sábado, 21 de junio de 2008

Walsh fustigó el decreto McDonald’s

El miércoles 11, Mauricio Macri anunció un sistema de incentivos a sus ministros y altos funcionarios. Al día siguiente, la diputada Patricia Walsh (Nueva Izquierda) abrió la sesión de la Legislatura porteña con duras críticas. Citamos la versión taquigráfica:


Sra. Walsh: Voy a acomodar en la banca esta “cajita feliz” que he traído, porque me voy a referir a un decreto del señor jefe de gobierno que algún periodista bautizó -con muy buena comprensión- como “proyecto McDonald’s”, porque guarda relación con un proyecto de ley. Traje la cajita para que me ayude a inspirarme. Es una reciente medida adoptada por el ingeniero Mauricio Macri, por medio del Decreto 664/08.

- Murmullos en la sala.

Sra. Walsh: Aunque hay mucho ruido en el recinto, lo que voy a decir es importante. Y le importa, sobre todo, a los trabajadores y trabajadoras del Gobierno de esta Ciudad. Ese decreto, del 9 de junio, ha dejado a esos trabajadores -que ya conocen y difunden su contenido- con la boca abierta de sorpresa, cuando no invadidos por la consternación y la bronca. Me refiero a la noticia que está en todos los medios de comunicación de hoy. Se trata de la llamada Gratificación Anual Extraordinaria no remunerativa, por cumplimiento de los objetivos de gestión, de hasta dos sueldos y medio -¿escucharon, colegas?- para los cargos de ministros, secretarios, subsecretarios, director general y niveles equivalentes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esto es lo que establece el artículo 3° del decreto.

- Murmullos en la sala.

Sra. Walsh
: ¿En qué consisten los llamados objetivos de gestión? Los fundamentos del decreto no aclaran absolutamente nada. Además de referirse a cuestiones como la eficacia y la eficiencia, palabras que se usan habitualmente en la publicidad oficialista, se define a los resultados como uno de los valores centrales de la administración. ¿Quedó claro? Supongo que no… A su vez, se define a los resultados en términos de satisfacción de necesidades de la sociedad. ¿Cómo harán para evaluar esta satisfacción, o no, de las necesidades?
Veamos algunos grados posibles de satisfacción. Con el nuevo sueldo establecido por el artículo 1° del decreto, la gratificación para un ministro cumplidor podrá llegar a ser de 29.761,47 pesos. ¡Qué gratificante! Casi 30 mil pesos por año para un ministro que cumpla.
Lástima, estimados colegas, que el sueldo básico inicial de un profesional de la salud en esta Ciudad es de 2.307 pesos, un sueldo tan poco gratificante, ya que -tal como hemos señalado varias veces en este recinto- la canasta familiar fue estimada el mes pasado, según la Consultora Equis, en casi 3.700 pesos. Para el ministro cumplidor, este decreto significa una gratificación anual de más de ocho canastas familiares como premio navideño. Y, para el profesional de la salud, la canasta vacía. Para un docente de la Ciudad, el básico es 1.290 pesos. Y para un administrativo, 1.520 pesos. Sus salarios no cubren ni media canasta mensual. Poco gratificante. Muy injusto.
Estos incentivos revelan la misma concepción del proyecto de Ley de Modernización de la Administración Pública que ya nos había enviado el jefe de gobierno y que la prensa bautizó como el “proyecto McDonald’s”. Ahora salió el “decreto McDonald’s”: eficacia, eficiencia, resultados de gestión, incentivos, premios y castigos, cuando los salarios no llegan ni al valor de una canasta familiar.
Esto significa pretender gobernar la Ciudad de Buenos Aires como una empresa privada del peor capitalismo salvaje. Los trabajadores así lo entenderán; los trabajadores así lo reconocerán; los trabajadores no lo van a agradecer.

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