero subordinado a la construcción de un partido revolucionario fuertemente insertado en el movimiento obrero y de masas. Pero a pesar de las diferencias que siempre sostuvimos consideramos que el pensamiento del Che implicó importantes aportes al marxismo, imprimiéndole una mirada propia sobre los problemas más acuciantes que enfrentaban (y enfrentan) las tareas revolucionarias en Latinoamérica. Como parte importante de su pensamiento descubrimos el internacionalismo, que se ve bien reflejado en las palabras con las que comenzamos esta nota, pronunciadas por el Che el 11 de diciembre de 1964 ante las Naciones Unidas. Ese internacionalismo forjado en su andar por los países latinoamericanos. Pero de la mano de ese internacionalismo está su antiimperialismo acérrimo. Ese antiimperialismo que lo llevó a apoyar materialmente otros procesos revolucionarios de liberación, como el de Angola en el África, y como el de Bolivia, en el que entregará su propia vida. También combate a muerte toda forma de burocracia, incluyendo a la dirigencia del Kremlin, criticando el “realismo soviético”, y oponiéndole el Hombre Nuevo, al estancamiento social y cultural que se vivía en los países del campo socialista. Pero también, el Che criticó duramente los pactos entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, mediante los cuales se repartían el control del mundo, y por los cuales la URSS no apoyaba los movimientos de liberación latinoamericanos, ni otros como Vietnam.
Son planteos importantes porque no han perdido actualidad. El pensamiento político del Che plantea, como única salida posible para nuestros pueblos, la profundización hacia el socialismo de los procesos de cambio y, al mismo tiempo, intentar por todos los medios extender esos procesos a otros países para fortalecer los aires de cambios y debilitar a los sectores reaccionarios o contrarrevolucionarios.
Y decimos que no han perdido actualidad porque pueden servirnos para pensar e intervenir en varios procesos actuales como Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia en donde, a la par que los defendemos de cualquier agresión imperialista, debemos poner todos nuestros esfuerzos en que tomen un rumbo decididamente socialista mediante medidas como las expropiaciones de los resortes económicos y la reforma agraria, para satisfacer las reivindicaciones populares y desarrollar su movilización, pero también para minar el poder económico de las burguesías que, tarde o temprano, se volverán contra todo intento de cambio.

Actividades en Rosario

A 80 años del nacimiento del Che se realizarán diversas actividades como un homenaje y una reivindicación de su lucha. La Juventud Socialista del MST participará con delegaciones de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, La Plata y otros puntos del país. A continuación difundimos algunas de las más importantes:

Sábado 14/6 Inauguración del Monumento al Che en la Plaza “Ernesto Che Guevara” (Bv. 27 de febrero y Laprida)

Domingo 15/6 14hs. Concierto Internacional “Nuestra América le canta al Che” (Hipódromo del Parque Independencia)

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