lunes, 4 de agosto de 2008

Ante el fraude del gobierno en Aerolíneas Argentina

Hace falta una verdadera nacionalización

Mientras los pasajeros se amontonan largas horas en los aeropuertos esperando que salga su vuelo, el proyecto para nacionalizar Aerolíneas ingresó al Congreso y se debate en el país. El objetivo de esta «nacionalización» es encubrir el vaciamiento de Marsans con la complicidad de los funcionarios K, sanear la empresa con la plata del Estado y luego reprivatizarla. La salida es otra: luchar por una nacionalización definitiva, sin pagar indemnización, y en la cual Aerolíneas sea controlada por sus trabajadores y usuarios.

Vacaciones de invierno… y cientos, miles de pasajeros de Aerolíneas durmiendo en el hall del aeroparque o de Ezeiza. Argentinos y turistas con una mezcla de bronca, estupor y resignación, frente a vuelos sobrevendidos como nunca en la historia, según afirman los viejos empleados de la compañía. Pasajeros estafados por Marsans, el reciente operador de la aerolínea, que sobrevendió pasajes por 140 millones de dólares que ahora integran las deudas de la empresa, que tiene más de la mitad de sus aviones sin poder volar por falta de repuestos y reparaciones.

Una empresa vaciada

Aerolíneas tiene 9.000 trabajadores. A los que debemos sumar los 2.000 de Austral. Alguna vez fue mencionada entre las mejores aerolíneas del mundo, un orgullo para el país. Una empresa rentable en el momento en que fue privatizada.
Hoy después de 18 años de su privatización cuenta con 40 aviones alquilados y uno solo propio, en contraste con esos 28 aviones propios y uno alquilado que poseía al momento de ser privatizada. Ha perdido valiosas rutas internacionales y abandonado destinos de cabotaje, instrumental único en Latinoamérica como eran sus simuladores de vuelo con los que se quedaron los españoles, perdió sus oficinas en el exterior y es una aerolínea cuyo prestigio se ve seriamente dañado, cuando millones de televidentes en el mundo ven miles de pasajeros atascados en los aeropuertos. Una empresa con u$s 980 millones de deuda, de los cuales 220 millones que vencen en el corto plazo. Que pierde 1 millón de dólares por día y en el cual el Estado Nacional lleva invertidos en las última semanas más de 100 millones de pesos para pagar combustible, sueldos y que la empresa siga volando. Austral a su vez tiene una deuda de u$s 150 millones.

Los que robaron antes


Aerolíneas y Austral fueron privatizadas por el gobierno de Menem. Se la cotizó en su momento en un valor menor que el real. Iberia sólo pagó u$s 260 millones en efectivo y con otros u$s 112 millones compró títulos devaluados de la deuda externa que se adquirían al 20 % de su valor nominal, pero que el Estado argentino gracias al plan Brady aceptaba al 100%. Iberia embargo la flota de aviones para pagar esta deuda y la vació como ya había hecho con la aerolíneas venezolana Viasa.
En el 2001 la administración del gobierno español a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) le otorgó al grupo Marsans, que es el operador turístico al que vendió la compañía, la friolera de 800 millones de euros para sanear sus deudas. Los nuevos operadores desviaron cerca de 300 a otros negocios, por lo que hoy afrentan un juicio del Estado Español cuyo abogado querellante el español Rafael Caro Moya, a afirmado que la Argentina puede quedarse con la Aerolínea sin pagar un peso.

Kirchner, De Vido, Jaime, Marsans y como siguieron robando

En un momento en que el aumento de los combustibles y la baja en la demanda de pasajes, crea serios problemas en la navegación aero comercial a nivel mundial, como lo demuestra el reciente anuncio sobre la fusión entre British Airways e Iberia, el acuerdo para “nacionalizar” la empresa resulta muy conveniente para el grupo Marsans y los funcionarios que ampararon su accionar delictivo.
Ricardo Cirielli, secretario general de APTA (el gremio del personal técnico), que ocupó la Secretaria de Aeronavegación Comercial durante el gobierno de Néstor Kirchner, denuncia que el Secretario de Transporte Ricardo Jaime, los funcionarios de De Vido y el Ministerio de Economía son responsables de haber aprobado un balance fraudulento de Aerolíneas en el 2005, después de haber rechazado en tres oportunidades consecutivas sus balances anteriores. “El Estado es cómplice de lo que hizo Marsans y ahora se ayudan mutuamente”, dijo Cirielli. (Crítica Digital, 22/7)
Si declararan la quiebra de la compañía, para determinar quien se tiene que hacer cargo de las enormes deudas, tendrían que abrir los libros contables y no solo se hundirían los empresarios españoles, sino con ellos caerían los funcionarios argentinos.
Y a medida que se conoce más sobre el tema, la magnitud del robo no deja de asombrarnos: Montoya acaba de embargar un avión con capacidad para 149 pasajeros, porque Aerolíneas debe a la provincia unos 120 millones de pesos, por falta de pago de Ingresos Brutos desde el año 2002. Cirielli denuncia en Clarín del 29 de julio que hay un Jumbo 747 parado en España, cuya reparación que podría hacerse en el país por 200.000 dólares, y se arregló realizarla en Europa por u$s 3,9 millones…
¡Un impresionante foco de robo y corrupción!

El debate sobre la salida para Aerolíneas


El gobierno acaba de mandar al parlamento el proyecto de ley para la nacionalización de Aerolíneas. Previo paso por la fantasma Comisión de Seguimiento de las Privatizaciones.
Como hemos señalado esta “nacionalización K” no es sino un gran fraude para hacernos pagar a todos los argentinos un enorme desfalco de 890 y 150 millones de dólares. Se calcula que con solo 400 se pondría dotar de las aeronaves necesarias para la línea de bandera. Ni hablar de enjuiciar a Marsans y a los funcionarios corruptos. Y aunque ahora intenten ocultarlo un poco ante tanta podredumbre que esta saltando, la intención es “nacionalizar” las deudas para luego reprivatizar nuevamente la empresa a un capitalista amigo: Lopez Mena de Buquebús o LAN, entre otros, suenan como posibles inversores.
Aunque ahora hagan demagogia, una semana antes del discurso de la presidenta, Julio Alak, el funcionario designado por ella para asumir la conducción de la empresa, señalaba a Radio 10 el 16 de julio que “no hay voluntad de quedarse con la empresa”.

Por una verdadera nacionalización

El debate sobre Aerolíneas ha entrado en el Parlamento y parece que no le va ha ser fácil al gobierno salirse con su cometido. Pero como enseñó la lucha de los pequeños productores agropecuarios, solo la movilización puede lograr una ley de nacionalización que no sea un fraude y una nueva frustación para los trabajadores y usuarios de nuestra línea de bandera.
Es necesario recuperar la compañía sin pagar un peso. Al contrario, hay que investigar a Marsans y los funcionarios y exigir que vayan presos por fraude.
Es necesario incluir un artículo en la ley que impida toda privatización futura. Y para garantizar su buen funcionamiento, la estabilidad de sus empleados y que no sea luego liquidada por funcionarios y amigos empresarios corruptos, la empresa tiene que ser controlada por sus trabajadores y usuarios.
Desarrollar este debate y promover la movilización es fundamental. No solo porque necesitamos una aerolínea que una los rincones lejanos e integre el país, que tenga un cuadro tarifario accesible a los sectores populares y se convierta una herramienta de desarrollo. Es fundamental porque como ayer con los pequeños productores, lo que se está discutiendo es qué modelo de país queremos. El modelo de las privatizaciones de Menem o los empresarios amigos de Kirchner, o un modelo distinto, que ponga todos los vastos recursos del país al servicio de las mayorías populares.


Francisco Santana

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