martes, 17 de junio de 2008

La crisis mundial adquiere proporciones nunca imaginadas

Nuestro país sigue, en forma autista, generando 'su' propia crisis. No estamos prestando atención a lo 'que se viene' desde afuera
Por: José Castillo (LA ARENA)
Fecha publicación: 13/06/2008

Las crisis económicas ganan los titulares de los diarios cuando sucede algo espectacular. Por ejemplo una caída record de las bolsas del mundo. Eso fue exactamente lo que pasó un par de días antes de que comenzara en nuestro país el sainete de las retenciones. Si repasamos los diarios de esos días veremos las primeras planas analizando las consecuencias de la caída de Bearn Stearns.

A partir de entonces, toda nuestra atención estuvo volcada 'hacia adentro', ya que los mal llamados 'debates sobre el campo', no dejaban un centímetro para analizar otra cosa. Apenas si la visita de la presidente a la cumbre de la FAO, hace 15 días, abrió la ventana para enterarnos que algo estaba pasando con el aumento explosivo de los millones de hambrientos en el mundo.

Es cierto que, luego de la caída de Bearn Stearns en marzo, no aparecieron nuevos 'episodios' financieros graves. Pero nos equivocaríamos mucho si deducimos entonces que los problemas financieros mundiales no existen. O en pronosticar que no pueden volver a darse situaciones como la de marzo (o la anterior caída de todas las bolsas del mundo en enero). En estos días, los mercados volvieron a temblar cuando se enteraron que Lehman Brothers (cuarto banco de inversión en tamaño en los Estados Unidos) reconoció pérdidas récords. Con este dato, las pérdidas oficialmente reconocidas por los bancos desde el comienzo de la crisis, ascienden ya a 400.000 millones de dólares. Pero sucede que actualmente el FMI calcula que el total de estas ascenderá a 945.000 millones de dólares, por lo que se espera en los meses siguientes la aparición de más bancos con quebrantos todavía no declarados. Los precios de las viviendas en Estados Unidos, por su parte, siguen bajando a un ritmo de 25% anual, abriendo la posibilidad de que en cualquier momento tengamos una nueva explosión bancaria por incobrabilidad de los créditos.

La recesión en EEUU

Según el reciente informe de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), se sostiene que la economía norteamericana quedará prácticamente 'paralizada' hacia finales de año, con un crecimiento para todo el 2008 de apenas un 1,2%. Cabe consignar que el anterior informe aventuraba que el país del Norte iba a crecer 1,4%, por lo que corrigieron su pronóstico a la baja. Señalan además que continuará creciendo el desempleo durante todo el año.

Con respecto a esto, el último dato de desocupación, conocido en los primeros días de junio, da 5,5%, la más alta en 22 años. Se confirma entonces la caída en recesión de la economía estadounidense, confirmada por el hecho concreto de que los dos candidatos presidenciales se concentren en sus 'propuestas económicas para salir de la crisis'.

Y ahora debemos sumar un factor que antes apenas se percibía: la inflación, empezando a pegar muy fuerte a partir de la suba del petróleo y los alimentos. Debido a esta alza, Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, parece abandonar la política de bajar la tasa de interés (para evitar la recesión) y se juega por fortalecer el dólar (muy en baja en estos meses frente al euro). Daría la sensación que parece priorizar la lucha contra la inflación, resignado a que no puede hacer nada para evitar la caída en recesión. Estas contradicciones son producto de la existencia de estanflación -recesión e inflación a la vez-, donde las herramientas de política económica se tornan inútiles (si se baja la tasa de interés para reactivar, sube la inflación; y si se la sube para contener la inflación, aumenta la recesión), generando una situación sin salida.

EEUU vs. Europa

Todo esto está generando de hecho una pelea entre la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, ya que ambos vienen interviniendo distinto en la crisis. Los dos aceptaron poner millones de dólares para salvar a los bancos en quiebra, pero sus políticas monetarias frente a la tasa de interés fueron opuestas. Mientras que los norteamericanos la bajaron desesperadamente desde un 5,25% en agosto pasado hasta el 2% actual, los europeos la mantuvieron inalterada en el 4%. Esto, obviamente, fortaleció al euro frente al dólar. Ahora, Bernanke lanza declaraciones que parecen querer salir a 'levantar' el dólar. Veremos como responden los custodios del euro.

Pero lo importante es que, más allá de cómo terminen estas idas y vueltas financieras, a nivel mundial, la desaceleración económica continúa. El mismo informe de la OCDE que citamos más arriba habla de un crecimiento de apenas un 1,8% para el conjunto de los 30 países que analiza, y del 1,7% en el 2009.

Los alimentos y el petróleo

El precio del petróleo alcanzó el récord de 138,54 dólares en la primera semana de junio. Se trata de una suba del 130% desde el 2002 hasta hoy. Estos valores por las nubes empiezan a generar violentas respuestas: paros de transportistas en España y, en menor medida, también en Francia y Portugal; y protestas de pescadores en casi todos los países del Mediterráneo. Los ministros de energía del G8, por su parte, se reunieron recientemente en Japón y advirtieron que la suba del petróleo puede llevar a una recesión mundial.

Se viene discutiendo desde hace un par de años las causas de esta alza. No debemos subestimar la importancia de temas como la guerra de Irak y el eventual agotamiento en el mediano plazo del recurso, pero, como cada vez hay más consenso a nivel mundial, el factor central es el especulativo. En el año 2008 solamente, el crecimiento del precio del crudo fue del 40%.

También la especulación pega muy fuerte sobre las materias primas agrícolas. El promedio de sus precios según el FMI se duplicó desde el 2003. Pero si miramos los bienes más críticos desde el punto de vista de la alimentación mundial, la situación es peor aún: sólo desde el 2005 para acá, el trigo creció un 162%, el aceite de soja un 155%, el maíz un130%, el arroz un 122% y el grano de soja un 118%. Y se registran aumentos de entre el 40 y el 50% en todos estos bienes sólo en los últimos tres meses.

Crece el hambre

Al igual que en el caso del petróleo, se abrió un debate sobre las causas de esta suba. Se señaló que se debía al 'mayor consumo' de alimentos en China e India, tema que ha sido descartado como factor serio por la mayoría de los estudios mundiales. A partir de entonces se ensayaron otras explicaciones. Se señala que se 'queman' granos (en particular maíz) por el crecimiento de los biocombustibles. Esta es la explicación favorita de Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial. Como hemos explicado en detalle en otra nota: si bien esta causa existe, la mayoría de los estudios sostienen que en ningún caso pueden explicar más que el 25% del total de las subas de los precios de alimentos. La verdadera explicación, la que explica lo sustancial del alza, es la misma que explica la suba de los precios del crudo: aproximadamente 300.000 millones de dólares, que huían de la crisis de las hipotecas, se volcaron a especular con los precios de las materias primas.

La suba de los precios de los alimentos en primer lugar, y del petróleo por su consecuencia en suba de costos, ha generado levantamientos por hambre en varios países del mundo (en América Latina fue particularmente importante el de Haití), e incluso crisis y aumentos muy fuertes de los índices de pobreza en Europa y los Estados Unidos. Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, sostuvo recientemente que hay 24 países (después la lista se amplió a 33) con serios riesgos de 'desestabilización' por levantamientos debido al hambre. Recientemente, la FAO tuvo que llamar a una cumbre en Roma, donde reconoció que los hambrientos en el mundo están creciendo aceleradamente, llegando ya a los 857 millones de personas.

La nueva 'burbuja'

Estos meses reafirman la continuidad de la crisis mundial, con epicentro en los Estados Unidos, que ya está por cumplir un año. Se discutía hace unos meses si la forma que asumiría nos llevaría rápidamente hacia una recesión a escala planetaria. Pero hoy el camino que parece ir tomando no es a una baja de consumos clásica, con derrumbe de precios. Por el contrario, parece estar formándose una nueva y gigantesca burbuja especulativa, de consecuencias impredecibles, en los mercados de alimentos y petróleo. Esto, ya hoy, genera crisis, huelgas y movilizaciones en todo el mundo, por alza del costo de vida y hambre. En el mediano plazo, esta burbuja también tendrá que estallar, aunque no podemos predecir cuando, arrastrando al fondo de la crisis incluso a aquellos países, que, en tanto proveedores de alimentos y petróleo, aparecen como los 'privilegiados' hoy a salvo. Nosotros los argentinos creemos estar en esa lista. Pero no parecemos estar aprovechando los últimos tiempos de 'viento a favor' que nos ofrece la economía mundial.

José Castillo es economista. Profesor de Economía Política y Sociología Política en la UBA. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda).

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