lunes, 4 de agosto de 2008

Se queda, se va, se vaaaaa… Pase lo que pase con Guillermo Moreno

El problema es el chancho y el que le da de comer

Una patota de Moreno causó destrozos en el INDEC, agrediendo a trabajadores y militantes de ATE. El hecho se produjo luego de que el gobierno perdiera la votación por las retenciones en el Senado. En el ámbito político y en la población hay un justificado clamor exigiendo que se vaya Moreno. Se dice que tiene los días contados… Además de este repudiable funcionario, hay que combatir de verdad la inflación, la pobreza y aumentar los salarios de acuerdo al costo real de la canasta familiar.

Los secuaces de Moreno hicieron pintadas intimidatorias, rodearon el local de ATE en el INDEC, le causaron destrozos y amenazaron de muerte a varios trabajadores y militantes de esa agrupación sindical. Así actúan UPCN y sus amigos al servicio del Secretario de Comercio.
Delegados de ATE afirmaron que los agresores actuaron según la orden de Hernán Brahim, Rubén Zampino, José Luis Blanco y la interventora del Indec Ana María Edwin.

Ataque… de desesperación


Estos hechos se vienen repitiendo desde la intervención del Instituto con el objetivo de sembrar un clima intimidatorio hacia aquellos que no comulgan con la política K. El modus operandi viene siendo así: ante cada fracaso de la política antiinflacionaria, más agresiones.
Esta vez el ataque tuvo un nuevo móvil: empezaron a sentir desesperación por una eventual separación de Moreno de su cargo, que habría sido anunciado por el propio secretario ante su tremendo desprestigio.
Hay un clamor generalizado exigiendo su renuncia. Que se vaya, es un reclamo que recorre desde los comercios de los barrios más pobres hasta la mayoría de los dirigentes políticos del país, sean de la extracción que sean, incluyendo a influyentes funcionarios gubernamentales.
Las versiones del alejamiento se acrecentaron a partir de la derrota del gobierno en la disputa parlamentaria por imponer la Resolución 125, luego de lo cual Moreno no aparece por ningún lado y hasta le prohibieron la entrada a la ceremonia de asunción del nuevo jefe de gabinete.
Al escribir esta nota, el Secretario de Comercio sigue en funciones y la soberbia y tozudez de los Kirchner no da garantía de su retiro tantas veces anunciado y no concretado. Además, hasta el momento, cuando más se reclamaba una renuncia más se tapaban los oídos para no ceder. Sin embargo, esta vez, por la magnitud del golpe recibido por Cristina, no se puede descartar un alejamiento de Moreno que podría tener los días contados.

Que se vaya de una vez

Mientras siga formalmente en el cargo, hay que seguir exigiendo la renuncia de Moreno. Sobran los motivos para hacerlo.
Fracasó en detener la inflación. Los promocionados acuerdos de precios con los empresarios fueron un saludo a la bandera que nadie cumplió. No hay ama de casa que no sufra viendo el aumento sistemático de los alimentos de la canasta básica y la carne, cuyos «cortes populares” brillan por su ausencia.
Truchó los índices. Es un hecho gravísimo que, ante el fracaso por contener los aumentos, se haya intervenido el INDEC y desplazado a sus técnicos para obtener un índice totalmente falso que avalara un aumento salarial limitado y cifras de una economía en bonanza.
Usa métodos patoteriles. Moreno actúa junto a sus secuaces conformando patotas que amenazan y atacan a trabajadores. A los que nunca logran asustar es a los índices inflacionarios que le hacen “pito catalán” a todas las medidas tomadas.
Se podría seguir con una amplia lista de atropellos del funcionario, pero con lo mencionado alcanza y sobra para que se vaya, sea juzgado y castigado por su vergonzoso desempeño.
Eso sí, sería injusto no reconocerle el nefasto servicio brindado a los Kirchner dibujando burda-mente el ilusorio paisaje económico deseado por el matrimonio presidencial y un eficiente servicio a las grandes patronales y grupos económicos que se agarraron de los índices mentirosos para retacear los aumentos salariales exigidos por los trabajadores.

Sacando bolsitas no alcanza


Dicho esto, sería un grave error pensar que los problemas de los trabajadores y el pueblo se van a resolver sólo con una eventual retirada de Moreno. La tan mentado “relanzamiento” y la “oxigenación” que reclaman algunos sectores no se va a lograr ni siquiera cambiando a los impresentables como los Fernández, Moreno, De Vido, Jaime y compañía. Sería como tener la ilusión que se puede revertir la contaminación del Riachuelo retirando cinco bolsitas de residuos que flotan en la superficie.
El problema es la política que imprime el matrimonio K y la soberbia con que la aplica y defiende. Ellos son los que sostienen que la economía anda bárbaro, que los salarios están bien, que no hay pobres, que no hay inflación, que con el “nuevo” método aplicado el INDEC mide a la perfección y que todos lo que dicen lo contrario son golpistas o acomodados.
Más allá de los anuncios de Massa por la necesidad de tener un INDEC creíble, más allá de matizados gestos de diálogo y apertura, más allá de posibles nuevas renuncias y desplazamientos, la cuestión es lograr que se vaya Moreno y cambiar el modelo económico y político que rige desde la asunción de Néstor hasta el devastado reinado de Cristina. En este caso “el problema es el chancho y el que le da de comer”.

Rubén Tzanoff

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