sábado, 21 de junio de 2008

Proyecto de Patricia Walsh: No al Tren Bala

Esta semana, la diputada Patricia Walsh presenta en la Legislatura porteña un proyecto de declaración contra el Tren Bala que promueve el gobierno nacional. Su texto plantea: “La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se dirige al Poder Ejecutivo Nacional para que evalúe la conveniencia de suspender el megaproyecto denominado ‘Tren Bala’ y destinar esos fondos al necesario mejoramiento del servicio ferroviario en el Área Metropolitana y a la reapertura de ramales en el interior del país.”
Junto a Patricia, el proyecto también lo firman los diputados Martín Hourest (Igualdad Social), Diana Maffía (Coalición Cívica), Raúl Fernández (Encuentro Progresista) y María Eugenia Rodríguez Araya (PRO).
Los fundamentos del proyecto denuncian todas las irregularidades de la concesión y el millonario negocio en favor del consorcio Veloxia, que encabeza la multinacional francesa Alstom S. A., investigada en Suiza y Francia, y condenada en Brasil por pagar sobornos. Y luego agregan: “Incluso sin todos estos graves cuestionamientos sobre la forma en que ha sido encarado, el proyecto del Tren Bala en sí mismo no se condice con las necesidades más prioritarias de los trabajadores y los sectores populares de nuestra Ciudad, del Gran Buenos Aires y de todo el país.
Con el nefasto proceso de privatizaciones de los años ’90 el sistema ferroviario nacional sufrió un verdadero desguace, que podemos resumir así:

* Se levantaron miles de kilómetros de vías férreas, el 80% de las existentes, con lo cual se dejó aislados a pueblos y zonas enteras y a la vez se favoreció el transporte de cargas por rutas, mucho más costoso.

* El Estado gasta hoy a valores reales más del doble que cuando los ferrocarriles eran propios y, sin control efectivo, paga año a año subsidios millonarios a empresarios privados que no los invierten como deberían.

* Los trabajadores ferroviarios sufrieron miles de despidos y jubilaciones anticipadas y, los que quedaron, se ven afectados por las políticas de flexibilización laboral.

* Los usuarios viajan mucho peor que antes, en condiciones realmente inhumanas, en vagones más deteriorados, a menor velocidad, con menos frecuencias, más cancelaciones e interrupciones del servicio y mayor inseguridad.
Ante esta realidad, consideramos que una cuantiosa inversión del Estado nacional estimada en más de 4.000 millones de dólares debería estar destinada no a solventar megaproyectos faraónicos de dudosa utilidad pública sino a recuperar y mejorar sustancialmente el servicio ferroviario en la Ciudad Autónoma y el Gran Buenos Aires, así como a la necesaria reapertura de ramales en todo el interior del país.


A título de ejemplo comparativo, con una inversión de la misma magnitud que la prevista para el Tren Bala se podría:

* Reparar a nuevo 18.000 de los 28.000 km de vías hoy en uso (7.000 para trenes de pasajeros y carga, y 11.000 sólo para trenes de carga). Esto permitiría elevar a 120 km por hora la velocidad promedio, triplicando la actual.

* Adquirir material rodante nuevo: 400 locomotoras diesel eléctricas, 1.200 coches remolcados para pasajeros y 15.000 vagones para carga.
Tal alternativa u otra similar, sin duda, en reemplazo del proyecto del Tren Bala, sí resultaría beneficiosa para el interés de la población.”

Pablo Vasco

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