lunes, 9 de junio de 2008

El modelo K no es popular ni distribuye la riqueza

Escribe Vilma Ripoll

Casi tres meses de conflicto con el campo, están desnudando no solamente los problemas de la política agropecuaria del gobierno. Al mismo tiempo, van saliendo a la luz cada vez con más fuerza problemas más generales del país como la inflación, el crecimiento del hambre, los bajos salarios, la falta de gas en las escuelas, la inseguridad y otros males. Como lo reconocen todos los analistas, los sectores de la población que apoyan al campo y participan de sus medidas lo hacen sumando su propio enojo con el gobierno, por alguno de estos temas. No es casual, sino la expresión social de un descontento general. Podemos ver tema por tema y llegaríamos a la misma conclusión: detrás de los discursos en el país se agravan los problemas sociales, golpeando a los sectores bajos y medios.

Distribuyen la pobreza y concentran la riqueza

Si tomamos la situación más general, en el país la brecha entre pobres y ricos sigue creciendo. El sector mas adinerado gana hoy 30 veces que los sectores más pobres. Ya que estos últimos reciben solamente el 1,2% de los ingresos del país. Mientras a la banca y sectores exportadores no les cobran o les perdonan impuestos, a todos nos cobran el IVA, un impuesto regresivo que aumenta los precios finales. La inflación que no ha dejado de crecer, agrava el problema mes a mes, y repercute sobre salarios bajos que se van deprimiendo. La distribución de la riqueza que pregona el gobierno es uno de sus principales versos. Esta injusta realidad se expresa también en el campo, no es casual que los pequeños productores sean el motor central del conflicto agrario. El gobierno de Kichner primero y ahora Cristina, vienen favoreciendo la concentración. Han permitido que en los rubros lecheros, carne, aceites, aviar, y en la tierra los grandes grupos económicos se queden con la mayoría de la producción y las ganancias. La frutilla del postre es que a esas grandes empresas, les dio además mil quinientos millones en subsidios. Mientras a los cientos de miles de pequeños productores no les llegó durante años ni subsidios ni reintegros…ni nada. La propuesta actual de retenciones iguales para todos, ahonda este problema, porque lleva a la quiebra a los pequeños que terminan obligados a vender o arrendar sus tierras a los grandes pooles de siembra. Extraña forma de distribuir la de este gobierno.

Una entrega de recursos anti popular

En relación al supuesto carácter popular del gobierno y su modelo, la realidad directamente es opuesta y a la vez trágica. Vivimos en un continente donde se están produciendo cambios importantes, y se protagonizan luchas enormes por recuperar para los pueblos nuestras riquezas naturales, energéticas y estratégicas. En países como Venezuela y Bolivia se han nacionalizado el petróleo y el gas. En Ecuador el estado avanzó en controlar más el negocio de su exportación. En Paraguay se habla ahora de cambios en la política hidroeléctrica. Mientras esto sucede, en nuestro país, el gobierno garantiza la explotación privada del petróleo, extendiendo por años su explotación a empresas trasnacionales. Lo mismo hace con la minería, donde las empresas ganan fortunas bajo su explotación a cielo abierto, que contamina las zonas. Y lo mismo hace con el tren, subsidia a las empresas que tienen las concesiones, mientras los trenes están cada vez peor y el sistema nacional no existe. Eso sí, ahora en nuevo negociado con empresas extranjeras, anuncian el Tren Bala, con pasajes superiores a los 500 pesos. Un nuevo negocio para ricos. ¿Qué tiene de popular esta política? Nada, solo las palabras en TV, que cada vez creen menos argentinos. Por último, está el tema de la deuda. Cuando el gobierno explica el tema retenciones, dice sin ponerse colorado que las necesita para poder distribuir la riqueza. ¿Cuál es la realidad? En el presupuesto 2008, el 12% está destinado a pagos de la deuda externa, mientras a gastos sociales se destinaron cinco veces menos. Decían que habían terminado con este problema, pero la realidad es que la deuda del país creció casi 13 mil millones de dólares. Y el gobierno, en lugar de atender la deuda social con los pobres, desocupados y con los trabajadores, va a seguir destinando fortunas a pagarla. Como en todos los temas, el gobierno le miente a la población.

Por una alternativa política que luche por otro modelo

Cuando la Federación Agraria denuncia el problema del modelo el gobierno se enoja. Y lo mismo hacen los grandes industriales y banqueros. Esta claro, ellos bajo el modelo K han ganado fortunas estos años, por eso quieren seguir por este camino. Pero nosotros necesitamos cambiar de rumbo. Es necesario que todos los sectores políticos y sociales que denunciamos esta situación hagamos una propuesta alternativa común. Los que compartimos la necesidad de recuperar el petróleo, la minería y los trenes. Los que apoyamos a los pequeños productores y queremos terminar con la inflación y los bajos salarios. Los que queremos un país soberano e independiente y terminar con la dependencia a EEUU. Los que compartimos esta visión debemos dar pasos para construir una nueva alternativa política, amplia y unitaria. Que apoye las luchas en curso y levante esta salida económica y política para el país. Es la propuesta que la hacemos a Pino Solanas y a Proyecto Sur, a Lozano, De Genaro y los sectores de la CTA que no están con el gobierno. A Macalusse y su espacio (SI), y a todos los sectores de la izquierda que quieran terminar con el sectarismo y ser parte de un nuevo y amplio proyecto político y social. Es una tarea pendiente y necesaria, que debemos construir como alternativa al modelo de los kirchner, que fracasa y no va más.

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