lunes, 18 de agosto de 2008

Aerolíneas: No a la trampa K

Los sindicatos aeronáuticos, el actual propietario, el secretario de Transporte… Todos van al Senado a opinar qué hacer con Aerolíneas Argentinas, a la cual el gobierno dice querer “reestatizar”. Mientras, el escándalo crece. La empresa privatizada hoy adeuda 891 millones de dólares. En el último mes, el Estado le transfirió irregularmente 251 millones de dólares. Jaime acumula denuncias penales. Y cada día sale más a luz que el plan K no es una verdadera reestatización.
El proyecto de ley de Cristina es una doble trampa. En vez de expropiarle Aerolíneas a Marsans, el grupo capitalista español que la vació, el Estado le comprará las acciones. Además retomará la empresa sólo por un tiempo, porque su objetivo es volver a privatizarla.
La única salida para recuperar Aerolíneas es otra: expropiarla sin pagar indemnización, embargar a Marsans y a los funcionarios cómplices del saqueo, y ponerla definitivamente en manos del Estado, bajo el control de sus trabajadores y usuarios para evitar la corrupción.

El 21 de julio, en la Casa Rosada, Cristina anunció la “nacionalización” de Aerolíneas Argentinas y Austral. Allí les pidió a los trabajadores “un esfuerzo muy grande porque el Estado, haciéndose cargo de sueldos, aguinaldos y todo lo que se necesita para poner en marcha nuevamente la empresa, está apostando a que ustedes puedan dar esa mano y entre todos volver a construir la aerolínea argentina que alguna vez fuimos, y que desgraciadamente, por esta historia tan terrible que hemos tenido, habíamos dejado…” Aunque esa “historia tan terrible” es la privatización, el plan de la presidenta es comprar AA para reprivatizarla. O sea, una doble trampa.
Se hizo un acuerdo con el grupo Marsans, que firmaron el secretario Ricardo Jaime y el ministro Julio De Vido. Por dos meses la empresa tendrá una gestión mixta y el gobierno puso al gerente general: Julio Alak. Durante esa transición el Estado invertirá para sanear AA, mientras se hace la tasación1? del paquete accionario que luego comprará, para después volver a entregarla a manos privadas. Así lo dijo Cristina con toda claridad: “Habrá capital privado, porque creemos en la articulación de lo público y lo privado para hacer nuevamente grande a la empresa…”

“Levantar el muerto”…

Aerolíneas Argentinas nació como sociedad del Estado en 1950, en la segunda presidencia de Juan Perón. Creció y ganó prestigio. Tenía el monopolio de las rutas de cabotaje y era considerada entre las líneas más seguras del mundo. En 1989, con la Ley 23.696 de emergencia de los servicios públicos y el Decreto 1591, Carlos Menem la privatizó. Las conducciones gremiales dejaron hacer. Se la valuó en poco más de 600 millones de dólares, muy abajo del valor real2?. En julio del ’90 fue adjudicada a Iberia, consorcio manejado por la estatal española SEPI, reteniendo el Estado argentino una parte minoritaria del capital. En marzo del ’94 el Estado renunció a su derecho de veto o “acción de oro” a cambio de que Iberia aumente el capital… ¿Qué pasó? “Comenzó un proceso de descapitali-zación de Aerolíneas y de licuación de la participación accionaria del Estado nacional, a la vez que se reducía el capital social, circunstancias imputables al ruinoso manejo de la misma”3?.
En junio de 2001, AA se presentó en concurso preventivo de acreedores. En octubre de 2001, la empresa española Air Comet4? compró las acciones de la SEPI. De este modo se quedó con Aerolíneas-Austral y entró al mercado argentino a través de su operador local: Marsans… ¿Qué pasó? “Marsans procedió a efectuar una serie de maniobras comerciales con el fin de confundir los patrimonios, asumiendo Aerolíneas las pérdidas y Austral las ganancias”. Ante las irregularidades y ocultamiento de información, el Estado no aprobó los balances de los años 2002, 2003 y 2004 e inició juicios.
Pese a esto, Néstor Kirchner, De Vido y Jaime le mantuvieron y le renovaron a Marsans la concesión de las rutas aéreas y hasta le dieron permiso para omitir escalas. Y en junio de 2006 hicieron un acuerdo aún peor. El Estado aumentaría su participación accionaria entre un 5 y un 20%, y desistió de los juicios. La ministra Felisa Miceli aprobó el balance del 2005, convalidando así los anteriores. A cambio, Marsans se comprometió a invertir y a eficientizar la empresa… ¿Qué pasó? “A pesar de los compromisos asumidos, Air Comet-Interinvest nunca dieron cumplimiento a las inversiones, al aumento de vuelos regulares y a la incorporación de nuevas aeronaves”. Como dijo hace poco el ex funcionario Roberto Cirielli, ahora enojado con los K: “La única inversión que se conoce de Marsans en Argentina fue para la campaña política de Cristina en el 2007”.
En abril pasado, Cristina vetó una ley que permitía penalizar la sobreventa de pasajes. Y en mayo el gobierno firmó una nueva acta-acuerdo: el Estado aumentó su participación al 20% y benefició a Marsans con aumento de tarifas, precio máximo en el combustible y restricción al ingreso de la competencia… ¿Qué pasó? “El convenio fue nuevamente incumplido por el accionista mayoritario”. En estos años, la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones avaló todo el saqueo.
Marsans incumplió todos sus compromisos de inversiones. Maniobró, ocultó información y truchó balances. Cerró escalas y sedes, liquidó los tres simuladores de vuelo y puso en riesgo los 9.000 puestos de trabajo. Sobrevendió pasajes y dejó varados a miles de pasajeros. Descapitalizó la empresa, la dejó vaciada y con casi 900 millones de dólares de deuda. ¿Por qué el Estado debería comprarle las acciones a semejante delincuente, del cual encima es acreedor, y hacerse cargo de su deuda? Sólo un cómplice del ladrón, como lo es este gobierno, puede plantear comprar AA, como lo dice el artículo 4º del proyecto de ley que Cristina envió al Senado. Aunque Jaime haya dicho en el Senado que “no se debería pagar nada”, ese artículo y el 3º que establece la tasación esconden la primera trampa.

…para beneficiar a otro vivo

Cuando Cristina y sus voceros -sean Jaime, el diputado Ariel Basteiro u otro- hablan de “reestatizar”, alguien con buena voluntad podría pensar que el Estado comprará Aerolíneas para luego administrarla. Pero no. Tras rescatar a una empresa que ha sido vaciada por capitales privados, el plan kirchnerista es volver a privatizarla. Esta es la segunda trampa. Así lo dice el artículo 6º del proyecto de ley: “La cesión de acciones para posibilitar el ingreso de capitales privados deberá realizarse mediante procesos de licitación pública nacional e internacional”(ver facsímil).
Es el mismo verso que cuando se privatizó Austral, quebrada por el grupo Pescarmona. El mismo que cuando hablaron de “argentini-zar” Repsol-YPF, no para reestatizarla sino para que el banquero Esquenazi comprara un 25% del capital. El proyecto de Cristina para AA critica al “Estado ausente”, pero quiere que ahora se haga presente… ¡sólo para “levantar el muerto” y luego beneficiar a otro vivo!

Recuperar Aerolíneas de verdad

La única solución realmente soberana para recuperar Aerolíneas Argentinas para el patrimonio nacional es reestatizarla en forma definitiva. Esto se podría hacer aplicando la Ley 21.499. Es decir, declarar la empresa de utilidad pública “para la satisfacción del bien común”, expropiarla e incluso -como lo permite el inciso a del artículo 51º de dicha ley- no pagarle ni un solo peso de indemnización al grupo español que la vació con la complicidad de los sucesivos gobiernos. ¡Es a ellos a quienes habría que embargarle los bienes para que devuelvan lo que nos robaron!
En manos del Estado nacional y bajo el control de sus trabajadores y usuarios para evitar la corrupción, AA podría volver a levantar vuelo. Si a la vez el Estado reequipara a LAFSA y a LADE, empresas también propias, se podría reconstruir un sistema de aerotransporte que además de ser un servicio público y social tiene un carácter estratégico. Llamamos al personal de Aerolíneas y de Austral, a los trabajadores y al pueblo en general, a unir fuerzas para enfrentar la tramposa ley de Cristina, Kirchner, De Vido y Jaime, y a debatir juntos el camino para recuperar de verdad nuestra aerolínea de bandera.

1 Según el acta-acuerdo, habrá tres tasaciones: una del Estado argentino, otra de Marsans y una tercera, definitiva, de una “entidad imparcial especializada”…
2 Un robo total. Iberia pagó 260 millones de dólares en efectivo y otros 110 millones de dólares en títulos de la deuda externa. En el mercado esos títulos se cotizaban al 20% del valor nominal, pero para comprar empresas del Estado se los reconocieron al 100% por 560 millones de dólares. En 1997, Iberia quebró la aerolínea venezolana Viasa.
3 Así lo reconocen los Fundamentos del proyecto oficial de ley, de donde están tomadas todas las citas que siguen.
4 Grupo turístico internacional integrado por compañías aéreas, agencias de viajes y cadenas hoteleras. A través de la empresa Interinvest, además de AA y Austral se adueñó de las empresas controladas Optar, Jet Pack, Aerohandling y Air Patagonia.

Datos que indignan

* Cuando fueron privatizadas, Aerolíneas tenía 47 aviones y Austral 21. De esos 68, hoy sólo funcionan 29: 21 de Aerolíneas y 8 de Austral. Además, de esas 29 naves 23 están alquiladas y apenas 6 son propias. Como si eso fuera poco, según denunció el dirigente gremial Rubén Fernández (UPSA), “por lo menos 15 de los aviones que están en tierra son directamente irrecuperables”.
* Según cálculos de especialistas y ex gerentes de Aerolíneas, además de lo que pague por las acciones, para sanear la compañía el Estado debería aportar otros 750 millones de dólares. Esto incluiría: deuda financiera exigible (260 millones), déficit operativo hasta marzo de 2009 (315 millones), renovación de flota (70 millones) y subsidio al combustible (105 millones).
* El jefe del bloque de diputados nacionales de la UCR, Oscar Aguad, denunció que en el último mes el gobierno le transfirió indebidamente a Marsans 250 millones de pesos, que sacó del Programa de Asistencia Financiera a las Provincias usando los superpoderes.


Pablo Vasco

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